Cuanto más se profundiza en la música de Francisco Guerrero (1528-1599), más queda uno prendido de sus combinaciones prebarrocas. Líneas, volutas, melismas, armonías, acentos, claroscuros magistrales… Lo encendido y lo fervoroso de la música envuelve y emociona. Nos admiramos en las canciones de las límpidas imitaciones -Si tus penas no pruebo-, del lirismo del canto -Pan divino, gracioso-, de la profusión polifónica -¿Qué te daré, Señor?- y, en los motetes, del colorido robusto -Ave María- y de la luminosidad -Dulcísima María -. Aspectos servidos por los cuatro componentes de La Colombina: Raquel Andueza (soprano), José Hernández Pastor (contralto), Josep Benet (tenor), y Josep Cabré (barítono). Voces muy avezadas, que se mezclan con naturalidad y refinamiento. Un magnífico disco.