Image: Pablo de Málaga

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Discos

Pablo de Málaga

Enrique Morente

19 junio, 2008 02:00

Caimán Records CR102

Venía siendo extraño que Enrique Morente, trotamundos de la invención y con la necesidad perentoria de lanzarse al abismo del más difícil todavía, no acabara acercándose a la figura arrebatadora de Pablo Picasso. Eso es algo que resultaba tan previsible para los que conocen bien su obra como insoportablemente atractivo para el artista granadino. Tarde o temprano había de suceder, sobre todo teniendo en cuenta que, como escribe José Manuel Caballero Bonald, "Picasso recoge todas las herencias aprovechables del arte universal, las dilapida, las desmantela, las vuelve a montar y, por último, las proyecta sobre los espacios enigmáticos del futuro". Una tentación para Morente, más que nada por la posibilidad de hacer suyo el ejemplo, no con la pintura, claro está, sino con la música flamenca.

Así que asumiendo el sueño cautivador de la creatividad se zambulle de lleno en el universo picassiano con la actitud del que adopta la insondable dimensión de lo quimérico, descartando así la simple postura del eventual transgresor. Morente aborda la titánica tarea de buscar un lenguaje que intente otorgarle vida sonora a los textos de Pablo de Málaga. No es tarea fácil, ya que en algunos pasajes del disco se interpone entre la locución y el oyente una enérgica presencia instrumental y percusiva, teniendo que utilizar todos los recursos de voz para que la escritura aparezca diáfana, que es también de lo que se trata. Dentro del entramado musical del disco, Morente recurre a la Orquesta Chekara de Tetuán, al grupo de laúdes y bandurrias del Albaicín, a una punzante y demoledora batería, pero también a las guitarras flamencas de Juan y Pepe Habichuela, Ochando o Riqueni, a las voces de su hija Estrella o a las ilustraciones de baile de Juan Andrés Maya e Iván Vargas, distorsionando a veces su propio cante con el fin de conseguir un mayor impacto expresivo.