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Discos

Melancolía para el fin del verano: Thom Yorke y Bon Iver

Los días aún son cálidos y alegres pero dos grandes artistas como Thom Yorke y Bon Iver ya pronostican las brumas del otoño en sus nuevos discos

21 agosto, 2019 11:09

Los días aún son cálidos y alegres pero dos grandes artistas como Thom Yorke y Bon Iver ya pronostican las brumas del otoño o se dedican a dar una versión menos luminosa del verano, según se mire. El líder de Radiohead, Thom Yorke, lanza su tercer disco en solitario, ANIMA, en el que sigue sonando a Yorke con un disco de electrónica experimental con sus clásicos requiebros sobre la fragilidad del alma y algunos momentos más pop que entusiasmarán a sus muchos fans. El estadounidense Bon Iver, por su parte, sigue distorsionando el indierock en un disco dedicado al otoño que suena, eso sí, más luminoso que los anteriores. Lamentamos hace pocos días la muerte de David Berman, ex líder de Silver Jews, que poco antes de suicidarse dejó un último trabajo bajo el alias de Purple Mountains en el que abunda en su depresión y sus problemas. Con un tono más festivo, Bad Bunny y J Balvin, las dos grandes estrellas de la música latina actual vibran en Oasis. Y en el apartado nacional, destacamos a dos artistas con Le Parody, una andaluza que fusiona los beats más avanzados con el folklor, y la asturiana Lorena Alvarez, que en Colección de canciones sencillas reviven el espíritu de Vainica Doble en un álbum en el que revindica la fuerza de las canciones tradicionales.

Bon Iver: I,I

Músico muy popular en nuestro país aunque produce una música que puede parecer “difícil”. Justin Vernon es un tipo de 38 años de Wisconsin que ha hecho fama y fortuna deconstruyendo el indie-rock para convertirlo en una especie de salmo religioso electrónico. Creador de discos de gran belleza incluso plástica porque parecen sugerirnos constantemente paisajes y formas, Vernon ha estado ocupado desde que publicó 22, A Million en 2016 trabajando con Kanye West y ahora brilla con este I,I, en el que sigue por una senda similar a la conocida en un disco dedicado al otoño que sin embargo suena menos tristón que otros. Plagado de colaboraciones, ahí están figuras como el trovador británico James Blake o el cantante de soul Moses Sumney, nos encontramos ante canciones más clásicas en algunos casos que parecen sugerir un ánimo más optimista del músico. Ahí está el preciosismo de temas como We, o una canción como Naeem, en la que logra una de sus bonitas melodías con un tema de emocionalidad máxima y aires de superación.

Purple Mountains: Purple Mountains

Una década tardó el músico y poeta David Berman en lanzar un nuevo disco después de la disolución de los célebres Silver Jews. Una década que tuvo un final muy triste cuando Berman se suicidó el pasado 7 de agosto en su apartamento de Brooklyn. Figura destacada de la eclosión del indierock de los 90 que protagonizaron otras bandas como Pavement, Berman triunfó en la época con discos como Starlite Walker (1994) o American Water (1998), en las que brillaba por sus elaboradas letras y un tono crítico con la sociedad estadounidense. Ahora, es fácil escuchar este último trabajo de Berman en retrospectiva y descubrir indicios de la tragedia que se aproximaba en canciones como All My Happiness is Gone, cuyo elocuente título, “toda mi felicidad se ha marchado”, no evita una canción con un tono de sátira casi alegre, como sucede con la propia That’s Just The Way That I Feel en la que un tema de aire country tiene una letra devastadora: “No me gusta hablar de mi mismo, pero alguien tiene que decirlo. Demonios, las cosas no han ido bien”. Le echaremos de menos.

Thom Yorke: ANIMA

Como líder de Radiohead, Thom Yorke es uno de los músicos más prestigiosos y populares del mundo. Al margen de la banda, el cantante y compositor lanza sus propios discos en solitario, totalmente coherentes con la trayectoria del grupo. Dice el propio Yorke que toma prestada la palabra “anima” que da título al álbum del psicoanalista y filósofo Carl Jung, que así designaba a la parte femenina del hombre. Hace unos cuantos años, en 1997, con Paranoid Android la banda nos proponía una especie de autismo como forma de rebelión. Frente al ruido del mundo moderno, la imaginación cuando no la rareza formaban parte de la única forma de alienarse del caos. Desde entonces, su música propone un debate entre un mundo interior en el que el artista es capaz de encontrar la belleza y una realidad desordenada en la que florece la tristeza. Ese diálogo se mantiene vivo en este disco creado sobre todo a base de sonidos de sintetizador con letras incomprensibles en el que Yorke crea unas canciones de una sensibilidad desarmante y profunda. Para el que quiere verlo, también hay un corto de 15 minutos en Netflix dirigido por Paul Thomas Anderson.

Le Parody: Porvenir

Andaluza afincada en Madrid, Sole Parody está triunfando con su tercer disco, en el que nos propone una suerte de mezcla entre ritmos andaluces y tropicales con una electrónica oscura de trazo grueso. Una combinación muy sugestiva que ella define como “el beat hacia el baile y la letra hacia el folclore” en la que la artista triunfa con canciones como Plata fina, en la que convierte la clásica canción “española” en un sugestivo universo de sonidos, del mismo modo que el single, El junco, tiene algo de Björk en su aire turbulento. Menos pop y reguetonera que Rosalía, la comparación más obvia, Parody destaca por su activismo social y político que destaca en temas como Europa, una especie de techno pop ochentero en el que se pregunta con un gemío por el futuro de la “vieja Europa”.

Jamilla Woods: Legacy

A sus 29 años, Jamilla Woods se ha convertido en una poderosa voz del nuevo soul feminista y combativo que protagonizan otras vocalistas como Janelle Monae o Tierra Whack y Kate Tempest, con las que comparte su condición de poetisa. Tras el gran éxito de su debut, Heavn (2016), Woods se corona como una de las reinas actuales del soul con un disco fantástico plagado de canciones elegantes y sofisticadas como esa ZORA, en la que toca un tema muy propio de la artista como el amor propio, o ese funk casi naif de una balada preciosa como EARTHA, más cercana al pop, sin olvidar momentos más políticos como GIOVANNI, en la que en un estilo similar al de Solange, reivindica su feminidad y su negritud.

Lorena Álvarez: Colección de canciones sencillas

Dice que la “etiqueta indie le pone de muy mala hostia” pero de alguna manera hay que celebrar o señalar el espíritu libre y gozoso de este disco hermoso en el que sigue dando brillo a las canciones tradicionales. La “sencillez” a la que alude Álvarez en su título tiene que ver con unas canciones poco arregladas de aire un tanto hippie y campestre en el que se muestra aquí y allá como una músico imaginativa y sugerente en detalles como esa percusión de inspiración suramericana de Envidia sin olvidar influencias más estadounidenses como las de la preciosa Debajo de este olivo, con un delicioso toque country. Artista sincera con una voz bonita y cálida, Alvarez se la juega con su música desnudando su corazón como escuchamos en la delicada Aborrezco lo que adoro, en la que canta a su “triste aborrecimiento”.

J Balvin/ Bad Bunny: Oasis

Pareja de oro de la actual ola de reggaetón que recorre el mundo, el colombiano J Balvin, gran renovador de los ritmos tradicionales, y el trapero portorrqiueño Bad Bunny aúnan fuerzas en este disco totalmente veraniego en el que surgen chispas del duelo de espadas. Ambos artistas están en su mejor momento y Oasis rezuma de canciones gozosas como esa Mojaíta que abre el disco con guasa o esa pegajosa Qué pretendes en la que los estilos de ambos, más bruto el de Bad Bunny y más “suave” el de Balvin, conjugan de maravilla en la clásica canción de despecho.

@juansarda