Miguel Ochando (Granada, 1965) no irrumpe con un producto de composición propia, como viene siendo habitual en el caso de la publicación de un primer título a la hora de estrenarse en el mundo discográfico como solista, sino que propone una sucesión de fieles interpretaciones de la obra de otros nombres representativos del pasado que han dejado una profunda huella en la historia de la guitarra flamenca: Ramón Montoya, Esteban de Sanlúcar, Sabicas o Niño Ricardo, entre otros. Claro que tampoco son versiones, en el estricto sentido del término. Ciñéndose con precisión al modelo, se trata de sutiles miradas hacia el trabajo creativo de grandes de la música flamenca, unas miradas no de soslayo, sino de frente y por derecho, asumidas con el riesgo y el compromiso que esta decisión comporta en una grabación inaugural, pero que Ochando resuelve, por un lado, con la eficacia de una impecable ejecución y haciendo uso de su depurada técnica, y, por otro, con la sensibilidad, el respeto y el conocimiento hacia unos maestros que marcaron su camino. Un hermoso tributo a los clásicos, con la construcción de unas bases sólidas desde la inteligencia y la calidad musical.