Image: Valladolid abre puertas

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Teatro

Valladolid abre puertas

Comienza el Festival de Teatro de Calle

22 mayo, 2008 02:00

El próximo miércoles comienza el Festival de Teatro y Artes de Calle de Valladolid. Con la presencia de 60 compañías y 400 artistas procedentes de quince países, este Festival se ha convertido en la mayor referencia del teatro de calle en nuestro país.

La escena sale a la calle. Como todos los meses de mayo, muchas ciudades y pueblos de España aprovechan los espacios al aire libre con la llegada del buen tiempo. Entre todos ellos destaca Valladolid por organizar el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle que, con sólo nueve años de existencia, se ha convertido en una referencia de este género teatral.

La línea del FITAC de Valladolid es doble. Por un lado está la intención de "convertir la calle en un espacio público donde confluya el arte y los ciudadanos", asegura du director, Javier Martínez, y por el otro "contribuir a que el arte sirva a los individuos permitiéndoles provocar su imaginación, conmoverlos y darles la oportunidad de construir sus propias obras con las preguntas que les plantearán las compañías invitadas".

Para esas cuestiones parece que ya se están preparando los vecinos de la ciudad castellana pues el primer día de la venta de entradas se han vendido todas las localidades para ls espectáculos en recintos cerrados, excepto las de dos producciones. El resto de las actuaciones son en la calle, con acceso libre, por lo que hasta que no concluya el Festival no se conocerá el número de espectadores. Las previsiones estiman en unas 200.000 personas las que podrán ver a las casi 60 formaciones invitadas de 15 países, desde Estados Unidos hasta Australia, de Chile a India, que ofrecerán unas 200 representaciones en 20 espacios diferentes. En total, intervendrán unos 400 artistas con "la intención compartida de querer convertir cada actuación en un acontecimiento para el espectador al que le van a presentar un mundo de contrastes, confuso y contradictorio, como es la realidad en la que vive", señala Martínez. Ese espacio de caras opuestas se hará visible a través de una senda común. El Festival ha trazado un camino que "parte de las raíces de cada uno para buscar la contemporaneidad artística a través de diferentes lenguajes escénicos" que sirvan para mostrar la diversidad creativa actual. Aunque como en ediciones anteriores del certamen vallisoletano, el circo tiene un lugar destacado, también sobresale en la programación la presencia de una música capaz de combinar con el resto de géneros artísticos y un homenaje a la vieja compañera del festival Ana Vallés.

Nuevo circo. De la creadora gallega destaca Martínez "la relación que establece con los espacios y el público, a los que nunca impone sino muestra lo que hace". También su idea de que el teatro ha de alejarse del texto para explorar otros lenguajes y los sentimientos, algo que comparte el Festival, por lo que sus organizadores han encargado al escultor Víctor Cuadrado unos vídeos-sorpresa relacionados con la obra de Vallés.

La presencia del nuevo circo es una de las señas de los últimos años del certamen vallisoletano. Martínez considera que el antiquísimo arte no sólo está en un "magnífico momento tanto sólo como en compañía de otros lenguajes, a los que impregna cada vez más con su estilo vivo, imaginativo y fronterizo".

Por eso el Festival ofrece diferentes manifestaciones de circo que van desde los legendarios "clowns" Colombaioni que recordarán a Federico Fellini hasta Les Motasses, compañía formada por una italiana y una belga que harán acrobacias en moto alrededor del fuego, Oko Solotoday's Circus, compañía integrada por un croata y una alemana que harán danza-teatro sobre y bajo el alambre, o los franceses de Tr'Espace con su espectacular juego de diábolos.

Otra pareja que estará en Valladolid es la de Oko Solotoday's Circus. Es una formación compuesta por un artista croata y una alemana por la que Martínez tiene especial predilección ya que el año pasado consiguió el premio de la sección "off" del Festival. En esta edición la compañía, cuyo nombre evoca en el idioma eslavo los ojos de halcón con los que el ave controla todo desde su posición en las alturas, presenta un espectáculo "de danza-teatro sobre y bajo el alambre en el que realizan un inusual y muy bello pas de deux".

Una segunda compañía que repite presencia en el Festival es Senza Tempo. La formación es un visitante habitual de la localidad castellana, donde ha recalado en varias ocasiones. Para el presente año, además, el festival coproduce su "A+Cosas que nunca te conté", con la que se aleja un poco de sus trabajos anteriores al hacer "un espectáculo multimedia en el que la utilización de una caravana como espacio escénico sirve a Senza Tempo para hacer una reflexión sobre la utopía y la libertad en un mundo como el actual", explica Martínez.

El resto de coproducciones del Festival son De paseo, propuesta de la bailarina francesa Claire Decreux que con "una serie de objetos busca compartir la soledad y tristeza" de las personas, y la llegada de los "Invasores del espacio", con la cual los vallisoletanos de Rayuela hablarán de los "problemas de hoy con su habitual humor ácido" mediante la construcción de cinco instalaciones con maniquíes, títeres siluetas y otros elementos.

El resto del Festival recorre las demás disciplinas escénicas desde el teatro a los títeres, pero dedica especial atención a la música. Aunque no a la que suena tradicionalmente en conciertos o recitales aislados, sino a la que es "capaz de integrarse con otras artes, dialogar con ellas e incluso enfrentarse y presentarse de una forma diferente a la tradicional", matiza el director. Por eso Martínez quiere convertir Valladolid en un gran auditorio donde resuene una música que llegará de muchas formas.

El responsable del certamen destaca de entre todas las propuestas "el insólito encuentro que tendrá lugar entre un grupo musical y un conjunto de majorettes o los que tendrán los paseantes del Campo Grande cuando de repente, en plena mañana mientras desayunan o leen el periódico les sale al paso una banda de música". O la suma de talentos de Le GdRA, el extraño punto de encuentro entre un acróbata y bailarín (Julien Cassier), un antropólogo y músico (Cristophe Rulhes) y un cómico de los media legua (Sébastien Barrier) que presentarán su inclasificable Singularités ordinaires, como también lo es Transports Exceptionnels, un encuentro entre "el canto lírico y una excavadora de la que se colgarán los bailarines de Beau Geste".

Lo último del arte jondo. Aunque la propuesta más original tal vez sea la apuesta de Martínez por las performances flamencas. El Festival ha decidido abrir un hueco para lo último del arte jondo, que poco a poco sale de sus espacios y formas tradicionales para recorrer nuevos e insólitos caminos.

Entre todas esas propuestas, que incluyen diversos géneros en torno al cante y el baile, sobresale por encima de las demás los Bulos y tanguerías de El Bicicletero. El espectáculo es una creación de Raúl Cantizano y Santiago Barber que protagoniza Jesús Corvacho. El cantaor comienza su faena a pie mientras se va dando un paseo con una maleta hasta que elige un sitio donde parar. Allí abre el equipaje y saca una serie de bártulos metálicos que, una vez armados como si fueran un mecano, se convierten en una bicicleta en la que monta y empieza a desplazarse mientras canta martinetes cuya música proviene del sonido producido por los radios especiales de las ruedas del velocípedo durante los diez minutos que dura el paseo. De esta forma convierte "el tradicional cante flamenco en un rito innovador que sorprenderá a los paseantes del Campo Grande", concluye Martínez.