'Mejorcita de lo mío', en la Triángulo
Al conocido eslogan publicitario de Adolfo Domínguez le ha salido un hijo. El director Fernando Soto y la actriz Pilar Gómez han pasado del célebre "la arruga es bella" a "la cicatriz es bella", siempre que se entienda esta última como un punto de partida para vivir el presente y encarar el futuro, aunque sin olvidar el pasado. Es lo que propone Mejorcita de lo mío, obra que ambos estrenaron hace quince meses en la sala Triángulo de Madrid y espacio al que vuelven esta noche tras una gira por España en la que 14.000 espectadores la han visto.
La obra surgió "como si fuera una jamsession en la que se juntan unos músicos para improvisar y divertirse", recuerda Soto. "Teníamos necesidad de hacer un alto en el camino, contarnos cosas, hablar de ciertas preocupaciones y responder a determinadas preguntas", continúa el director. De ahí surgieron algunos temas personales, aunque no autobiográficos, ya que podían ser también compartidos por futuros espectadores. Entre otros estaban "heridas como la infancia, desamores y otros recuerdos o fracasos que hay que afrontar para que cicatricen y ayuden a tirar para adelante", que tanto el director y la actriz fueron apuntando, primero en papeles desmadejados, trabajándolos después, hasta llevarlos al escenario.
Sobre las tablas, Mejorcita de lo mío se comporta como "una conversación de Pilar con el público", puntualiza Soto para diferenciarla de un monólogo. "No queríamos hacer una obra cerrada, en la que nosotros decíamos unas cosas y los espectadores las escuchaban, sino hablar con ellos y dejarles preguntas que tuvieran que responderse". Por eso la obra empieza con la actriz en un camerino desde donde, mientras se prepara, charla con las personas que la están viendo. A partir de ahí se lanza a un viaje en el que "no importa si la botella está medio llena o medio vacía porque lo que hay que hacer es agarrarla, bebérsela y disfrutarla".
Ese optimismo de que todo tiene solución impregna el montaje, que también se sirve de la música para recordar las diferentes y contradictorias partes de una vida. Un surtido de canciones que incluye desde The Beatles hasta Bambino y que hacen de Mejorcita algo más que "una radiofórmula de recuerdos".