A pesar de su juventud, Encarna Anillo (Cádiz, 1983) ya ha recorrido el mundo cantando para bailar en numerosas compañías y formando parte de diversos espectáculos. Como es natural, Barcas de plata tiene la frescura y el entusiasmo de un primer disco, pero también la sabia experiencia de quien ha pisado los escenarios secundando a bailaores tan distintos como Farruquito, Israel Galván, Belén Maya o Rafaela Carrasco. Y eso se manifiesta en el cante: la férrea disciplina del compás, el dominio de los tiempos, la rapidez de reflejos y la interpretación fluida. Buena escuela, donde se han formado grandes artistas. Sin ir más lejos, el maestro Chano Lobato, gaditano como Encarna, con el que ésta hizo una gira por Japón, país al que debe viajar cualquier flamenco que se precie. En el disco se refleja la riqueza estilística de Anillo, su amplio repertorio, con diez cantes en ocasiones diametralmente opuestos, tanto en su estructura musical como en el concepto rítmico: la milonga y la bulería, la zambra y la soleá que no sólo demuestran la versatilidad de esta cantaora, sino su capacidad para asimilar el legado flamenco en sus más variadas formas.