De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Ibeyi, Kamasi Washington, Sam Smith y Kelela

En la recta final del año, las mujeres toman el absoluto protagonismo. Björk se alía con Arca en un nuevo disco, Utopia, marcado por el sonido de los pájaros y las flautas que propone nuevos espacios de concordia en un mundo dividido. Las cubanas afincadas en París Ibeyi publican un álbum que marca a fondo este 2017 con su trip hop de raíces caribeñas. Y en Estados Unidos, el R&B de Kelela nos seduce con su enorme calidad. Y sorprende por su fuerza el nuevo trabajo de Charlotte Gainsbourg, que llevaba unos años más dedicada al cine, mientras Saint Etienne y St. Vincent siguen brillando como grandes renovadoras del pop. Damas con mucho talento a las que se suma la patria Joana Serrat, que conquista Estdos Unidos con su folk. En un mundo de mujeres, Sam Smith triunfa con un disco de enérgico de pop comercial mientras Kamasi Washington prosigue con su indagación en los nuevos caminos del jazz y Morrissey desconcierta con su nuevo álbum.



Björk: Utopia. Pop/Electrónica

Después de su ruptura sentimental y de un disco que ella misma llama del "corazón roto" (Vulnicura, 2015), la propia Björk ha dicho que este nuevo trabajo "es un redescubrimiento del amor pero de una manera mejor y más espiritual, siendo consciente de la falta de empatía en este mundo". Compuesto en largos paseos por el campo en Islandia, Utopia no es un disco de singles pop sino de atmósferas marcadas por el sonido de los pájaros, grabados en directo, y de la flauta islandesa. Compuesto y producido en colaboración con el joven músico venezolano afincado en Nueva York Arca, Utopia parece sugerir un mundo posible de paz y concordia en una apuesta de Björk por la armonía y la reconexión con la naturaleza en un mundo turbulento.



Ibeyi: Ash. Pop

Después de su debut hace dos años, Ibeyi están conquistando el mundo con este segundo disco, Ash (Ceniza), en el que las cubanas afincadas en Francia logran llevar la música de su país hacia una rotunda modernidad. Hijas del famoso percusionista cubano Miguel Ángel Díaz, Lisa-Kaindé Díaz y Naomi Díaz logran el pequeño milagro de renovar la música caribeña con dosis de trip hop no solo sin traicionar sus esencias sino todo lo contrario, con groove y profundidad. Ash es una colección de canciones bellísimas como Away Away o himnos feministas tan poderosos como No Man Is Big Enough For My Arms. Son fabulosas.



Kelela: Take Me Apart. Pop/R&B

Después de su espléndido debut hace dos años, Hallucinogen, la cantante y compositora de Washington D.C. se supera a sí misma con un disco que suena al mismo tiempo elegante y sincero, demostrando que es posible desnudar el alma sin perder la compostura. Hay canciones del mejor R&B cercano al pop como Waitin y temas en los que nos recuerda a Sade (Frontline) mientras en otros, como Blue Light, surge una vena más experimental y lírica. De origen etíope, Kelela hoy vive a caballo entre Los Ángeles y Londres y es una de las voces más poderosas de las minorías en ambos países.



Charlotte Gainsbourg: Rest. Pop

Hacía ocho años que la hija de Serge Gainsbourg y Jane Birkin no lanzaba un disco, más entregada al cine y a sus colaboraciones con Lars Von Trier. Rest ha sido recibido como un enorme triunfo en todo el mundo y es un disco en el que la artista logra emocionarnos con una versión actualizada y modernizada de la chanson que alcanza cotas de belleza realmente asombrosas. Abre el disco una canción tan sensacional como Ring-a-Ring O'Roses, una canción de pop elegante y profundo, y nos seduce con canciones como la muy chic Deadly Valentine.



St. Vincent: MASSEDUCTION. Pop

Anne Erin Clark, quien publica sus discos como St. Vincent, ya es una gran estrella y este MASSEDUCTION, donde la vemos más melancólica y menos irónica que en el icónico St. Vincent (2015), deja un tanto de lado el comentario cultural ácido para hablarnos de amor (y desamor) en un nuevo disco quizá más áspero. Sigue siendo una fabulosa creadora de melodías como la preciosa línea de guitarra de New York en la que nos regala una preciosa canción de desamor que recuerda al mejor Sufjan Stevens. Y si en la Gran Manzana echa de menos a su amor, en Los Ageless (ojo al juego de palabras) nos regala una joya pop a la altura de sus mejores composiciones cargada de ironía y aún más dosis de tortura amorosa.



Joana Serrat: Dripping Springs. Folk/Americana

Con su debut, The Relief Sessions (2012), disco autoeditado, y su continuación, Dear Great Canyon (2014), con El Segell del Primavera, la compositora y cantante Joana Serrat ya dejó claro que es un talento muy a tener en cuenta. Dripping Springs es un bucólico pueblo de Texas y en ese Estado grabó Serrat el álbum con el productor Israel Nash, uno de los artistas más aclamados de la Americana como género musical. Serrat cada vez canta mejor y nos enamora en canciones como Lost Battles, que recuerda a Neil Young, o Trapped in the Fog, más cercanas al blues.



Saint Etienne: Home Counties. Pop

Cinco años después de su ultimo disco, Words and Music by Saint Etienne (2012), causa placer ver que el trío londinense formado por Sarah Cracknell, Bob Stanley y Pete Wiggs, sigue vivo y lanzando discos tan inspirados como este en el que brillan como maestros del pop, una vez más. Dicen que a estas alturas solo sacan discos "cuando tienen algo que decir" y Home Counties está inspirado en la vida en las "ciudades dormitorio" de las afueras de Londres. Lo que nos proponen es una suerte de poética del suburbio que sirve como exaltación lírica y al mismo tiempo nota irónica de la prosperidad burguesa. Y a todas éstas, lanzan canciones sensacionales como Dive o de una delicada espiritualidad como Heather.



Kamasi Washington: Harmony of Difference. Jazz

Hay músicos que marcan el camino a los demás como Kamasi Washington, saxofonista y compositor de jazz que está revolucionando la música desde Los Ángeles. Después de un disco monumental como The Epic (2015), tan épico como su propio título y con sus tres horas de música, Washington sigue marcando el futuro de la vanguardia con Harmony of Difference, en el que, con mayor concisión, se sigue revelando como un maestro a la hora de practicar una exuberante experimentación. Del lounge de Desire, el tema que abre el disco, a la turbulencia de Truth, los 13 minutos con que lo cierra, el músico californiano demuestra que es el más inspirado heredero de Coltrane, su modelo confeso, en una suerte de banda sonora de la vida californiana con un marcado acento de los 60.



Morrissey: Low in High School. Pop

Es tan pesado con sus constantes salidas de tono y actitudes de prima donna que a veces cuesta acordarse de que Morrissey es uno de los mayores talentos de la música contemporánea. La crítica internacional no está siendo muy generosa con este Low in High School, el gran regreso de Morrissey, y digo gran porque es un álbum convencional pero no en el mal sentido, sino claramente mainstream, en el que Morrissey lanza canciones de british pop modélico y pulcro, que siempre se le ha dado muy bien. Con polémica incluida por una portada con un niño con un hacha que sujeta un cartel en el que se lee "hacha a la monarquía", es una especie de artefacto al mismo tiempo antisistema y de derechas que hace de Morrissey un personaje inclasificable.



Sam Smith: The Thrill of it All. Pop

Hace tres años, el joven británico Sam Smith conquistó el mundo con un disco de pop melódico en el que brillaba como una especie de Adele en versión masculina. Smith ganó además siete Grammy en Estados Unidos, coronando un éxito ante el que levantó una ceja la prensa indie. Gay confeso y maestro a la hora de hacer singles pegadizos y canciones sentimentales, Smith no es el artista más moderno del mundo pero sí tiene la capacidad de hacer un pop vibrante y sincero en el que sobresale su bonita voz de crooner.



@juansarda