Ohannes Langolf, de DV8, en un momento de John
El Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid arranca con la duda de si el año que viene mantendrá a Ariel Goldenberg como máximo responsable. Jaime de los Santos, nuevo director general de Promoción Cultural del gobierno de Cifuentes, ha anunciado su intención de reemplazarle. No tendrá sencillo encontrar un gestor con una agenda tan valiosa como la de Goldenberg. De momento esta edición, la 33ª, arranca el próximo jueves (15) con su sello, como lo viene haciendo desde hace 15 años. El montaje que abre la programación es John, de DV8 Physical Theatre, que tanta impresión causó en su anterior visita a Madrid con Can We Talk About This? La formación británica reflexionaba en escena sobre el impacto en la libertad de expresión que había tenido en Occidente el asesinato del cineasta Theo Van Gogh y la controversia a cuento de las caricaturas de Mahoma, que tan sangriento desenlace tendría después en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo.En John, DV8 aborda otra cuestión candente: el binomio sexo-amor. La coreografía tiene un origen que recuerda a la Encuesta sobre el amor de Pasolini. El escritor y cineasta italiano filmó este documental en 1963. Micrófono y cámara en mano, entrevistó a decenas de italianos para testar su actitud ante el sexo y el amor (el resultado fue algo desmoralizante por todos los prejuicios amartillados en la población). Lloyd Newson, director artístico de DV8, emuló el experimento pasoliniano con preguntas como: ¿Es la monogamia sexual la clave para una vida amorosa feliz? ¿Cuál es tu relación entre el sexo y el amor? ¿Cuáles son los riesgos que asumirías en la búsqueda de ambos? ¿Es el sexo una vía de escape, un deseo animal, una forma de combatir el aburrimiento?
Pero el planteamiento coral de su trabajo, equiparable en origen al de Can We Talk About This?, se transformó cuando dio con John. Tanto le interesó su historia de delincuencia, drogadicción y lucha por la supervivencia que cerró el foco sobre él. La vida le golpeó duro desde el principio, cuando, con solo 10 años, vio morir a su madre por sobredosis. No tardó mucho en caer en una espiral adiciones y robos. Fue condenado a cinco años por un crimen violento del que, asegura, no recuerda nada. Durante las charlas con Newson todavía estaba en libertad condicional.
El ideólogo de DV8 es una eminencia escénica en las islas británicas. Recientemente, el Critics Circle le ha incluido en la lista de los cien artistas más influyentes de Gran Bretaña. Y en 2013 fue ungido Oficial de la Orden del Imperio Británico de Su Majestad la Reina por sus servicios a la danza contemporánea. En este terreno destaca su apuesta por un lenguaje mestizo, en el que se encabalgan el baile, la narración y ciertos códigos cinematográficos. La música seleccionada para esta pieza también acredita ese eclecticismo contemporáneo. Encontramos temas de Led Zeppelin (Whole Lotta Love), Randy Newman (Mama Told Me Not to Come), All Índia Ràdio (Dark Ambient), Tank Edwards (Never Enough)... Newson, a pesar de la negrura del relato, no renuncia al humor, seña de identidad de DV8, que se expresa aquí en algunos pasajes, como el paso a dos de la pareja de rateros. Con John ha vuelto a entusiasmar a la crítica anglosajona y a conectar, con el pulso combinado del verismo y la actualidad, movimiento y discurso, su principal objetivo.
@albertoojeda77