La reina del pop sigue defendiendo su corona a los 60 años con Madame X, un álbum en el que coquetea con los ritmos latinos y el trap que no deja de ser puro Madonna. Otro grande, Bruce Springsteen también llevaba varios años sin publicar nuevo material y presenta Western Stars, un homenaje a la "americana" en el que vuelve a brillar. El hip hop sigue viviendo un gran momento y destacamos los nuevos álbumes del británico slowthai, en el que presenta una visión desquiciada del caos del Brexit con un rap combativo cercano al punk, y el ya clásico Tyler the Creator, que en Igor nos cuenta una tortuosa relación sentimental sin olvidar a Kate Tempest, quien a medio camino entre el spoken word y el rap sigue lanzando advertencias sobre la deriva del mundo actual. Entre los discos españoles destacamos lo nuevo de Macaco, en el que colabora con Silvia Pérez Cruz, el Niño de Elche o incluso Serrat, y la sensibilidad de El Petit de Cal Eril.

Madonna: Madame X

Bitch, está loca. No lo digo yo, lo dice ella. Quizá haya que considerar aquella novela de Junot DíazLa maravillosa vida breve de Oscar Wao, como el referente lingüístico de este disco en el que Madonna de vez en cuando canta en español para decir cosas como eso, "estoy loca" o "me gusta por mucho que me asuste". Se podrá reprochar a Madonna que se apunta a la música urbana y los ritmos latinos para seguir la moda pero si lo primero puede ser cierto no lo es lo segundo ya que pocas artistas anglosajonas han prestado más atención a la tradición hispana que ella desde los principios de su carrera. Madame X es un buen disco en el que, Maluma aparte, Madonna sigue haciendo de sí misma y hablando de lo mismo desde que la conocemos. Ahí están los referentes religiosos en Dark Ballet, la clásica canción pop de la artista, o un tema de inspiración house como I Don’t Search I Find pensado para la pista de baile. Después de pasar unos años en Lisboa, la influencia portuguesa es especialmente notoria en una versión de Blaya, Faz Gostoso, junto a Anitta en clave electrónica, o esa Killers Who Are Partying en la que logra una notable fusión entre fado y pop americano. Quizá la ironía de un disco en el que hay hasta una batukada (Batuka) sea que la mejor canción sea la balada Extreme Occident, que no desentonaría en el Like a Prayer, en la que explica su propia épica de chica de provincias que conquistó el mundo. Bitch, está loca.

Bruce Springsteen: Western Stars

Una buena noticia, Werstern Stars no solo es el primer disco de Bruce Springsteen en cinco años, también es el mejor desde, como mínimo, Devils&Dust (2005). Al artista le ha venido bien, al menos artísticamente, el cabreo con Trump y con la deriva de su país porque Springsteen no solo parece sentirse del todo cómodo con su material (cosa que no pasaba con las canciones más constreñidas de su último trabajo, High Hopes) también brilla alto como guardián de la gran tradición "americana". El artista nos ofrece más que un alegato político directo una crónica devastadora de esa América profunda que apuesta por Trump en medio de una gran desesperación. Marca el tono del disco Tucson Train, de inspiración dylanesca, en la que se mete en la cabeza del "americano medio" para cantarle a su desolación: "Peleamos duro por nada/ Peleamos hasta que no quedó nada/ He llevado encima esa nada por mucho tiempo/ Ahora paso mis días haciendo funcionar esta grúa". En la canción que da título al disco, Western Stars, que podría haber firmado Jeff Tweeddy, habla sobre su propia melancolía: "En el set la chica me trae dos huevos crudos y un chupito de ginebra/ Entonces lo dejo todo por esa pastilla azul/ Que me promete devolverte otra vez". Una épica que va de la exaltación del sentimiento de compadreo en los pubs americanos en Sleepy Joe’s Café a la eterna promesa de libertad americana de Chasin Wild Horses en la que canta: "Dejé mi casa, dejé mis amigos/ No dije adiós/ Un contrato fijo/ Y me fui a la montaña de Montana/ buscando caballos salvajes".

Slowthai: Nothing Great About Britain

El propio título del disco ya lo dice todo, "nada grande en Bretaña". Sensación del rap mundial con este álbum de debut en el que rescata la energía del punk para trasladarla al rap, slowthai es un joven de 23 años de los suburbios de Nothhampton que presume de estética chandalera y reivindica con fiereza sus raíces obreras. Si hay algo que un buen punk inglés no debe olvidar nunca es cargar contra la monarquía y la canción que da nombre al álbum es una parodia de los Windsor: "Respétame Elizabeth" rapea slowthai reviviendo el espíritu de los Sex Pistols acompañado de un vídeo en el que se burla del mito del rey Arturo. Con un sonido cercano por momentos a los Sleaford Mods, con influencias del ska, slowthai tiene fuerza y rabia en una aguda mirada a la realidad del país.

slowthai - Nothing Great About Britain

Macaco: Civilizado como los animales

El barcelonés Daniel Carbonell, más conocido como Macaco, lleva años fusionando el hip hop con los ritmos latinos y la "world music" con lo cual podríamos considerarlo todo un pionero. Con una trayectoria que arranca con Ojos de Brujo en los 90, Macaco ahora va por libre y este es un álbum fresco y luminoso como es habitual en el artista muy marcado por las distintas colaboraciones. Tras una arranque en el que recita Antonio Escohotado, Macaco recluta al Niño de Elche, Bego Salazar y Raül Refree para De serie, en la que se marca unas palmas en un tema de flamenco pop que recuerda a Kiko Veneno mientras Blue con Jorge Drexler y Joan Manuel Serrat es una bonita balada marcada por el sonido de la guitarra y aire suramericano mientras Quédate, a dúo con Silvia Pérez Cruz, tiene un irresistible tono mediterráneo. En el single, Bailo la pena, el artista experimenta con las nuevas tendencias traperas en un momento en el que tiempo le ha dado la razón.

Kate Tempest: The Book of Traps and Lessons

Como "el libro de las trampas y las lecciones" titula la artista británica su segundo disco después del gran éxito del anterior, Let Them Eat Chaos, en el que destacaba por abordar el hip hop desde el spoken word. Artista directa que destaca por la fuerza de sus letras (ha publicado también dos libros: Cuando la vida te da un martillo y Mantente firme, ambos traducidos en España), Tempest cree que lo personal y lo político son lo mismo y se pregunta en este trabajo por la manera de construirnos mejor para ser mejores personas. Tempest tiene algo de predicadora y su música algo de salmo religioso como escuchamos en Brown Eyed Man en la que carga contra la violencia policial contra los emigrantes: "¿Qué ha pasado contigo/ mi querido hombre de los ojos marrones?/ Cómo hemos llegado a que/ sienta cómo tiemblas cuando te doy la mano?", para seguir "Me enseñan habitaciones cubiertas de oro/ Y entonces cierran las puertas". El tono más personal aparece en canciones como Lessons, en la que recita: "He visto a los leones convertirse en cachorros/ Y a los cazadores convertidos en presa/ Las lecciones volverán mañana/ Si no son aprendidas hoy".

El petit de Cal Eril: Energia fosca

Se define en su página web como "banda de pop metafísico" y no es mala manera de verlo. Alias de Joan Pons, un joven de la Segarra, nos encontramos ante un autor de gran talento y sensibilidad que tres años después del éxito de La força se supera con este Energia fosca, en el que practica una especie de surrealismo psicodélico con un pie en el San Francisco de los 60 y otro en las canciones tradicionales catalanas. Vemos en este disco un sonido más sofisticado que recuerda un poco a los paisajes bucólicos de Grandaddy en un disco en el que lo mejor son sus bonitas canciones, donde el artista revela algunas de sus pulsiones más intimas. De esta manera, Pols es una sentida elegía a la brevedad de la vida mientras Sóc dans els núvols tiene un tono de stoned pop.

Tyler the Creator: Igor

Músico impredecible de la escena de Los Angeles, miembro fundador de los hoy míticos Odd Future, Tyler the Creator está viviendo un gran éxito comercial con su nuevo disco, IGOR, menos "raro" que el anterior, Flower Boy, en el que reflexionaba sobre la ingenuidad y el idealismo. Álbum narrativo, el IGOR del título representa el lado oscuro del propio Tyler, que en este trabajo nos cuenta un trío romántico formado por él mismo, su actual pareja y su ex novia, que a su vez está liada con su actual pareja. Es un disco sensacional con títulos como 'Ya no te quiero' o 'Nos quedamos sin tiempo' que forman parte de la vida de una pareja en la que el músico se vuelve a revelar como un magnífico reinventor de sonidos como el r&b, el soul o el disco.

@juansarda