Image: De la imagen a la trama

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Teatro

De la imagen a la trama

La danza de Peeping Tom en el Canal

14 mayo, 2010 02:00

32, Rue Vandenbranden, de la compañía Peeping Tom, llega avalada por excelentes críticas. Se representa en los teatros del Canal de Madrid, del 19 al 22.

De Bélgica procede un importante número de compañías y coreógrafos que están marcando las tendencias actuales de la danza (Meg Stuart, Rosas de Anne Theresa de Keersmaeker, Les Ballet C de la B). Y de allí llega precisamente Peeping Tom, formación que tras representar su último espectáculo, -32, Rue Vandenbraden-, en Sevilla, Granada y Murcia durante este año, un insistente "boca a boca" lo señala como uno de los que no hay que perderse del Festival de Otoño en Primavera de Madrid.

La formación pertenece a la última hornada de coreógrafos que han salido de tierras flamencas. Frank Chartier y Gabriela Carrizo (ex-colaboradores de Alain Platel y de las compañías Rosas y Needcompany) dirigen este grupo cuyo estilo une el teatro, la danza, la performance, los objetos visuales y la magia, a la vez que exige a los bailarines un gran trabajo físico.
Joss Baker, intérprete de la compañía, explicó en una reciente masterclass que ofreció en el Centro Párraga de Murcia cómo la escenografía y la música son el origen de la trama y la coreografía de los trabajos del grupo. "En Peeping Tom siempre tenemos presente la búsqueda de una cierta narración. Siempre está esa búsqueda de contar algo con los jóvenes. El aporte visual es fundamenteal en la propuesta. La imagen es lo primero que viene. Una imagen ultrarrealista, fortísima".

En 32, Rue Vandenbraden, la compañía aborda la soledad del individuo de la mano de cuatro bailarines que también son acróbatas, además de una mezzosoprano (Euridike DeBreul) y de una formidable contorsionista. Los directores se inspiraron en la película japonesa La balada del Narayama, de Shohei Imamura.

La puesta en escena nos traslada a una estación de alta montaña, por lo que el suelo del escenario aparece cubierto de nieve al igual que los tejados de las barracas. Viento, tempestades, noches negras... hasta que hacen su aparición unos personajes que protagonizan escenas aparentemente divertidas y poéticas, pero con un toque inquietante: una mujer que cambia tres veces de vestido en un segundo, una pareja empujada por el viento de la tempestad y que flota en el aire, otra mujer que desaparece en una pared rocosa, alguien que imita "El grito" de Munch...

La frontera entre lo real y lo imaginado se difumina, mientras la música contribuye a crear una atmósfera inquietante y melancólica, característica de otros trabajos del grupo. El espectáculo tiene mucho de viaje hipnótico, un aire onírico, pero también apela a los miedos y a los deseos de los protagonistas.

Multipremiados. Peeping Tom alcanzó celebridad con la trilogía Le Jardin, Le Salon y Le Sous-sol (que pudo verse también en el Teatro Central de Sevilla hace dos temporadas), y en el que dio sobradas muestras de haber forjado un estilo, lo que ya es mucho. La trilogía presentaba la historia de una familia enfrentada a su destino; la obra fue multipremiada y entre los garlardones que recibió figura el Premio al Mejor Espectáculo de Danza en Francia en 2005. Los fundadores de Peeping Tom, Frank Chartier y Gabriela Carrizo, que actuaban en los anteriores montajes, se han limitado en esta 32, Rue Vandenbraden a idear y dirigir el espectáculo.

Beckett en el Festival

Esta semana coinciden en el Festival dos obras de Beckett. Teatrino Giullare ofrece en la Pradillo la adaptación con títeres de Fin de partida, que también representa en La Abadía José Luis Gómez (aunque fuera del Festival); por otro lado, Jorge Eines ha creado Tejido Abierto-Tejido Beckett, a partir de textos del autor irlandés (Español). La semana se completa con dos espectáculos circenses Keskusteluja (La Casa Encendidda) y Le Grand C (Price), y la performance Maneries (Cuarta Pared).