Discos

World music: África marca el ritmo

El continente negro triunfa con Mbongwana Star, Songhoy Blues y FantasmaDe Sudamérica llegan revelaciones como Daymé Arocena y Herencia de TimbiquiEn Oriente Medio suenan Bachar Mar-Khalifé y Omar Souleyman

30 diciembre, 2015 01:00

África ha marcado el ritmo en el terreno de la world music, esa amplia etiqueta creada para distinguir la música comercial occidental de las músicas de otras latitudes y de los géneros tradicionales occidentales. Pocas veces un disco del continente africano alcanza las primeras posiciones en las preferencias de los críticos internacionales como From Kinshasa, de los congoleños Mbongwana Star, quienes llevan la música tradicional de su país hacia la psicodelia. De Mali, nos seducen Ballaké Sissoko y Vincent Segal con su "música nocturna" y los Songhoy Blues con su "rock del desierto". En Suráfrica triunfa Fantasma con su audaz fusión con el pop y el soul. Tiganá Santana une África con Brasil en busca de las raíces en Tempo & Magma, uno de los discos del año. Del continente suramericano surgen grandes revelaciones como las hermanas cubanas Ibeyi, su compatriota Daymé Arocena o la fusión de ritmos colombianos de Herencia de Timbiqui, mientras Rough Guide repasa el auge de la cumbia psicodélica en los 60. De Oriente Medio, destacan el dramatismo del libanés Bachar Mar-Khalifé y la música hipnótica del sirio Omar Souleyman, y la música mediterránea también brilla con los griegos Xaos.

Mbongwana Star: From Kinshasa. Congo

Coco Ngambali y Theo Nsituvuidi no lo han tenido fácil. Pasaron de vivir en las calles de Kinshasa, en el Congo, a ser unas estrellas internacionales cuando su anterior proyecto, Staff Benda Bilili, adquirió fama internacional partiendo de una banda de homeless en sillas de ruedas, como ellos. Staff Benda terminó porque Coco y Theo no estaban de acuerdo con el management y este disco, venerado por toda la crítica internacional, los confirma como nuevas superestrellas de la música africana. Producido por Liam Farrel, experto en trip hop, lo mejor del asunto es que no juegan a hacer música africana a la "occidental" traicionando sus raíces: From Kinshasa suena muy congoleño y al mismo tiempo moderno y asequible sin renunciar a su propia tradición. Es música hipnótica con una querencia psicodélica, muy basada en la percusión, que a veces parece surgir de un trance y por momentos recuerda a la pulsión lisérgica y rockera de Jimi Hendrix.



Bachar Mar-Khalifé: Ya Balad. Líbano

Hijo de un distinguido músico libanés, Mar-Khalifé emigró de su país para instalarse en Francia, donde estudió en el Conservatorio y ha colaborado con artistas internacionales de prestigio como Carl Craig o Francesco Tristano. En su tercer álbum, el artista visita la música tradicional de su país desde una óptica moderna y audaz en la que se mezclan los ritmos orientales, la sentimentalidad de la música del Mediterráneo e influencias como los sonidos balcánicos o el jazz. Contiene la preciosa Layla, una de las baladas del año.

Ballaké Sissoko y Vincent Segal: Musique de Nuit. Mali

Segunda colaboración entre el virtuoso de la kora Ballaké Sissoko y el violonchelista Vicent Segal, Musique de Nuit fue grabado en Bamako, ciudad en la que ambos residen, pocos días después de los atentados en París contra Charlie Hebdo, y los músicos quisieron que el disco fuera un homenaje a la armonía y la sensibilidad como forma de enfrentarse a la brutalidad del mundo. Canciones tradicionales y nuevas composiciones se unen en este disco precioso de música maliense en el que el violonchelo de Segal aporta aún mayor profundidad a sus bellas canciones.

Daymé Arocena: Nueva Era. Cuba

Descubierta por Gilles Peterson para el mercado internacional, a sus 22 años Daymé Arocena ya es una experimentada cantante que ha dirigido coros en Cuba y actuado con figuras como Winston Marsalis. Ha sido Peterson quien se la llevó a Londres para grabar un primer álbum en solitario en el que la joven Daymé recupera el legado de grandes cantantes como Ella Fitzgerald sonando más madura de lo que dice su edad. Hay una influencia del jazz en estas canciones inspiradas en la música cubana tradicional, los ritmos yorubas de los emigrantes nigerianos y la santería en la que Arocena mezcla el castellano y el inglés con seductores resultados.

Fantasma: Free Love. Suráfrica

Grupo liderado por Spoek Mathambo, artista muy conocido en Suráfrica que también es co-director del documental Future Sounds of Mzansi, sobre la escena undeground del país desde el fin del apartheid, Fantasma es una vibrante aproximación al hip hop, el soul, el pop y la electrónica desde las raíces africanas. El álbum va desde canciones que suenan a lo Graceland de Paul Simon, como Basbizile a guiños setenteros, como la soulera Higher Power, o donde destaca la percusión psicodélica de la estupenda Peaking.

Herencia de Timbiqui: This Is Gozar. Colombia

Este grupo de jóvenes del Pacífico colombiano fusionan ritmos tradicionales de esa región como la marimba de chonta, el bombo, los cununos o el guasá con los sonidos que, cuentan, les impresionaron cuando se mudaron a la ciudad: el rock y el jazz. Se llaman Herencia porque ondean con orgullo esas raíces que se remontan a sus orígenes africanos y el resultado son un puñado de canciones con sabor puramente sudamericano tan frescas y divertidas como Amanece o la que da título a un disco en el que estos colombianos levantan el ánimo de un muerto.

Ibeyi: Ibeyi. Cuba-Francia

Con su primer disco, estas hermanas gemelas que forman parte de la aristocracia de la música cubana han conquistado el mundo gracias a una sofisticada y sabia combinación entre sonidos tradicionales y elementos del jazz o la electrónica. Ellas mismas citan James Blake o Frank Ocean entre sus influencias y reivindican desde su propio nombre (Ibeyi significa gemelas en yoruba) la cultura nigeriana de sus ancestros. De origen cubano pero criadas en París, donde viven, son hijas de un músico de Buena Vista Social Club y una cantante venezolana, Lisa Kaindé Diaz y Naomi deslumbran con este precioso disco con canciones como River, pura sofisticación trip hop más original de lo que pudiera parecer, o la perfección casi pop y atmosférica de esa Think of You con esa maravillosa percusión.

Jake Shimabukuro: Travels. Hawai

El gran maestro hawaiano del ukelele prosigue su andadura como icono del género y la música tradicional de la isla con este bellísimo Travels en el que nos seduce y conmueve con el peculiar sonido de un instrumento que domina a la perfección. A mitad de camino entre la tradición estadounidense y la asiática, el artista, muy popular en Japón, nos regala maravillosas canciones de una cierta melancolía con un punto pop y muy melódicas, como Oama, en un disco plagado de bellas melodías que es una delicia escuchar.

Omar Souleyman: Bahdeni Nami. Siria

El sirio Omar Souleyman ya es una leyenda y desde su "descubrimiento" para el mundo occidental no deja de sorprendernos con su maestría a la hora de dominar los hipnóticos sonidos de Oriente Medio. Souleyman vuelve a colaborar con músicos de la talla de Four Tet, Gilles Peteron o Modeselektor para llevar sus canciones hasta una nueva dimensión. Comienza el álbum con la conmovedora Mawal Menzal y continúa con el delirio exótico de Bahdeni Nami, en la que Four Tet no "modernizan" su sonido porque ya es moderno, juegan con él dándole más espacio y una querencia aún más hipnótica a los beats. Sin duda, uno de los grandes discos del año.

Shye Ben Tzur, Johnny Greenwood and the Rajasthan Express: Junun. India/Gran Bretaña/Israel

Reunión del músico israelí Shye Ben Tzur, los componentes de Radiohead Johnny Greenwood (guitarrista) y Nigel Godrich (productor de la banda) con algunos de los más preeminentes músicos del norte de la India. Junun es también un documental dirigido por Paul Thomas Anderson que algunos quieren ver como un Buenavista Social Club pero en la India. De la sensacional percusión de Roked a paisajes más tradicionales con aire espiritual como Hu, o a la estilización de Allah ellohim (esa base claramente Gondrich), Junun es una excelente puerta de entrada a la fascinante música del inmenso país.

Songhoy Blues: Music in Exile. Mali

Lanzados al estrellato gracias a su colaboración con Damon Albarn en el álbum África Express: Maison des Jeunes, los malienses Songhoy Blues han lanzado su primer álbum con un sello norteamericano y producidos por Nick Zinner de Yeah Yeah Yeahs. oriundos de Bamako, el álbum está muy marcado por la reciente guerra en el país africano contra los yihadistas y esta "music in exile" se refiere precisamente al exilio forzoso ocurrido cuando los islamistas prohibieron la música y obligaron a su expulsión. Los Songhoy Blues son cuatro y sus canciones, aun estando inspiradas en la guerra, rezuman alegría y vitalidad con una genial mezcla entre riffs de guitarra a la americana (cortesía de Zinner) y percusión maliense. Blues del desierto lo llaman y hay ecos del punk, el rock y el exotismo.

Taraf de Haidouks: Of Lovers, Gamblers & Parachute Skirts. Rumania

La música balcánica goza de muchos fans en nuestro país gracias a Emir Kusturica o bandas de nuevo cuño como los londinenses Gogol Bordello, y a este mismo grupo de gitanos rumanos en activo desde antes de la caída del comunismo que son un referente internacional desde los años 90. Algunos son muy viejos ya pero siguen sacando discos como éste con el que revisitan algunas de sus canciones más famosas y los estándares de la música gitana del Este de Europa para celebrar su 25 aniversario. Banda de composición mutable que va incorporando nuevos miembros, los Taraf de Haidouks son muchas veces considerados los mejores en su género y este disco con mucho violín y acordeón es pura alegría.

Varios artistas. The Rough Guide to Psychedelic Cumbia. Sudamérica

Un disco que empieza con los fabulosos Juaneco y su Combo, grupo peruano trágicamente desaparecido en un accidente de avión a finales de los 60 solo puede ir a mejor. Este compilatorio de Rough Trade, cuya labor de arqueología musical en todo el mundo es fundamental, bucea en esos años 60 de enorme creatividad en los que los ritmos tradicionales del continente se vieron influidos por la emergencia de la psicodelia en Occidente. Más que un disco, un viaje.

Tigana Santana: Tempo&Magma. Senegal

Sin duda, uno de los discos más bellos del año. El músico brasileño de Salvador de Bahía Tiganá Santana viaja hasta Senegal para grabar un disco con artistas de ese país, Mali y Guinea para profundizar en las raíces africanas de la música brasileña. Utilizando instrumentos regionales como el kirrin, el riti, el n'goni o un tipo de flauta llamada toxoro, Santana lidera el combo y canta, muchas veces en lenguas africanas, en este disco que supone un fascinante redescubrimiento de las raíces, no solo del continente sino de su diáspora, como los acertados acercamientos al gospel y al blues.

Xaos: Xaos. Grecia

Once años ha llevado la gestación de este disco en el que se reúnen dos veteranas figuras destacadas de la música griega como Ahetas (también pintor y artista) y el productor anglo-griego Dubulah, conocido por colaborar con bandas como Dub Colussus. Mezclando instrumentos antiguos (la lira tradicional o una especie de flauta llamada ney), y modernos como tambores y guitarras con una producción moderna que trata de respetar al máximo la pureza de la música, es un disco muy bello que remite a un mundo mediterráneo y bizantino con gran capacidad evocadora y que va de los momentos más lúgubres como Processional a los más espirituales como All the Gods Together.

@juansarda