El grado de virtuosismo y compenetración al que han llegado los 17 instrumentistas que componen la agrupación Solistas de Moscú, fundada por el violinista y director Yuri Bashmet, es sensacional. Desde su presentación, 1992, no han parado de aventurarse en repertorios que atienden con preferencia la música del siglo XX y, sobre todo, la rusa. Este disco es un magnífico ejemplo de lo que aseveramos. Difícilmente puede tocarse mejor la colección de danzas que constituyen el ballet Apolo, del que está ausente cualquier veleidad folklórica, compuesto en 1928 y revisado en 1947. Bashmet sigue, de forma más concisa, la línea de un Rozhdestvenski o de un Mravinski. De 1946, es el Concerto en re para cuerdas, Basilea, dedicado a Paul Sacher. De carácter más abstracto, posee un encanto casi barroco, a la manera de un concerto grosso. Claridad y rectilínea ejecución singularizan la versión. El cd se cierra con una espléndida interpretación del arreglo que Rudolf Barshai hizo en 1962 de las veinte Visiones fugitivas de Prokofiev, pensadas para piano. Creemos que es la única recreación discográfica que puede localizarse hoy de la totalidad de la obra. Un espléndido disco.