El Teatro Real se vio obligado a suspender este domingo la segunda función de la ópera Un ballo in maschera, de Verdi, por las protestas de un sector del público que consideraba que sus localidades no guardaban la distancia mínima de seguridad frente al Covid-19. En cambio, fuentes del Teatro Real aseguran que “se cumplían todas las normativas vigentes” y que había 905 localidades ocupadas (51,5% del aforo total de la sala).
Un ballo in maschera es la obra que abre la temporada 2020-2021 del coliseo madrileño. Se estrenó el viernes con la presencia de los reyes Felipe VI y Doña Letizia, con un 65% de aforo y sin incidentes. En la función de este domingo, las protestas tuvieron lugar en los pisos superiores, donde las entradas son más baratas, cuando un grupo de espectadores expresó “con aplausos y gritos su disconformidad con el emplazamiento de sus localidades”. Según recoge Europa Press, los asistentes sentados en esa zona denunciaron que algunas butacas de no convivientes estaban juntas.
En un primer comunicado emitido anoche, el Teatro Real relató que la protesta se prolongó “pese a los avisos de megafonía que ofrecían a los espectadores la posibilidad de recolocarles o devolverles el importe de las entradas”. Después de la reubicación de una gran parte de los espectadores que protestaban, y de dos intentos de interpretar la ópera por parte del director de orquesta y de todos los artistas y técnicos que participaban en la función, “un reducidísimo grupo insistió en proseguir con sus protestas para boicotear la representación”, por lo que la misma tuvo que suspenderse, cerca de las 21.10 horas. El comunicado también afirmaba que la dirección del Teatro Real abrirá una investigación sobre el incidente y “tomará las medidas necesarias” para que las sucesivas funciones se desarrollen con normalidad.
En un segundo comunicado enviado este lunes por la tarde, el Real ahonda más en sus explicaciones, utiliza un tono más conciliador y pide disculpas, aunque recalca que se siguieron todas las normas de seguridad vigentes en la Comunidad de Madrid.
"El Teatro Real lamenta mucho lo sucedido y expresa su comprensión con todos los espectadores que no se han sentido seguros en sus butacas, aunque se cumpliera escrupulosamente con la normativa sanitaria vigente en la actualidad, comprobada por la Policía que se ha desplazado anoche al Teatro", señala el comunicado. "Quizás el origen de la disconformidad de una parte del público con la distribución de sus localidades en la sala se deba a los cambios en el protocolo de seguridad sanitaria adoptado para las funciones de Un ballo in maschera, que no son los mismos que se aplicaron en las representaciones de La traviata en julio: se ha eliminado el precintado de las sillas y la obligatoriedad de dejar dos butacas vacías al lado de otras dos ocupadas, ya que ha variado también la normativa sanitaria de la Comunidad de Madrid".
El resto del comunicado continúa de la siguiente manera:
"En las funciones de La traviata no salieron a la venta las localidades previamente bloqueadas y en Un ballo in maschera se ha dejado venta libre hasta completar el 65% del aforo total de la sala, cuando el máximo autorizado por la Comunidad de Madrid era ayer de un 75%. Así, el público que ha comprado sus entradas ha podido elegir libremente sus localidades en la sala, sin límite por zonas, estando contemplada por el teatro, dentro de la normativa sanitaria vigente, la posibilidad de que los espectadores se sentaran en butacas consecutivas –tal como pasa en los transportes públicos- protegidos por su mascarilla y en una sala en que están en silencio escuchando la ópera".
"Quizás este hecho haya sido el desencadenante de las protestas, ya que el público esperaba encontrar la sala con una distribución de las butacas similar a la de las funciones de julio, pero el protocolo sanitario de entonces y el de ahora es distinto, como lo ha sido en el escenario, en el que se está ofreciendo ya una producción operística completa, con escenografía, figurines, y los solistas, coro y bailarines con una mayor movilidad en el escenario".
"El Teatro Real quiere reiterar su compromiso con la seguridad sanitaria del público, artistas y trabajadores, en el que lleva trabajando con ahínco, responsabilidad y mucha energía, desde el mes de abril, con un Comité Médico propio y el seguimiento escrupuloso de la normativa del Gobierno de España y de la Comunidad de Madrid".
"Después del incidente de anoche el Teatro Real adoptará todas las medidas necesarias para que los espectadores se sientan más seguros, reforzando igualmente su comunicación con el público".
"El Teatro Real agradece, como siempre, a los artistas y trabajadores toda su implicación y entrega para hacer la ópera posible en estos días de incertidumbre. Una vez más este agradecimiento es extensivo a todo el público, incluyendo también a los espectadores que anoche no se han sentido cómodos en la sala. A todos pedimos confianza, comprensión y generosidad para afrontar juntos estos días difíciles, en los que el arte y la música son más necesarios que nunca".