La leyenda Evocación se refiere al misterio de la mujer, que está en el origen de los textos y las músicas que contiene este disco, que, según nos dice Susan Mankoff, pianista acompañante de Piau, "está hecho de colores, de perfumes, de formas redondeadas o angulares, de texturas lisas o rugosas… La elección de compositores, textos y lenguas desvela las pasiones que nos habitan. Para nuestro viaje tenemos como guía el sentimiento compartido de atrapar por un instante ese misterio que no se deja domeñar". Éstas resultan ser unas afirmaciones que encajan bastante con lo que escuchamos en la fina, penetrante y flexible voz de la soprano, de timbre de lírica-ligera muy puro y de medidos matices expresivos gracias a un excelente juego de reguladores y a una acentuación muy trabajada, capaz de proporcionarnos en algunos momentos refinados ecos, sensuales "evocaciones" en piezas como son las que en este nuevo disco se van desgranando. Entre ellas las firmadas por Chausson, Strauss -los infrecuentes y delicados Mädchenblumen op. 22-, Debussy, Zemlinsky, Koechlin -Canciones para Gladyr op, 151, de rara programación- y Schoenberg. Piezas, todas ellas, embebidas de ensoñación, más o menos coetáneas, bien que diversas. Puede que los claroscuros y el estilo general de las versiones tienda a asimilarlas en demasía.