Después de la brutalidad de Grinderman, de haber pasado una temporada de juerga "stoogiana" con sus "otros" colegas, Nick Cave vuelve al redil, a su pareja (o harén) de siempre y lanza un disco menos furioso pero que demuestra que sigue en racha, que la convivencia no ha matado la pasión del principio de los Bad Seeds. En este Dig Lazarus Dig!!! Cave mantiene su personalísimo estilo, pero acercándose más que nunca a las raíces de rock and roll de toda la vida (en canciones como We call upon the autor) pasado por la elegancia de la pereza . En este disco Cave mantiene su línea estilística en lo musical y en lo literario. El sexo, la literatura y la religión han sido asuntos esenciales de toda su trayectoria y aquí están presentes. Mujeres que llevan a la perdición referencias al misántropo Bukowsky, pasajes bíblicos que son metáfora de la vida en el extremo. También hay historias para dormir mal, como The night of the Lotus Eaters (escrita con Warren Ellis), de absoluta desesperanza como Moonland o de corazón roto como The Boatman's Call. Pero lo mejor del disco (que tiene que ver con las letras pero también con la música) es el humor, un humor soterrado y, por supuesto, negro.