Un momento de White Darkness. Foto: Fernando Marcos.

La fragilidad de la vida es el elemento común que la Compañía Nacional de Danza ha dado a las coreografías que presenta mañana, bajo la dirección de Nacho Duato, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Quintett, de William Forsythe, además de Hevel y White Darkness, de Duato, podrán verse hasta el 29 de marzo.

La Compañía Nacional de Danza se vuelve a presentar en Madrid dentro de la temporada estable que suele ofrecer en el Teatro de la Zarzuela. El programa elegido para esta temporada incluye el estreno en España de Quintett, de William Forsythe y la presentación en Madrid de la última creación de Nacho Duato, Hevel además de otra obra suya White Darkness. Las tres coreografías examinan, desde distintas perspectivas, maneras en que el ser humano confronta la fragilidad de la vida.

Forsythe es sin lugar a dudas el coreógrafo con mayor influencia en el ballet contemporáneo actual. La oportunidad de encontrarse con sus creaciones incluidas en el repertorio de numerosas compañías internacionales que, como la Compañía Nacional de Danza, tienen la capacidad de interpretarlas con soltura, es una buena oportunidad para ponerse al día respeto a los derroteros del ballet del futuro.Una de las características fundamentales de las creaciones del coreógrafo estadounidense es su amplitud de miras, las distintas perspectivas que dotan sus trabajos. Afincado en Alemania desde 1973, su relación con la arquitectura, las artes audiovisuales y multimedia -con temáticas imprescindibles en la creación y la vida contemporáneas, conjuntamente con una capacidad de observación aguda y síntesis- hacen que sus obras sean maravillosamente complejas y potentes tanto para el público (un público amplio que se acerca a sus creaciones desde múltiples puntos de entrada) como para los intérpretes que participan en el proceso.

Quinteto, que fue estrenado en 1993 por el Ballet de Frankfurt, compañía que dirigió Forsythe durante veinte años hasta que factores políticos y económicos forzaron su disolución, sitúa a dos mujeres y tres hombres en un gran espacio vacío, salvo por un especie de proyector que lo ilumina. Es imposible separar la música de Gavin Bryars, su poderosa Jesús Blood Never Failed Me Yet, de este espacio, ya que la pieza le da una fuerza emocional que subraya y matiza el trabajo coreográfico de Forsythe. La repetición de la frase "la sangre de Jesús aún no me ha fallado", cantado por un viejo indigente de voz ronca, fue grabada en 1971 durante la filmación de un documental sobre la población que vivía en la calle en una zona de Londres.

Un fondo orquestal. Aunque no se utilizó para la película, Bryars lo montó en un loop y fue añadiendo gradualmente un fondo orquestal. La voz, la letra, que repite una y otra vez su afirmación de fe, (sincera, irónica…) y la acumulación de instrumentación crea una música difícil de olvidar. Dentro de este espacio físico y sonoro los cinco intérpretes exploran hasta el máximo las posibilidades de expresión del cuerpo humano. Se acumula información de manera aparentemente inconexa, pero en las creaciones de Forsythe siempre existe una lógica interna impecable, que sigue patrones que despiertan otro tipo de atención por parte de los espectadores. Quintett ha sido montado por Ana Catalina Román, bailarína y coreógrafa colaboradora durante años con Forsythe y ahora afincada en Madrid. Nacho Duato se acerca al tema de la mortalidad en Hevel, estrenado por la Compañía Nacional de Danza el pasado mes de noviembre.

Hebreo antiguo. El título proviene del hebreo antiguo que hacía referencia a vanitas, o vanidad, dentro de un repertorio de imágenes ilustrativas de la fugacidad de la vida. La palabra está recogida en el libro de Eclesiastés como "vacío", la nada más absoluta, pero también es el nombre del segundo hijo de Adán y Eva, Abel, cuya asesinato a manos de su hermano fue recogido como la primera muerte de un ser humano. Para este viaje al terreno brumoso del fin de la existencia Duato cuenta con la colaboración de los compositores españoles Sergio Caballero y Pedro Alcalde, responsables de las bandas sonoras de Herrumbre, 17 y Alas, todas para el repertorio de la CND. Jaffar Chalabi, otro participante asiduo en el equipo artístico de Duato, ha creado la escenografía. El programa se completa con White Darkness realizado por Duato para la CND en 2001. Con música del compositor galés Kart Jenkins, la coreografía explora, sin hacer juicios de valor, el mundo de la droga.