Lluís Soler, en el centro, junto al resto del elenco.
Una producción de Luces de bohemia tiene mucho de acontecimiento. Oriol Broggi la ha dirigido en Barcelona, en la Biblioteca de Cataluña, con Lluís Soler y Jordi Martínez.
En ella Valle no solo desliza su manifiesto estético, también hace teatro político. Para Broggi el texto tiene, según dice, el aliciente de una mirada crítica e inteligente, hace el retrato de una España en un momento crítico. Su puesta en escena le permite poder cuestionar a España y, además, hacerlo en Cataluña, donde cree que la obra no está explotada. Será una nueva visión para quienes conocimos el franquismo y pudimos ver las escasas puestas en escena de este magnífico texto (la de José Tamayo, la de Lluís Pasqual, la de Helena Pimenta y la de Teatro del Temple).
Oriol Broggi procede de una familia de médicos importantes que, según me cuenta, le llevaba a ver los grandes espectáculos internacionales. "Crecer en un momento en el que podías ver puestas en escena de gran perfección, como Mahabharata, o Rey Lear de Ingmar Bergman, me influyó. También me interesaban mucho algunas compañías de aquí que se habían formado de manera artesanal, como Globus o La Gàbia de Vic". La Perla, su grupo creado en 2002, sigue este camino y ha encontrado un espacio escénico natural en la Biblioteca de Cataluña. "A mí me interesa el trabajo artesanal, conseguir un trabajo pulcro. Por eso he querido tener un teatro propio, un equipo propio, hacer espectáculos con personalidad. Elijo siempre un determinado tipo de actores. Trabajo mucho con Ramon Vila, con Marisa Josa, con Manel Dueso, ahora con Camilo García... Me gusta que no se vea el trabajo del director, que se forme un triángulo espectáculo-texto-público".
Será interesante ver la mirada de Broggi en Luces de Bohemia. Los dos protagonistas son Lluís Soler y Jordi Martínez, a quien acompañan Marisa Josa y Marcia Cisteró y otras actrices que se reparten también papeles masculinos.