El Palau de les Arts de Valencia inicia el año con buen pie: levanta el telón, a partir de este lunes, para cinco representaciones de esa obra maestra finisecular que es el Falstaff de Verdi, ese espirituoso y elevado retrato de un personaje shakespeareano de alto calibre; ese pícaro irredento, ese borrachín y conquistador de vía estrecha, a la postre trasquilado; protagonista de ese hábil giro postrero en el que él mismo se ríe de su sombra y sienta la tesis que resume la ópera: “Todo en el mundo es burla”.
No es fácil llevar a las tablas esta maravillosa pintura montada sobre una delicada estructura en la que se alternan y superponen de continuo metros variados. Mario Martone edificó hace algún tiempo la escena —actualizándola— para la Staatsoper de Berlín, una producción que accede ahora al Palau y que sitúa en el foso al joven y ya renombrado neoyorquino James Gaffigan.
En el reparto, afortunadamente, nombres españoles, valores seguros, como Ainhoa Arteta (Alice), Sara Blanch (Nannetta), Ana Ibarra (Page), Jorge Rodríguez Norton (Cajus). Quickly es la camaleónica Violeta Urmana, ahora en una parte más propia de una contralto o de una mezzo bien provista. Fenton, Juan Francisco Gatell, ligero y aéreo. Y el ‘gordinflas’ será encarnado una vez más por el gran especialista Ambrogio Maestri, un barítono bien coloreado, de fácil emisión, que tiene ahormado el papel desde hace lustros.