Un momento en la representación de El proyecto Laramie

A finales del siglo pasado un suceso conmocionó Estados Unidos. Un estudiante de la Universidad de Wyoming recibió en el pueblo de Laramie una paliza que le llevó a la muerte. Enseguida la policía descubrió a los autores. Eran unos vecinos de unos veinte años que habían secuestrado y agredido a Matthew Shepard por ser homosexual. El brutal acontecimiento fue un mazazo para gran parte de la sociedad norteamericana, desde la clase política a la universidad pasando por las organizaciones civiles. A partir de ahí, un sinfín de expertos y estudiosos desfilaron por los medios de comunicación opinando sobre la tolerancia en Estados Unidos, la situación de los homosexuales y cualquier cosa que viniera o no al caso para intentar desentrañar lo que había ocurrido en aquella localidad.



También quiso saber el porqué del asesinato de Shepard, convertido ya en un símbolo de la barbarie, la compañía neoyorquina de teatro Tectonic Theather, que se desplazó hasta la localidad de Wyoming y habló con sus habitantes para conocer de primera mano todo lo que había pasado. Durante su estancia entrevistaron a cerca de 200 personas, un material con el que levantaron Proyecto Laramie, un texto que obtuvo gran éxito tras su estreno en Estados Unidos y que luego ha sido representado en otros países de América y Europa.



En Nueva York la vio Jorge Muriel, que por entonces estudiaba en una escuela de teatro. Enseguida el actor pensó que era una buena obra para representar en España y tradujo el texto. Así comenzó a andar la versión española, a la que se sumó después Julián Fuentes, un director y actor que ha recorrido medio mundo cursando estudios escénicos. Tanto Muriel como Fuentes consideraron Proyecto Laramie una obra que representaba a la perfección el teatro social y de denuncia. El estreno nacional tuvo lugar la temporada pasada en el Teatro Español de Madrid. Con un reparto formado por ocho actores, entre los que estaba Muriel y Antonio Mulero, que encarnaron a casi 70 personajes, pudo verse allí una dura obra de teatro documental.



"No es sólo la historia del asesinato de un chico gay", asegura el director. Para Fuentes, Proyecto Laramie "es también la historia de Henderson y Mckinney, sus agresores, dos jóvenes de la misma edad que viven en una comunidad enferma de un odio que se manifiesta de muchas maneras, sutiles o dolorosamente obvias, todos los días, en todas partes". Con la obra, que estará en cartelera del 8 de febrero al 4 de marzo, el Teatro del Conde Duque inicia su programación regular de teatro. Una vez finalizadas las obras de reforma, el nuevo espacio del antiguo cuartel madrileño se ha convertido en un centro dedicado íntegramente a la cultura y la investigación.