Image: México pone el acento en cuatro clásicos

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Teatro

México pone el acento en cuatro clásicos

Almagro refuerza los lazos iberoamericanos en su 35ª edición

20 julio, 2012 02:00

Un momento de Casa con dos puertas mala es de guardar. Foto: Gabriel Ramos.

El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro refuerza en su 35ª edición los lazos iberoamericanos con cuatro producciones procedentes de México, que será el Invitado de Honor. Una inmersión en los clásicos de Ruiz de Alarcón, Calderón y Lope.

México es el país iberoamericano donde más suelen representarse a los autores del Siglo de Oro. Ha aportado al patrimonio áureo a dos brillantes escritores, Juan Ruiz de Alarcón y Sor Juana Inés de la Cruz, pero también ha mantenido la tradición de representarlos a través de instituciones como el Festival Cervantino de Guanajuato o las dos escuelas de referencia en la formación de actores: el Centro Universitario de Teatro de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes).

En el Festival de Almagro coinciden a partir de hoy cuatro montajes, algunos procedentes de estas escuelas, de grande y pequeño formato, que permiten comprobar cómo funcionan los clásicos en la otra orilla del Atlántico y, sobre todo, cómo suenan sus versos en la voz de los actores aztecas.

De Ruiz de Alarcón es precisamente La prueba de las promesas (sala AUREA; 21 y 22 de julio), que estará representada por la Compañía Nacional de Teatro de México. Es el primer título barroco que esta formación ha incorporado a su repertorio, aunque la temporada próxima pretende integrar a Lope y Calderón. Desde que el dramaturgo y maestro Luis de Tavira tomara las riendas de esta compañía estatal hace cuatro años, ha comenzado a operar con un elenco estable que representa obras clásicas y contemporáneas.

Tavira encargó a Carlos Corona la puesta en escena de una obra de Ruiz de Alarcón y él optó por este título que, según dice, "toca temas que me interesaban en ese momento: la ilusión, la magia, la diferencia entre ficción y mentira y entre realidad y verdad". Explica que el texto es un "juego de teatro dentro del teatro", idea que su dramaturgia enfatiza con el añadido del entremés de Cervantes La cueva de Salamanca (representado con títeres) y un epílogo en torno al tema de la ilusión a modo de homenaje al autor y al teatro en general.

La veterana actriz Rosenda Monteros participa junto con otros doce actores en el elenco, entrenado por uno de los más importantes maestros en actuación versificada de su país, Jorge Ávalos. "Cuando uno domina la técnica es cuando en realidad es más libre en la interpretación", añade el director. "No se puede pensar en los aspectos formales como en un corsé. Son herramientas que te permiten enriquecer tu interpretación. Como en todas las artes, sólo se llega al virtuosismo cuando se logra el equilibrio entre la inspiración y la técnica".

Corona afirma que el teatro clásico goza de seguidores en su país. "En la cartelera mexicana existe una oferta constante de montajes profesionales de este género, con visiones muy distintas. Los jóvenes están empezando a apreciar su belleza formal, la profundidad de su discurso, su contenido filosófico, su complejidad interpretativa...".

Dos compañías mexicanas independientes se han lanzado a experimentar en este campo: una de jóvenes procedente de las citadas escuelas INBA y UNAM, que dirige Ricardo Zárraga, y el colectivo Seres Comunes, capitaneado por Antonio Rojas, también de la UNAM. Las dos acuden de la mano de Lope de Vega y han sido programadas en Almagro OFF.

La escudería de Zárraga ha optado por la comedia de La noche de San Juan, que cuadra bien con la especificidades del grupo, experimentado en comedia física, clown, teatro de calle y música. "La obra se ha adaptado a ocho actores, pero hemos respetado casi todo el texto y la estructura", cuenta el director. "A través de personajes peninsulares e indianos se describe las riquezas mineras de ciertas ciudades de Nueva España". El montaje, que se presentó en el espacio La Veleta el 18 de julio, se apoya en un cuarteto musical que interpreta en directo una partitura creada a partir de temas antiguos.

Seres Comunes llega con El castigo sin venganza, tragedia que Lope escribió poco antes de morir y que hoy se representa también en La Veleta. Para Rojas, se trata de un espectáculo liberado de elementos escenográficos: "¿Es cierto que donde está la mente del espectador está el teatro?", se pregunta. "Si es así, debemos renunciar al efecto teatral para concentrar la mirada en el actor y el texto".

Seres Comunes ha estudiado a fondo los clásicos, desde los griegos hasta los realistas del siglo XX. "Por supuesto que nos interesan Lope y Calderón, y Alarcón y sor Juana, pero también indagar en otros menos famosos, como el doctor Mira de Amescua, o con otro tipo de teatralidades, como el cambio de escena del corral a la corte".

Respecto a la comedia que llega hoy y mañana a la Plaza de Santo Domingo, Casa con dos puertas mala es de guardar, de Calderón, la representa Perro Teatro, una compañía independiente dirigida por Gilberto Guerrero. Tienen experiencia en teatro clásico (Los locos de Valencia de Lope, entremeses de Lope de Rueda y Cervantes, la adaptación Señor Quijote mío, además de obras de Shakespeare, Aristófanes...), género que a Guerrero le permite "redescubrir la forma de articular diversos lenguajes". Ea decir, "respetar la tradición en un verso bien dicho y subvertir la acción".

Guerrero elogia esta comedia por la modernidad de las mujeres de Calderón: "Presenta dos personajes femeninos que se comportan como caballeros en sus iniciativas amorosas. La fórmula barroca está desarrollada de forma excelente y delicada tanto en la trama como en los versos y, sobre todo, es muy divertida". La puesta en escena combina un vestuario de época con un espacio minimalista inspirado en Pedro Friedeberg. Respecto al verso, añade: "Lo respetamos cabalmente. Si el verso no te importa, no puedes hacer Siglo de Oro. Pero hemos desterrado el acartonamiento, la declamación... Sería como pretender que Bodas de sangre fuera naturalista. Hay una cadencia, un ritmo, una estilización. Lo que hacemos es reinventar las convenciones".