Escena de la versión lírica de El Quijote de Tomás Marco. Foto: Ignacio Evangelista

El caso de la ópera corta El caballero de la triste figura de Tomás Marco (1942) es algo insólito por estas tierras. Pocos espectáculos líricos contemporáneos, salidos de la pluma de un compositor español, han podido proclamar tantas representaciones en un espacio de diez años. Desde que se estrenara en Albacete en 2005 la obra se ha exhibido ya en varias ocasiones, algo que nos congratula sobremanera. No es raro, pues, que ahora, los días 26, 28 y 30 de este mes, conozca una nueva revisión, esta vez en los Teatros del Canal y en oportuna colaboración con el Teatro Real, que la integra en su actual temporada. La composición fue un encargo de la antigua Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales para celebrar el cuarto centenario de la publicación de El Quijote.



La larga trayectoria del compositor, actor de primera línea en las corrientes más vanguardistas de nuestra música, se resume en esta breve ópera, que cuenta alguno de los episodios de la novela -particularmente el de la Cueva de Montesinos- desde un lenguaje sencillo y directo, claro y conciso, de muy animada rítmica y de una impronta poética muy cercana; posible en un creador que ha encauzado con sapiencia y concretado con fortuna en los últimos tiempos sus distintas experiencias. La obra, que mantiene el sano equilibrio entre humor y destino que se refleja en la obra cervantina y reúne aspectos de mimo y de ballet al lado de los puramente vocales, es un espectáculo completo, en un solo trazo.



María José Suárez, mezzo (narradora), Alfredo García, barítono (Quijote), Eduardo Santamaría, tenor (Sancho) y María Rey-Joly, soprano (que interpreta diversos papeles) son los solistas vocales, los mismos del estreno, excepto el tercero, que sustituye a Emilio Sánchez. A ellos se une 10 & 10 Danza, con coreografía de Mónica Runde. Manuel Coves dirige a un pequeño e insólito conjunto instrumental de la Orquesta Sinfónica de Madrid y Guillermo Heras gobierna la escena con un montaje diáfano, vistoso y eficaz. Una escenificación, que según el autor, está encaminada a resaltar los valores literarios y musicales.