Image: Solo para ellas

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Teatro

Solo para ellas

La piel del agua prohíbe el acceso a los hombres

7 febrero, 2008 01:00

La programación del Festival Escena Contemporánea ofrece esta semana en la Casa de América (días 13, 14 y 15) un espectáculo cuya convocatoria, de entrada, ya resulta singular: está dirigido exclusivamente a un público femenino. No se trata de ningún montaje en línea con la polémica Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres, sino que titulado La piel del agua, es "una recreación poética del hamman, en el que se invita al público a participar, quitándose la ropa parcialmente para que la espectadora que quiera pueda ser lavada por un elenco de actrices", explica la directora Lidia Rodríguez.

El espectáculo es el sexto de la compañía Teatro en el Aire, una formación con sede en el barrio madrileño de Carabanchel desde el año 2001 y creada por discípulos de Enrique Vargas, director del Teatro de los Sentidos y artífice de espectáculos dirigidos a estimular los "otros" sentidos del espectador, además de los habituales oído y vista. Es una corriente teatral cuyos montajes proponen la interacción total de los actores con el público. Dirigidos por lo general a un aforo reducido de 20 a 30 personas, exige una gran entrega a los actores, que guían por el montaje escénico al espectador, del que se espera su voluntaria participación. En el anterior espectáculo el Teatro en el Aire proponía al público compartir el mismo colchón en La cama. "Ahora", dice Rodríguez, "le proponemos participar en un baño turco, pero nuestro reto es aumentar el número de participantes hasta 60 personas mientras el elenco es de siete actrices". Cuenta Rodríguez que el espectáculo surgió tras un viaje por Turquía donde tuvo ocasión de entrar en un hamman: "Las mujeres tenían una relación muy fraternal en relación con su cuerpo y me pareció un espacio de comunicación único para dialogar".

Agua, aceites y jabones.
Rechaza la directora que sea éste un espectáculo que aborde "el papel de la mujer en el mundo árabe, mientras sí lleva a la reflexión de la conciencia de género, en este caso femenino". Sin embargo, subraya, "se trata de un juego que pretende dar rienda suelta a la sensualidad y a todos aquellos aspectos que la potencian en un hamman, como son el empleo del agua y otro tipo de fluidos como aceites, así como de jabones y otros productos que originen olores". Insiste en que se trata de un "juego", "una invitación sensual y sutil, porque no obligamos a nadie a que se desnude. Sólo participan las que quieren". Y acostumbrados a hacer nudismo en nuestras playas o a experimentos como el de la empresa alemana de aviones que propone fletar vuelos a España con pasajeros desnudos, ¿por qué prohibir el acceso a los hombres? "La dramaturgia así lo exige", explica Rodríguez, "porque queremos hablar de un espacio íntimo que comparten las mujeres. Pero por otro lado, buscamos crear un espacio en el que las mujeres se sientan cómodas y con hombres, aunque no lo queramos reconocer, no hubiera sido posible".