Tosti

El arte de la canción italiana requiere sentido poético, estilo y conocimiento de fórmulas populares. Francesco Paolo Tosti (1846-1916) es un ejemplo, menos salubre que el de Cottrau o De Curtis, y distinto al callejero cultivado por Roberto Murolo. La música del músico de Ortona exige capacidad para el matiz y frescura en la dicción. Cualidades que posee el asturiano Joaquín Pixán, cuyo timbre, adornado de una atractiva veladura, un poco a lo Schipa, encaja bien con estas piezas, a las que concede elocuencia muy natural, alejada de cualquier énfasis y amaneramiento. Algunas destemplanzas en la zona aguda y determinadas opacidades no empañan en absoluto el magnífico resultado de la sorprendente propuesta. Es difícil cantar mejor, con esa gracia y un empleo tan bueno del falsete, una canción como A sera y dar tan puntual servicio a páginas tan sabidas como Aprile e Ideale. En total son cuarenta y tres piezas, algunas de ellas de cámara absolutamente inéditas y muy bien desgranadas por el violín del intérprete libanés Ara Malikian. Colaboran a satisfacción también en este trabajo discográfico, la soprano Beatriz Díaz y el barítono Juan Coloma. El pianista, excelente.