Image: Bramant llega al CBA

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Teatro

Bramant llega al CBA

La compañía valenciana presenta "Construyendo a Verónica", un montaje atípico y arriesgado

1 noviembre, 2007 01:00

Escena de Construyendo a Verónica

En Madrid la compañía no representará los tres itinerarios que componen la obra. Por problemas presupuestarios se ha eliminado uno de ellos

Mantener cerca de dos años una obra en cartel por parte de una pequeña compañía española no es fácil. Hacerlo además con un montaje atípico y arriesgado, que se sale de la ortodoxia teatral, es algo ya casi heroico. Pero a veces sucede, como es el caso de Construyendo a Verónica, la producción de la compañía valenciana Bramant que durante el puente de noviembre va a estar en el madrileño Círculo de Bellas Artes. La obra se presenta con las credenciales de haber sido candidata al Premio Max al mejor montaje de teatro.

La idea le surgió a Jerónimo Cornelles de los periódicos. El autor y director leyó en la primavera de 2005 que el cadáver de una mujer blanca, de unos 40 años y con una cicatriz tal vez producida por una antigua cesáre llevaba varios meses en el Anatómico Forense de Valencia sin identificar, tras aparecer en la playa de la Malvarrosa. Por no saberse, ni siquiera se conocía si había fallecido de muerte natural o había sido asesinada. El suceso intrigó a Cornelles, pensó que ahí "había un buen punto de partida para buscar algo y empecé a indagar", recuerda más de dos años después. Poco a poco se fue interesando más en los avatares que pudo haber vivido la mujer, por lo que decidió involucrar a parte de la profesión valenciana en el proyecto. A la llamada respondieron otros cinco autores, tres directoras y 18 actores que presentaron su visión sobre Verónica -bautizada así porque alguien dijo que junto a su cadáver había aparecido una nota de despedida firmada con ese nombre- en el festival València Escena Oberta de 2006.

Un formato poco tradicional
Para la puesta en escena pensó en un formato poco tradicional en el teatro español no sólo por lo que ve el espectador, sino también por el cómo. Construyendo a Verónica es un montaje con tres recorridos distintos para el público. Nada más llegar al teatro, cada espectador debe elegir "el itinerario que quiere seguir" para conocer quién era la mujer y lo que le pasó desde los diferentes puntos de vista de los seis autores de la obra. Así, la producción de Bramant ofrece la posibilidad de zambullirse en la vida de Verónica y de su hijo a través del recorrido rojo, bucear en lo que pasó en la playa mediante el gris, y continuar la inmersión por un azul que no podrá verse en las funciones de Madrid ya que la compañía sólo representará dos itinerarios "por problemas de presupuesto".

Por este motivo, el montaje contará en la capital únicamente con un par de mesas "dispuestas como si fueran las de una cafetería". Cada una estará rodeada por nueve sillas, de las que ocho son para los espectadores y una para que se siente un actor y desgrane su relación con Verónica en un monólogo de seis minutos de duración. Luego tomará el relevo un compañero suyo para ampliar la información. Y así hasta llegar a seis, el número total de textos en cada itinerario. El montaje tiene un ritmo "ágil, rápido y en un estilo cinematográfico dirigido a un público que ha crecido en la cultura audiovisual". Quien quiera "conocer toda la verdad sobre Verónica" deberá apuntarse al resto de itinerarios en sucesivas funciones.