Teatro

Flotats frente a Stalin

Estrena obra en Barcelona a los diez años de su polémica salida de la ciudad

13 septiembre, 2007 02:00

Josep Maria Flotats. Foto: Carlos Miralles

Josep Maria Flotats protagoniza el inicio de la temporada catalana. Estrena obra en Barcelona a los diez años de su polémica salida de la ciudad y del Teatre Nacional de Cataluña. Vuelve con Stalin, el día 18, en el teatro Tívoli.

Flotats se fue de Barcelona y se instaló en Madrid, donde ha estrenado con gran éxito sus tres anteriores montajes (Arte, París 1940 y La cena), que luego giraba por el resto de España. Ahora la situación ha cambiado. Flotats no sólo se ha reconciliado con su ciudad de origen debuta en ella con su nuevo proyecto, sino que, por primera vez en el decenio, lo hace en catalán. Y lo hace con Stalin, una adaptación teatral de la novela de Marc Dugain Une exécution ordinaire.

La obra se centra en el que fue líder supremo de la URSS y del comunismo mundial a través de las vicisitudes sufridas por un matrimonio de científicos soviéticos en 1952 durante el llamdo "complot de las batas blancas'". Con este nombre fue denominada la última gran purga de Stalin cuando acusó a sus médicos de intentar envenenarle un año antes de que llegara su muerte. Con esa excusa empezó una serie de depuraciones, no sólo en su entorno más cercano, que afectó a doctores y dirigentes de origen judío.

La obra de Dugain -un autor nacido en Senegal que debutó como novelista con 40 años ya cumplidos y que desde entonces ha tenido un gran éxito con las cinco novelas que lleva publicadas en Francia, donde reside- presenta a Stalin como "un personaje de ficción", según sus palabras que, a pesar de morir en 1953, ha seguido formando parte de la vida de muchas personas. Pero esa caracterización no es una forma de dulcificar su crueldad ya que el escritor deja bien claro desde el principio que el dictador fue el responsable de que "decenas de millones de personas fueran asesinadas sólo por su voluntad". Por esos hechos y por la manera de formar parte de la vida de tantas personas a lo largo de todo el mundo, Dugain lo emparenta con Ricardo III, otro personaje histórico, que inspiró a Shakespeare, al que "para matarlo del todo, es preciso hacerlo revivir eternamente".

Goya como inspiración. De revivirlo, a través del teatro, lo hace Flotats. El director asocia el personaje en general "con las famosas pinturas negras de Goya" y en particular con el cuadro de Saturno devorando a sus hijos. Para Flotats, el lienzo es "una metáfora de Stalin y Hitler, de los padres del pueblo o de los salvadores de la patria" que esparcen el miedo y el dolor ante las personas que, supuestamente, piensan defender, aunque en realidad lo que hacen es acabar con ellos cruelmente.