Que nadie espere un torrente de creatividad e improvisación jazzísticas en torno a este homenaje de Herbie Hancok al cancionero de Joni Mitchell. Sólo con escuchar los dos primeros temas, interpretados por las voces invitadas de Norah Jones y Tina Turner, uno entiende que la aproximación del pianista tiene un punto de apoyo en estructuras musicales propias del pop-rock. Así, lo mejor del disco siempre llega desde los solos o las aventuras colectivas del quinteto de Hancock, léase Wayne Shorter, Lionel Louke, Dave Holland y Vine Colaiuta. Y con ello está prácticamente todo dicho, ya que, asumiendo los argumentos del proyecto y las limitaciones expresivas que conlleva, de este grupo no puede salir ninguna maldad musical. Entre lo más destacable, sin duda, las versiones instrumentales.