Vuelve Camus
El Teatro Fernán Gómez recuerda al autor con Calígula
5 marzo, 2010 01:00Foto: Chicho
El director Santiago Sánchez recuerda los 50 años de la muerte de Albert Camus con la puesta en escena de su obra Calígula. El espectáculo llega el día 10 al Teatro Fernán Gómez de Madrid protagonizado por Sandro Cordero y Garbiñe Insausti.
Ese amor por las tablas comenzó en su juventud argelina. Fue allí donde fundó o dirigió varias compañías de teatro antes de marcharse a Francia. También fue allí donde escribió Calígula, cuya primera versión es de 1938, mientras que la última, la que sube ahora a escena L'Om-Imprebís, corresponde a veinte años después. En medio está la del final de la Segunda Guerra Mundial que estrenó en París y que, por la fecha, fue entendida como una visión de la barbarie de la guerra. Pero, claro, era mucho más que eso.
Rebeldía.
"Calígula es el grito de rebeldía de un joven de 23 años que, en pleno proceso de separación matrimonial, se pregunta por lo que ve y se extraña, porque ni le gusta ni lo comparte", asegura el director del montaje, Santiago Sánchez. Y no es para menos, pues es el momento de la guerra en España -país al que tan unido se mantuvo siempre-, la anexión de los Sudetes por Alemania y la política de apaciguamiento francobritánica frente a Hitler, entre otros asuntos capitales.
Por eso,"ese chaval lanza una señal de alerta que luego va matizando con el tiempo hasta llegar a la última versión de 1958, pero mostrando siempre el absurdo de la vida y los extremos de injusticia a los que puede llevar la defensa de la voluntad personal por encima de todo y todos", continúa el responsable del espectáculo.
La infelicidad del hombre.
El escritor se sirve de la biografía del emperador romano (un inocente muchacho al que la muerte de su hermana y amante Drusila trastorna hasta convertirlo en un tirano) para trazar los problemas de la existencia humana: "Camus nos cuenta las dificultades, los impedimentos que no dejan al hombre ser feliz, con algunas de las escenas más bonitas de la historia del teatro", remata Sánchez.
Con Calígula la compañía sigue una de sus grandes líneas de trabajo: llevar a la escena grandes textos, iniciativa que complementa con la de representar espectáculos más divertidos y gamberros, tales como Imprebís o el recopilatorio de los mejores números de los Monthy Pyton. La obra de Camus supone una continuación en la senda que la formación inició con Galileo, de Brecht, y siguió luego con la adaptación teatral de Don Quijote. "Los tres son textos muy diferentes pero con ingredientes comunes, como la lucha por lo imposible o la rebelión contra la realidad social en la que vivimos, si bien las respuestas que ofrece cada uno son distintas".
Lo que no difiere es la forma de afrontar los textos. El montaje es "muy fiel a la versión del 58", explica Sánchez, que repite la frase de Camus de que el anacronismo es una de las mayores traiciones. "No llevamos la obra al Tercer Reich ni nada por el estilo, pero tampoco hacemos un peplum". Lo que sí ha buscado Sánchez y su equipo artístico habitual es "dar con una cierta intemporalidad que sea grata y atractiva para los jóvenes y que guste también a los que tienen en su cabeza los montajes famosos de la obra". Para la historia queda el que protagonizó José María Rodero dirigido por José Tamayo, quien más tarde volvería a montarlo con Luis Merlo.