Image: Efectos emocionales del colapso económico

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Teatro

Efectos emocionales del colapso económico

21 mayo, 2010 02:00

Nina Wollny y Lea Drager en Trust

No hay nada más brutal que descubrir en el patio de butacas que en el escenario están hablando de nosotros. Ocurre en Trust, producción berlinesa en la que bailarines y actores abordan la influencia de la crisis económica en nuestras relaciones personales. Desde hoy, en los Teatros del Canal.

El sociólogo polaco Zygmunt Baumann habla en su libro Amor Líquido de una sociedad en la que el antiguo modelo de vida -sólido- ha sido sustituido por otro de naturaleza líquida. En este nuevo modelo, el vínculo entre los individuos ha de ser lo suficientemente fluido como para que, en el momento en el que éstos encuentren una relación más "rentable", lo destruyan. En la sociedad líquida navegamos de una relación a otra, simultaneamos relaciones para evitar el sacrificio que supondría la elección de una de ellas, suprimimos el número dos y nos lanzamos a la multiplicidad de las redes, y especulamos con valores "virtuales" mientras destrozamos otros "reales". En consecuencia, el individuo termina su jornada exhausto y, en muchas ocasiones, se produce el colapso.
Autor desafiante.
En torno al colapso emocional de nuestra contemporaneidad -con la crisis financiera como telón de fondo- gravita Trust (Confianza): el espectáculo que la Schaubühne de Berlín presenta en el Festival de Otoño en Primavera en colaboración con la compañía de la coreógrafa y bailarina holandesa Anouk van Dijk (Velp, 1965) y bajo la dirección de uno de los creadores más retadores de la última década: Falk Richter (Hamburgo, 1969). Un proyecto de creación dramatúrgico/coreográfica que busca explorar el impacto de la crisis económica en las relaciones emocionales.
Falk Richter se dio a conocer como autor en 1999 con el texto Dios es un DJ. Como director de escena ha trabajado para algunos de los teatros europeos más prestigiosos, pero quizá sea en la Schaubühne de Berlín donde ha firmado sus montajes más memorables: la versión y dirección de El jardín de los cerezos, de Chéjov, y de Intriga y amor, de Schiller. En sus puestas en escena destacan la fisicidad que imprime al texto y la elocuencia con la que articula la narración escénica.
Anouk van Dijk, durante un tiempo bailarina solista del Rotterdam Dance Group, se dedica desde 1996 a la creación de su propio trabajo como coreógrafa y al desarrollo de su propio sistema de trabajo: la Countertechnique, que pone en entredicho la opinión generalizada en la danza de que cualquier movimiento que ejecute el bailarín ha de partir siempre de un único centro del cuerpo. En su lugar, Anouk busca un equilibrio dinámico a partir de la provocación de extremos cambios de dirección en el movimiento. Ambos fueron invitados en el 2000 al Berliner Festspiele con su rompedora coreografía Nothing hurts y hasta ahora no se habían vuelto a encontrar.
I. Palabra versus Movimiento.
En Trust las palabras consiguen llegar allí donde el movimiento no alcanza y el movimiento parece continuar la estela que dejan algunas palabras. Sobre la articulación escénica de palabras y movimientos, Anouk van Dijk cuenta que "algunas veces Falk ha coreografiado, y otras he sido yo quien ha dirigido desde el movimiento. A veces Falk escribía un texto a partir del cual yo desarrollaba partituras de movimientos". Y Falk Richter agrega que "otras veces eran precisamente los movimientos que Anouk creaba en improvisaciones los que me proporcionaban el impulso para luego escribir en casa".
En este sentido no partían de un texto previo sino que ambos fueron desarrollándolo durante el proceso de ensayos junto a actores y bailarines. Richter lanzaba el impulso y Van Dijk lo recibía, modificándolo y volviéndolo a lanzar. "En una ocasión", continúa Anouk, "el texto surgió (se refiere al monólogo que la bailarina lanza al público al comienzo del espectáculo) de una improvisación en la que Falk me susurró al oído una de las frases del texto: and If I left you it wouldn´t change anything (Si te dejara, no cambiaría nada). Por otro lado, Falk suele trabajar con textos cuya complejidad se vuelve física hasta la extenuación en el actor, y de esa misma extenuación extraigo movimientos que luego Falk incorpora al montaje". Está claro que ambos creadores supieron propiciar un tejido de palabras y movimientos imbricados que sólo en escena adquiere plena forma.
II. Colapso financiero/emocional.
El espectáculo parte del siguiente supuesto: la noción de colapso financiero o económico genera una serie de consecuencias irreversibles en las relaciones emocionales que se traducen en el colapso emocional. Según lo dicho, podríamos afirmar que en nuestra sociedad gran número de las relaciones emocionales que tenemos están basadas en transacciones económicas. En este sentido, Falk se muestra tajante: "hay una gran similitud entre las relaciones económicas y las relaciones personales o emocionales. No creo que las reglas y motivaciones que mueven el sistema económico sean diferentes a las que mueven las relaciones personales. De hecho, comenzamos a trabajar con los bailarines y actores a partir de la siguiente pregunta: ¿tenemos en nuestras vidas alguna relación además de la familiar que no esté relacionada con el trabajo, el dinero o con nuestros intereses profesionales?". Anouk se inclina por el pragmatismo humano: "Todo el mundo quiere ser el mejor o conseguir lo mejor dentro de la situación en la que se encuentre inmerso".
III. La contemporaneidad.
Por muchos elementos de contemporaneidad que pueda haber en los clásicos y más allá del juicio de valor que podamos hacer de las creaciones actuales (teniendo en cuenta que carecemos de la distancia que el tiempo vierte en los clásicos), nunca va a haber nada más contemporáneo que lo que se ha escrito "desde nuestro ahora".
En este sentido, es un alivio ir al teatro y descubrir que lo que acontece en escena tiene que ver con nuestras vidas y con la realidad social y económica que nos rodea. No hay nada más brutal que descubrir en el patio de butacas que allí arriba están hablando de nosotros. "Anouk y yo nos preguntamos: ¿qué está pasando a nuestro alrededor? Y en ese sentido el teatro es el espacio idóneo para explorar los mecanismos de los vínculos humanos y mostrar nuestros dilemas al público", cuenta Richter.
"Estamos exhaustos de nuestro estilo de vida", remata Anouk y, en consecuencia, viene el colapso... un colapso que, en ocasiones, no trasciende lo anecdótico al no incidir en la estructura misma sobre la que se articula la pieza: una sucesión de largos monólogos lanzados al público, solos de danza, diálogos y escenas colectivas. Y es que un verdadero colapso haría trizas los cimientos del espectáculo y, entonces, ¿qué podríamos construir con restos de cenizas? Sin embargo, en otras ocasiones, los bailarines Anouk van Dijk, Peter Cseri, Jack Gallagher, y el actor Stefan Stern parecen brillar en la extenuación física, justo al borde del colapso.