HCM 902071

Mucho ha evolucionado este joven pianista inglés desde que se presentara hace años en el ciclo de la Fundación Scherzo. Lo primero que reconocemos en Lewis ahora es su claridad de digitación, que le permite vencer las enormes transformaciones del tontorrón tema inicial de esta sorprendente y dificultosa composición. El instrumentista nos va alumbrando, en la senda matizadora de un Brendel -del que ha sido discípulo-, en busca de los accidentes de la partitura.



Denotamos la gran pulsación de Lewis en el Presto de la variación 10; el manejo del silencio y de la síncopa en el Vivace de la 13; la facilidad para el trino regular en el Presto scherzando de la 15; la capacidad de concentración en el Andante de la 20; la gracia en el saltarín Allegro Molto de la 22 (con el tema de Leporello de Don Giovanni); el vértigo expositivo en el Allegro assai de la 23. Impecable la acentuación bachiana en el Adagio de la 29. El sonido no nos entusiasma, pero a la versión no se le pueden poner muchas pegas.