“Sus edulcoradas melodías contradecían la impenetrable oscuridad de sus desgarradoras letras autobiográficas”. Así define el crítico británico Mick Wall al “James Taylor de Sweet Baby James” en su reciente biografía de Led Zeppelin Cuando los gigantes caminaban sobre la tierra (Alianza). Y de eso hablamos. De un gigante de la música que ha dejado para la posteridad temas como Fire and Rain (su primer gran éxito de los 70), Country Road, You’ve Got a Friend (de su amiga y confidente Carole King) y Carolina in My Mind, entre otras muchas perlas que ha hilvanado entre las fibras del folk, el country, el soft rock, el soul y el blues al abrigo de una generación áurea integrada por Joni Mitchell (especialmente), Cat Stevens, Paul Simon, Jackson Brown, la mencionada Carole King y su exmujer Carly Simon.
James Taylor (Boston, 1948) no se ha apartado nunca ni de la carretera ni de los estudios de grabación. Acaba de sacar su particular autobiografía en formato audio (Break Shot), vuelve a salir al camino de la mano de Jackson Browne y Bonnie Raitt (veremos si el virus les deja) y publica estos días American Standard, un álbum de 14 temas, continuación del muy country Before This World(2015), que construyeron su agitada educación sentimental. No es la primera vez que se acerca al mundo de las versiones (ya lo hizo en 2008 y 2009 con sus Covers, emocionando con algunos temas como el Suzanne de Leonard Cohen y saliéndose del tiesto con otros como Hound Dog).
“Las canciones de 'American standard' son con las que he crecido, las de la colección de discos de mi familia. Sabía cómo hacerlas mías”
Pese a los más de cincuenta años de su primer álbum (James Taylor, auspiciado por Paul McCartney, George Harrison y su compañía Apple Records), el de Boston vuelve a sus orígenes en fondo y forma, incluyendo sencillos arreglos —violines y guitarras con sabor al Taylor más alegre, que ya es mucho decir— capaces de apropiarse del tema sin robar la identidad originaria. Selecciona su repertorio integrando títulos procedentes de la tradición americana, ya sea de conocidos musicales, películas o popularizados por grandes intérpretes. Entre ellos, God Bless the Child, de Billie Holiday y Arthur Herzog Jr, el clásico de Henry Mancini y Johnny Mercer Moon River (gloriosa banda sonora de Desayuno con diamantes), The Nearness of You (popularizada por Glenn Miller en los 40), Almost Like Being in Love (del musical Brigadoon), Sit Down, You’re Rockin’the Boat (popular corte de Guys and Dolls), Carefully Taught, himno antirracista procedente de otro musical, South Pacific, y My Blue Heaven, clásico al que se han acercado también el crooner Gene Austin, Fats Domino, Frank Sinatra y Norah Jones.
“Son canciones con las que he crecido —señala—. Son parte de la colección de discos de la familia. Sabía cómo hacerlas mías. Conozco la mayoría por el reparto original de los musicales de Rodgers y Hammerstein, incluidos Oklahoma! y Carousel”. Taylor ha optado por apoyarse en la guitarra acústica, marca de la casa: “Tomamos como referencia la forma en la que se interpretaba y se grababa entonces pero nos interesaba hacer algo nuevo”. En esta dilatada carrera que Taylor culmina con American Standard (Universal/Fantasy) da igual por qué página se abra su catálogo de grandes letras. Le homenajeamos ahora con esta de su atormentada Fire and Rain: “He visto el fuego y he visto la lluvia / He visto los días soleados, pensé que jamás terminarían / He visto solitarios momentos, cuando no podía encontrar a un amigo / Pero yo siempre pensé que te volvería a ver”.