El verdadero valor de un homenaje discográfico reside en la propia leyenda del homenajeado, así como en su legado. En este sentido, admiradores y agradecidos quedan en un segundo plano, como sucede en este reconocimiento colectivo a la que fuera considerada "Primera Dama del Jazz": Ella Fitzgerald. El lanzamiento coincide con la celebración del 90 aniversario del nacimiento de la cantante, cuyo timbre de voz y sentido del ritmo no tuvo rivales, así como la audacia de su fraseo y la delicadeza de su "scat" no encontraron parangón alguno.

Es por ello que a este disco hay que acercarse sin memoria y con los oídos bien despejados, para no caer en la trampa de la comparación odiosa y equivocada. Por lo demás, los jazzistas aquí reunidos salvan el tipo interpretando clásicos inmortalizados por la Fitzgerald como el célebre A-Tisket, A-Tasket.

Eso sí, sin traspasar los límites de lo que comúnmente se entiende como escucha placentera. En los créditos, hay figuras de mucho tirón comercial, desde Michael Bublé, Diana Kralla y Dianne Reeves a Natalie Cole, Lizz Wright o Linda Rondstadt. Sin embargo, el momento más emotivo llega con el delicioso dueto firmado por la propia Fitzgerald y Stevie Wonder, You are the sunshine of my life, rescatado de los 70. Igualmente, la mayor de las sorpresas acude desde la lozanía vocal de esa nueva niña prodigio, que es Nikki Yanofsky, que a sus trece añitos se atreve con un increíble Air mail special, del que sale mucho más que airosa.

Este aniversario nos trae estos días también, y bajo el mismo título, un dvd del concierto-homenaje que el pasado mes de abril realizaron Natalie Cole, Cyndi Lauper o Take 6, entre otros, así como un álbum de diez temas inéditos, Love letters from Ella, grabados por la cantante junto a fieles colaboradores como Count Basie, André Previn o Joe Pass.