Mozart
Matinées salzburguesas
6 septiembre, 2007 02:00Todavía hoy quedamos prendidos de la naturalidad, espontaneidad y vitalidad con las que conseguía hacer música, sin atender a ópticas de una rigurosa pureza historicista. Su orquesta tañía instrumentos modernos. Lo cual no significa, y muchas veces esto ha quedado demostrado, una falta de respeto al estilo.
Hablando de Mozart, por ejemplo, es difícil escuchar con esa finura, agilidad de ideas, movilidad, riqueza de acentuación y fraseo de lógica aplastante y transparencia las distintas piezas que se recogen en estas grabaciones, provenientes de Matinées del Mozarteum, en un abanico temporal que transcurre desde 1988 a 1993. La música respira, circula con aireación y estupendo espíritu constructivo, aunque las ejecuciones no sean en todo momento perfectas.
Los registros parecen ser inéditos y nos ayudan en gran medida a poder entender el genio del compositor, incluso en esas tempranas casaciones (K 63, 99), divertimentos (K 136, 113, 247) o en la conocida Pequeña serenata nocturna, K 525. Por supuesto, y cómo no, en los conciertos para piano, de los que se ofrecen en esta producción discográfica tres: el 8 (K 246), el 11 (K 413) y el 13 (K 415), tocados con limpieza, tino y refinamiento por el pianista húngaro Andras Schiff (él tienen grabada la integral para Decca), y en la Sinfonía nº 25, K 183 en sol menor, expresivamente acentuada en una versión bien cantada, pero caracterizada por ser algo tensa y sombría.