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Rigor y ascetismo
Archivos históricos rusos
14 junio, 2007 02:00
El arte concentrado, vigoroso e intenso de Eugene Mravinski aparece resumido en este álbum, donde se recogen interpretaciones grabadas en vivo entre 1946 y 1983, años de plenitud del director y de su fabulosa Filarmónica de Leningrado. Aunque muchas de estas recreaciones no son nuevas en el mercado, eso no resta interés a la publicación, que ofrece una musculatura sinfónica de especial justeza en las articulaciones, la planificación, las progresiones...
Mravinski brillaba de forma extraordinaria en el repertorio ruso. Sus versiones de la música de Shostakovich -una colosal Quinta sinfonía-, Jachaturian -Tercera-, Prokofiev -Suite de Romeo y Julieta-, Chaikovski -fragmentos de ballet, Quinta-, Glazunov -Cuarta- o Stravinski -Apollon- siguen siendo referencias. La fiereza y, al tiempo, la elocuencia escueta, seca y ascética de las aproximaciones tocan la sustancia de cada pieza. Puede sorprender la estricta construcción de la Novena de Bruckner o la imponente visión de Wagner -Ocaso, Tristán-; o la curiosa ligereza, no exenta nunca de densidad, dada a páginas de Beethoven -Segunda y Cuarta-, Mozart -Bodas-, Weber -Der Freischötz- o Bizet -fragmentos de Carmen-. Y la finura aplicada a los dos primeros Nocturnos de Debussy. Una interpretación encendida de un brillo cegador del Poema del éxtasis de Scriabin cierra el décimo disco.
Mravinski brillaba de forma extraordinaria en el repertorio ruso. Sus versiones de la música de Shostakovich -una colosal Quinta sinfonía-, Jachaturian -Tercera-, Prokofiev -Suite de Romeo y Julieta-, Chaikovski -fragmentos de ballet, Quinta-, Glazunov -Cuarta- o Stravinski -Apollon- siguen siendo referencias. La fiereza y, al tiempo, la elocuencia escueta, seca y ascética de las aproximaciones tocan la sustancia de cada pieza. Puede sorprender la estricta construcción de la Novena de Bruckner o la imponente visión de Wagner -Ocaso, Tristán-; o la curiosa ligereza, no exenta nunca de densidad, dada a páginas de Beethoven -Segunda y Cuarta-, Mozart -Bodas-, Weber -Der Freischötz- o Bizet -fragmentos de Carmen-. Y la finura aplicada a los dos primeros Nocturnos de Debussy. Una interpretación encendida de un brillo cegador del Poema del éxtasis de Scriabin cierra el décimo disco.
