Image: Bangkok, contra el destino corrupto

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Teatro

Bangkok, contra el destino corrupto

30 octubre, 2015 01:00

Foto: CDN

Antonio Morcillo López tejió en Bangkok una metáfora para denunciar la burbuja inmobiliaria y la obscena imagen que ofrece de sus impulsores y alimentadores. La obra, estrenada este verano en el Festival Grec, llega este viernes (30) a la Sala de la Princesa del María Guerrero. Su trama arranca en uno de esos no-lugares que, a discreción, han levantado las constructoras españolas. Un anciano (Dafnis Balduz) espera en un aeropuerto vacío, donde nunca ha aterrizado/despegado un solo avión, su vuelo hacia la capital tailandesa. El viajero frustrado es puesto al corriente por el vigilante (Fernando Sansegundo) del recinto de que su espera es inútil.

Ambos entablan una conversación que va avanzando del surrealismo a una suerte de peripecia noir. Morcillo, que también dirige el montaje, admite que en algún momento asoman modales de thriller político pero que, básicamente, se trata de una comedia sarcástica, basculando en todo momento entre lo real y lo onírico, lo cierto y lo ambiguo. "Bangkok es una obra sobre el destino. El exótico destino del sureste asiático al que se dirige uno de los personajes, pero también el ineluctable destino al que se dirige todo un país. Un país capaz de construir y mantener, sin aparente contradicción, toda una serie de aeropuertos donde no hay aviones a lo largo y ancho del territorio nacional. Además de urbanizaciones donde nunca vivirá nadie, hoteles sin huéspedes, museos sin obras de arte, ciudades deportivas donde no se practica ningún deporte...".

Pero su puesta en escena no se conforma con la denuncia, pretende, además, llevar dentro el germen de una rebeldía frente a tanto desafuero. "Escribí contra ese destino. Con la esperanza de que, al nombrarlo, de alguna manera, lo estuviera conjurando, ya que justo en estos tiempos de aparente cambio, en el que la política puede convertirse otra vez en el apasionante instrumento con el que reflexionar y construir nuestras vidas en común, es necesario que tanto las viejas generaciones como las nuevas sepan de nuevo lo que siempre han sabido: que no estamos condenados a ningún destino y todos ellos son posibles. Depende de nosotros".



@albertoojeda77