25 años en la avanzadilla teatral
La Cuarta Pared celebra su larga travesía con un ambicioso programa
3 septiembre, 2010 02:00Parte del equipo de la sala: Daniel abreu, García Yagüe, Pilar Ruiz y Elvira Sorolla
La temporada promete animación en la Cuarta Pared. Comienza con la reposición de Rebeldías posibles, se anuncian cuatro producciones sobre la influencia de la biotecnología en el ser humano y también estrenos de viejos "compañeros de viaje".
Durante los primeros diez años tuvieron que alternar su dedicación a la sala, -entonces un minúsculo espacio en la calle Olivar donde apenas cabían 20 personas-, con otros trabajos. Pero eran jóvenes y había mucha ilusión y mucho, mucho voluntarismo, el ingrediente básico que ha hecho posible en este país el fenómeno de las "salas alternativas", al que García Yagüe añade "la inconsciencia con la que actuábamos".
En 1992 se trasladan a la calle Ercilla, a un almacén que había sido taller de motos y que transformaron endeudándose personalmente. Las ayudas oficiales se van haciendo más regulares y ellos ha aprendido bastante cómo gestionar una empresa, lo que no es poco. "A los diez años mantenemos una economía precaria, pero ya comenzamos a cobrar de nuestro trabajo", recuerda el director. Hoy Cuarta Pared es una empresa que da trabajo fijo a 50 personas, de las que 17 son los actores que forman la compañía estable, consolidada tras el éxito que supuso en 2001 Las manos, la primera obra de Trilogía de la Juventud.
Un lugar para investigar
. Además, hay una Escuela de Teatro para niños y adultos, con 400 alumnos. Y llevan dos años con el Espacio de Teatro Contemporáneo (ETC), que viene a cubrir el vacío que existe en Madrid para la investigación de lenguajes escénicos: "La idea es seguir el modelo de los proyectos de investigación científica", cuenta García Yagüe, "el objetivo no es producir una obra, sino probar una idea que proponemos o un proyecto que nos hacen llegar los interesados. Está dirigido a profesionales del teatro, gente que busca plantearse desafíos. Creamos grupos de trabajo que durante un mes investigan sobre un tema. En estos dos años hemos puesto en marcha laboratorios de creación dramatúrgica, de materiales escénicos, de creación teatral". La acogida de ETC ha sido enorme, muchos de los participantes son becados, por lo que hacía falta agudizar el ingenio para obtener financiación; el proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación y del Ayuntamiento de Madrid.
Sin estas actividades y sin las ayudas oficiales, Cuarta Pared no habría subsistido. "Ser una mera sala de exhibición es económicamente imposible de mantener", comenta García Yagüe. "Hemos tenido que diversificarnos y contar con un equipo muy versátil que hace de todo. Y así hemos conseguido autofinaciarnos en un 80 por ciento. Nuestro presupuesto anual es de 1.200.000 euros".
Cuarta Pared no es sólo una sala que parece gestionar eficazmente el dinero público, se ha ganado a pulso su reputación como escenario donde ver producciones propias y ajenas de teatro y danza contemporánea. Por él ha pasado la nómina de los dramaturgos, las compañías y los intérpretes españoles de estas últimas décadas, hoy habituales de teatros públicos y comerciales. Compañeros de viaje que volverán durante esta temporada con nuevos estrenos, caso de José Ramón Fernández, Alfonso Armada, Laila Ripoll o Carmen Werner.
Antes, a la compañía de la Cuarta Pared le espera un año movidito. Comienza con la reposición de uno de sus últimos éxitos, Rebeldías posibles, de Luis García Araus y G. Yagúe. Y a lo largo de la temporada estrenarán cuatro espectáculos, en formatos distintos, sobre la influencia de la biotecnología en el ser humano, sobre cómo será la vida cotidiana dentro de unos años. El proyecto ha sido bautizado Primeros días del futuro y la primera entrega tendrá lugar el día 11, en la Noche en Blanco.
En sus orígenes, la sala se inscribió dentro del teatro alternativo, pero ¿sigue vigente esta adscripción? "Cuando comenzamos el concepto de teatro alternativo estaba clarísimo", reflexiona el director, "pero ahora ya se puede ver la dramaturgia contemporánea en otros teatros público e incluso comerciales. Yo sigo pensando que nuestro lugar es inventar, descubrir y hacer de avanzadilla del teatro y, en este sentido, sigo sintiéndome afín al término".