Image: Helena Pimenta fiel a Shakespeare

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Teatro

Helena Pimenta fiel a Shakespeare

Ur teatro celebra sus veinte años de existencia

31 enero, 2008 01:00

Ur Teatro, la productora de Helena Pimenta, celebra sus veinte años de existencia con Dos caballeros de Verona, de Shakespeare. Una comedia luminosa y alegre que se estrena esta noche en el Teatro Fernando Fernán-Gómez de Madrid.

Después de enfrentarse a la negrura de Macbeth, de la que casi salió un poco tocada, Helena Pimenta ha cambiado de tercio con el autor inglés y se ha zambullido ahora en el Shakespeare más luminoso, el más fresco y vital de Dos caballeros de Verona. Lo ha hecho con su compañía de siempre, con Ur Teatro, que este año celebra dos décadas de existencia, convertida en un referente español de sus obras desde que estrenara Sueño de una noche de verano en 1993. Tras ese debut, con el que Pimenta y la formación consiguieron el Premio Nacional de Teatro en 1993, llegaron otros cuatro "shakespeares" por lo que no tiene nada de extraño que para el cumpleaños volvieran al autor. La obra estará hasta el 24 de febrero en el Fernán-Gómez de Madrid (antiguo Centro Cultural de la Villa).

Con el montaje, en cierto modo, la compañía busca volver a sus orígenes. "Queríamos recuperar el impulso juvenil, las ganas de hacer cosas sin angustiarnos aunque cometiéramos errores como le ocurre a Shakespeare con la obra", reconoce Pimenta. Y cambiar de género, arrimarse a una comedia que les permitiera un juego divertido pero sin que eso suponga encontrarse con un texto menor. Al contrario. Para Pimenta, Dos caballeros de Verona es "un shakespeare primerizo, pero en el que está el Shakespeare posterior". La directora encuentra en la obra trazos de Romeo y Julieta, Noche de Reyes, el Yago de Otelo y, sobre todo, de Macbeth. "Aquí no hay sangre, es una obra más limpia y aséptica, pero en la que también están nuestras partes más oscuras, solo que aparecen de una forma noble, al servicio de la amistad, que puesta por encima de todo permite perseguir objetivos igualmente obscenos". Es decir, el Shakespeare de siempre, el que buceó como nadie en el interior del ser humano y supo encontrar, bromea Pimenta, "los defectos de fábrica" de sus congéneres. Por eso pervive el autor inglés cientos de años después de su muerte. Porque muestra, continúa la directora, "las dos caras de los hombres, sin que puedan renunciar a ninguna de ellas, ya que tanto la maldad como la bondad están inscritas en su código genético".

Traslación a los años 20. Pimenta -que fue catedrática de inglés en un instituto de Rentería (Guipúzcoa) antes de fundar Ur- ha traducido el texto y ha optado por presentar "una prosa poética que permita paladear bien lo que dicen los actores y les sea fácil decirlo". Para ello ha respetado prácticamente el original, con algunos cambios de "palabras lejanas " y modificaciones en las partes cómicas de una obra que ha decidido ambientar en el los años veinte del siglo XX.