Teatro

Akram Khan

“En la danza india lo que no podemos decir, lo bailamos”

18 octubre, 2007 02:00

Akram Khan, de pie, coge a Sidi Larbi Chrekoui en Zero Degree

Dos de los coreógrafos europeos del momento se han unido para protagonizar Zero Degree, un espectáculo que se presenta en el Teatro de la Zarzuela a partir del día 24 dentro del Festival de Otoño. Se trata de Akram Khan, de origen indio, y Sidi Larbi Cherkoui, de padres marroquíes, ambos criados en Europa. De sus raíces étnicas y religiosas, pero también de la cultura en la que se han educado trata este espectáculo, en el que se combinan danzas milenarias de la India, como el kathak, con la precisión de los movimientos de la danza contemporánea. El Cultural ha hablado con Akram Khan de este trabajo, segundo de una trilogía de dúos que el coreógrafo británico ha puesto en marcha con otros artistas como Sylvie Guillem (Sacred monsters) y la actriz francesa Juliette Binoche.

Abres la programación de cualquiera de los principales festivales de artes escénicas de Europa y encontrarás a Sidi Larbi Cherkaoui y a Akram Khan, dos de los intérpretes y creadores masculinos más carismáticos y personales del panorama actual de la danza. Esta semana aterrizan en el Festival de Otoño, primero con Zero Degrees, el impactante dúo que crearon en 2005 después de un dilatado período de gestación. El título de la obra se refiere a la dualidad y la distancia mínima que separa dos cosas aparentemente opuestas. El escultor Anthony Gormley ha creado unos dobles de goma de Khan y Cherkaoui, mientras la música original de Nitin Sawney está interpretada en vivo detrás de una gasa al fondo del escenario. El dramaturgo belga Guy Cools presenció el proceso de creación de los dos artistas, que transitan conjuntamente por un discurso potente y poético.

Mitos occidentales
Por otro lado, a finales de mes, Cherkaoui llega al teatro Albéniz con una gran producción, Myth. El coreógrafo flamenco-marroquí, que llegó a la danza contemporánea desde un comienzo autodidacta procedente de la música pop, inicia una nueva etapa después de su larga asociación con Les Ballets C de la B, donde ha creado piezas memorables, como su insólita ópera prima Rien de Rien o el potente Foi (visto en una edición anterior del Festival de Otoño). En Myth utiliza su don para mezclar lenguajes, músicas, estilos y 23 intérpretes singulares que exploran los grandes mitos y símbolos del mundo occidental.

Por su parte, las inquietudes de Akram Khan, británico de origen bengalí, tuvieron su primer cauce a través del Kathak, estilo de danza clásica del norte de la India, para abrirse lugar dentro de la danza contemporánea. Por el camino queda su colaboración en el Mahabharata de Peter Brook, y un aprendizaje en P.A.R.T.S., la emblemática escuela dirigida por Anne Theresa de Keersmaeker en Bélgica. Su estilo une la resolución rítmica y terrenal de sus raíces con un dominio del espacio y amplitud de movimiento a la manera de los lenguajes contemporáneos occidentales. La precisión y control de movimiento de Khan intrigó a Cherkaoui durante la creación de Zero Degrees, primer espectáculo de una trilogía no-intencionada de trabajos en dúo del británico que incluye a Sacred Monsters, con Sylvie Guillem, y un último mano a mano, esta vez con la actriz francesa Juliette Binoche, previsto para 2008. Esta entrevista se desarrolla mientras Khan se prepara para viajar a China, donde ensaya una coreografía para el próximo año con su propia compañía y cuatro bailarines del Ballet Nacional de China.

-¿ Cómo se generó Zero Degrees?
- Conocí a Larbi, después de una función mía, y me gustó que cuando hablamos hiciese una pausa para inclinarse hacia mí, en señal de agradecimiento por lo que había hecho. Hay algo en esta inclinación respetuosa de la cultura islámica que demuestra tanto la humildad como una actitud abierta. Dice: "estoy escuchando, no estoy hablando". Escuchábamos nuestra relación, la afinidad que nos unía y que se mantuvo durante todo el proceso de creación de la obra y de las giras. Nos conocimos mucho antes de iniciar este trabajo. Pasamos tiempo juntos, nos enseñamos películas, libros... que nos gustaban. Estábamos investigando denominadores comunes. Por ejemplo, a Larbi le gusta Bruce Lee, a mí Mohammed Alí. A los dos nos fascina el ritmo. él estaba intrigado por el ritmo de la danza Kathak. él canta y a mí me fascinó su musicalidad. Le interesaba la mitología hindú y a los dos nos gusta Matrix.

Un muerto en el tren
-El punto de partida para Zero Degrees fue una experiencia dramática durante un viaje a la India.
-Larbi me preguntó si yo tenía una historia que no había contado nunca a nadie. Hace unos años fui a Bangladesh para una boda y quería viajar por la India, en tren, como hace el resto de la población. Había muerto un pasajero y su cuerpo estaba medio dentro, medio fuera del vagón mientras se discutía sobre qué hacer con él. Fue una experiencia impactante, necesitaba tiempo para digerirlo. Larbi me filmó mientras contaba la historia y guardó los 20 minutos más relevantes. La pieza no tiene guión sino que copiamos exactamente lo que decía en la filmación, cada palabra, cada tono, cada gesto y patrón rítmico.

-Busca la inspiración en el silencio y la calma. Larbi observa la realidad. ¿Cómo hicieron coincidir estas dos maneras de trabajar?
-A ambos nos interesan los opuestos. Mi interés en la quietud y la calma fue el inicio de mi trabajo. Larbi venía desde el caos hacia la claridad. Mi punto de partida es el movimiento, el suyo el teatro. Creo que los dos intentamos encontrar una realidad de silencio y quietud en el escenario. A veces los bailarines creen que siempre tienen que moverse en el escenario, y los actores creen que tienen que hablar. Siempre he sido muy fan de Satyajit Ray. él nunca editaba nada, si dos personas hablaban y se quedaban un minuto sin nada que decirse, él mantenía ese silencio en la película. Peter Brook trabaja de una manera similar, no tiene miedo a incluir momentos en la obra que puede resultar aburridos.

-¿Qué cosas inesperadas surgieron durante el proceso de creación?
- Algo que me sorprendió fue cómo el movimiento se relacionaba de alguna manera con el texto, porque no lo hicimos conscientemente. Cuando estás involucrado en un tema y lo comentas, el movimiento encuentra una conexión. En la percepción de la danza y el teatro en la India, el texto y el movimiento están unidos. En la danza india, cuando no lo podemos decir, lo bailamos, si no lo podemos bailar, lo hablamos, y cuando no podemos ni bailar ni decirlo, lo cantamos.

- ¿Qué influencia tuvo Zero Degrees en su vocabulario coreográfico?
- Mucho. He trabajado con un bailarín que tiene una calidad de movimiento absolutamente distinta a la mía, y viceversa. Tuve que ajustar mi manera de moverme para encontrar su calidad. A los dos nos fascinan el lenguaje y la sutileza de las manos. El es aire y agua, yo tierra y fuego, y cuando nos juntamos no somos tan diferentes.

- ¿Qué aprendió del punto cero?
- Que el punto cero no está quieto, parece como si fuera un final, pero es un principio y un final. Para mí esta obra es un puente, cuando terminas un camino ya has empezado otro.