Image: La cartelera se anima

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Teatro

La cartelera se anima

Tres estrenos refuerzan la hasta ahora poco estimulante oferta teatral de Madrid

13 diciembre, 2007 01:00

Las Bizarrias de Belisa, a cargo de la joven Compañía Nacional de Teatro Clásico

Esta semana llegan tres obras que animan en Madrid una cartelera con acopio de comedias graciosillas y producciones poco atractivas. Los estrenos son Musi Call (en el Alfil), Argelino, servidor de dos amos (en la Abadía), y Las bizarrías de Belisa, en el Pavón y a cargo de la Joven Compañía de Teatro Clásico. Tres nuevos títulos que añadir a las recomendaciones que El Cultural propone con los ojos puestos en las vacaciones navideñas.

Dos visiones opuestas de los clásicos, a cargo de los alevines de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) y de Animalario, más un espectáculo de improvisación en el que sus creadores han rizado el rizo de la dificultad contribuyen a animar la cartelera madrileña.

Las bizarrías de Belisa es un clásico olvidado en la obra póstuma de Lope de Vega. Aunque en esta ocasión, tan importante es la recuperación del texto como quién lo devuelve a las tablas. La responsable es la Joven Compañía Nacional, una nueva formación con la que su casa madre quiere disponer de una cantera donde formar actores menores de 30 años. Su estreno tuvo lugar el pasado mes de junio en Alcalá de Henares con esta obra de Lope. Allí, en el escenario del Corral de Comedias, el montaje lució bien, aunque con sus catorce intérpretes un poco ajustados por las escasas dimensiones del tablado. Por eso su debut en Madrid, en el más grande espacio del Teatro Pavón, permitirá contemplar mejor una producción ágil, fresca y divertida en torno a un piano central que dirige Eduardo Vasco. El responsable de la CNTC y de sus dos formaciones ha querido recuperar asimismo al Lope más vital, al comediógrafo que al final de su vida recuerda el Madrid del principio de su carrera como autor teatral. Y escribe una obra de amores juveniles protagonizada por Belisa, la menor a la que secuestró, cuando ella tenía 17 años, para casarse después de la fuga. Eso ocurrió a finales del siglo XVI, el autor lo escribió en 1634, pero Vasco la ha ambientado en una época que recuerda los años veinte del siglo pasado.

Argelino, servidor de dos amos. El clásico "nuevo" es una coproducción entre Animalario y el Teatro de La Abadía. Ambos han decidido conmemorar los 300 años del nacimiento de Carlo Goldoni con una visita a su obra más célebre. Pero en vez de representar Arlecchino, servitore dei due padroni tal como lo escribió el maestro italiano, han decidido "transformar el texto con entera libertad", según el autor de la versión, Alberto San Juan, que lo ha titulado Argelino, servidor de dos amos.

El actor reconoce que en una primera mirada no tiene "ningún derecho" a cambiar las palabras escritas por otro, pero luego justifica la intromisión por "la necesidad de dialogar con las obras" de autores precedentes para adecuarlas a la actualidad. Desde ese punto de partida, ha trazado una "respetuosa, o no tanto, versión del clásico que habla de lo mismo, centrándose en la servidumbre de nuestro tiempo: los inmigrantes".

Sobre el viejo asunto de los que tienen que dejar todo para irse a una tierra extraña, de cómo son recibidos o lo que han de hacer para ganarse la vida y, la principal novedad respecto a las emigraciones de antaño, la evocación del duro viaje hasta llegar a la deseada Europa, trata la obra con la que Animalario regresa a La Abadía hasta el 20 de enero. Su anterior visita fue con Hamelín, montaje que le sirvió a la compañía para conseguir el Premio Nacional de Teatro de 2005, además de otros galardones. Para el reparto, Lima sin embargo ha contado con actores formados en La Abadía (Elisabet Gelabert, Alberto Jiménez, Rosa Manteiga, Daniel Moreno).

Y el último estreno es MusiCall, con el que el Teatro Alfil devuelve a los escenarios madrileños a Michel López, artífice de las ligas de teatro de improvisación y que ya estuvo en la capital hace cerca de dos décadas con un montaje con el que dio a conocer este tipo de teatro. En España, su máximo embajador es Santiago Sánchez, que consiguió con Imprebís uno de los más sonados éxitos teatrales, reeditando el espectáculo a lo largo de cinco años. Unida desde hace unos años a los madrileños Yllana, la compañía L'Om-Imprebís vuelven ahora para crear MusiCall.

La obra sigue los parámetros del citado montaje, aunque con una serie de cambios que la convierten en más difícil todavía. Los actores tienen que improvisar en el escenario algunos de los temas a representar propuestos por el público antes de empezar la función. Pero como esto es algo ya muy visto, los responsables del montaje han decidido que lo hagan como si fuera un musical cuyos estilos irán variando también. Y también que las propuestas se hagan por mensaje telefónico. De esta forma, al atractivo de los espectáculos de improvisación, donde nadie sabe lo que va a ver hasta que ocurre, se une la dificultad de conjugar palabra, canto, música y baile.

Adosados. Estos estrenos se añaden a una cartelera que desde el comienzo de temporada ha ofrecido contadas razones para ir al teatro. De las producciones que merecen la pena reseñarse destacan Adosados, en el teatro Español. Veteranos del teatro independiente de los años 70, la pareja formada por Juan Margallo y Petra Martínez aún sigue con fuerzas para continuar al pie de los escenarios. Unas veces miran al público familiar, otras hacia espectadores adultos, también lo pueden hacer juntos o por separado, pero siempre con un sello divertido que les viene de antiguo. Adosados -que firma el heterónimo de Margallo, John Petrof- es una comedia que repasa la sociedad actual desde el punto de vista de una pareja reaccionaria. Los protagonistas de la obra hablan de asuntos como la inmigración, la política o la asignatura de Educación para la Ciudadanía mientras también entran en la relación personal entre ambos. Aunque la obra no se queda sólo en ese registro, sino que en un momento dado la madura pareja se convierte asimismo en una de actores que reflexiona sobre ellos mismos y su profesión.

Garrick. El personaje que da título a la última creación de Tricicle fue un actor británico del siglo XVIII que un día representaba un dramón y al otro una comedia que levantaba risas interminables en los espectadores. Esta última faceta es la que la compañía, muy cerca ya de cumplir los 30 años de existencia, ha querido recordar con el espectáculo, una especie de conferencia sobre los beneficios para la salud de la risoterapia que "imparten" en el Teatro Gran Vía. Con ese fin, los tres cómicos catalanes han montado un espectáculo en el que recuperan algunos elementos de sus primeros trabajos, como las máscaras, a los que añaden otros nuevos, caso de las canciones, cuentos y cómics que introducen en la obra.

De entre los musicales, hay dos que merecen la pena reseñarse. El primero lleva la firma del grupo Mecano, Hoy no me puedo levantar, en el teatro Movistar de Gran Vía. El otro es La Bella y la Bestia. El musical de Disney fue el título con el que se estrenó en España la productora CIE en 1999. El montaje fue un éxito absoluto: más de un millón de espectadores que mantuvieron la obra en cartel durante 27 meses. Ocho años después, con un mercado de musicales "saturado", según confesión de un alto cargo de la empresa, regresa con un montaje parecido. Un espectáculo ágil, potente y bien hecho que recupera la vieja y edulcorada historia de un malvado príncipe al que una vieja mendiga convierte en horrible bestia por no haberle dado cobijo. Hasta que una joven consigue llegar hasta su fondo y devolverle al estado original. Se representa en el Teatro Coliseum.

Lola Herrera en el Marquina. El teatro especializado en alta comedia de la capital, el Marquina, presenta Seis clases de baile en seis semanas, y tiene en Lola Herrera uno de sus grandes reclamos. La dirige Tamzin Townsend, solicitadísima directora de escena de un tiempo a esta parte. Al éxito que consiguió con El método Grünholm ha añadido últimamente títulos como Gorda o Sueño de una noche de verano, además del que tiene actualmente en el Teatro Marquina con el título de Richard Alfieri. La obra presenta a un hombre y una mujer a los que la vida no les ha mostrado su mejor cara. Hasta que los dos personajes, interpretados por Lola Herrera y Juanjo Artero, coinciden en una academia de baile, donde se encontrarán una vez a la semana. Los acontecimientos se desarrollan con humor, cierta intriga y mucho baile.

Y ya en el capítulo de ballet destaca Don Quijote. Mientras las autoridades continúan deshojando la margarita sobre si crean o no una compañía pública, una formación privada sigue en los escenarios con la batalla que empezó hace tres años para que el público español pueda ver títulos clásicos interpretados, principalmente, por bailarines nacionales, que así tienen un medio donde trabajar en su propia tierra. Es la Compañía Arte 369, fundada y dirigida por María Giménez.

La bailarina, antiguo Premio Nacional de Danza, va a pasar las Navidades en el Teatro de Madrid con un doble programa. Hasta el próximo domingo, sus bailarines interpretan Don Quijote, la nueva creación de la compañía a partir de la coreografía de Petipa que tras su estreno de hace dos semanas en la capital recorrerá el año que viene los teatros de España. Aunque antes, entre el 20 de diciembre y el 7 de enero, la formación presentará en el mismo espacio Cascanueces, una obra que los programadores suelen considerar como el turrón, sólo apta para las Navidades.

Recordando a Mihura. El Centro Dramático Nacional (CDN) ha repuesto Las visitas deberían estar prohibidas por el Código Penal, que misteriosamente se ha convertido en uno de sus espectáculos más taquilleros de la institución. El año pasado se celebró el centenario de Miguel Mihura, uno de los autores de más éxito de la escena española de la segunda mitad del siglo XX, aunque prácticamente ignorado en la actualidad. Para conmemorar el aniversario de su nacimiento, el CDN tuvo la original y brillante idea de recorrer su obra a partir de un texto original, en vez de representar una de sus comedias. Los autores del texto, Ignacio del Moral y Ernesto Caballero, investigaron entonces en parte de la producción de Mihura, quien practicó desde el género teatral al humor periodístico aparecido en "La Codorniz" primigenia, que también dirigió.

Luego Caballero la puso en pie. La pareja -que también colabora en Presas, el otro espectáculo del Centro en cartel- trazó un collage que reúne en una casa particular a un sinfín de peculiares personajes, procedentes de sus obras, y cada uno llegado hasta allí por un motivo extraño y diferente. En el gran salón de la vivienda, atendidos por un mayordomo especial (Pepe Viyuela), los personajes entran, salen, hablan entre ellos y permiten conocer el particular sentido del humor y de la vida de uno de los principales comediógrafos españoles.

Lo más recomendable de Barcelona

De la cartelera barcelonesa destacan tres espectáculos. Por su frescura, buena hechura y excelentes interpretaciones El llibertí (El libertino), dirigido por Joan Lluís Bozzo y que se representa en el Poliorama, en catalán. Es un vaudeville muy divertido de Eric Emmanuel Schmitt inspirado en la figura de Diderot, a quién interpreta Ramón Madaula y en cuyo reparto está también Laura Conejero. El vestuario, de Montse Amenós, es llamativo. Otra elección acertada es Cómeme el coco, negro, recuperación de uno de los espectáculos más divertidos de La Cubana, que se representa en el Coliseum y en castellano. Si lo que se busca es ver a un gran actor en acción, Stalin, obra sobre el dictador soviético a quién da vida Josep Maria Flotats; en el Tivoli. M.J. Ragué-Arias