El viejo celoso. Foto: Mario Dalmolin

Pedro de Urdemalas, El viejo celoso y Kijote Kathakali frente a Ricardo III, La comedia de los enredos y Macbeth. Cervantes y Shakespeare se retan en los festivales clásicos de este verano, que anuncian más riesgo, nuevos públicos y mayor participación ciudadana.

El largo duelo que este año mantienen Cervantes y Shakespeare con motivo del 400 aniversario de su muerte llega a su fase final, y más "cruenta", con la llegada de los festivales. Además del prolongado enfrentamiento en las carteleras ahora medirán sus plumas en los certámenes que durante todo el verano se desarrollarán a lo largo y ancho de nuestra geografía.



Una de las citas que marca el teatro clásico estival es, junto al de Mérida, el Festival de Teatro Clásico de Almagro (7-31 de julio), en el que Cervantes, con 23 espectáculos y 6 exposiciones, vence al bardo inglés, que se lleva 14 espectáculos y un ciclo de cine. Uno de los estrenos absolutos que podrá verse en su famoso Corral de Comedias es Pedro de Urdemalas, en el que Denis Rafter dirige a la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico en un desfile de cómicos, gitanos, alcaldes corruptos, viudas tacañas, labradores y pastores. Todos, personajes muy conocidos por el autor del Quijote. "Fue un autor adelantado a su tiempo -reconoce Rafter-. Rompía las estructuras dramáticas, prescindía de damas y galanes, del falso sentido del honor y la venganza, de la comedia de enredo con finales previsibles. Prefería crear personajes del pueblo. Gracias a Cervantes podemos comprobar que la vida no ha cambiado mucho desde entonces."



Otro encuentro con el autor de Persiles y Sigismunda en la localidad manchega es Cervantes ejemplar, un montaje de Micomicón y Laila Ripoll realizado a partir de textos de las novelas ejemplares El licenciado Vidriera y El celoso extremeño que condensará la prosa cervantina en 90 minutos de representación. Algo menos durará la propuesta de Adriano Iurissevich, que con El viejo celoso traslada el entremés del escritor alcalíno a la Commedia dell'Arte.



Otra de las cumbres cervantinas de Almagro será Kijote Kathakali, en la que Mónica de la Fuente e Ignacio García mezclan la tradición hindú con el ingenioso hidalgo. "Este encuentro artístico, este viaje de Don Quijote a la India -señalan sus creadores- , es ya una ‘apropiación' de nuestra historia más universal y una simbiosis entre dos tradiciones. Quién le diría a su autor que Alonso Quijano encontraría palabras de salvación mística a su cuerda agonía". La obra, estreno absoluto y coproducción del festival, convierte a la India en el País Invitado de Honor.



El Brujo pondrá su grano de arena con Misterios del Quijote, firmando la versión y dirección. Tras la concesión a Concha Velasco del Premio Corral de Comedias -que también representará su monólogo Reina Juana en el Espacio Miguel Narros- llegará la hora de Shakespeare. Prácticamente abrirá el festival Shakespeare's villains, del polifacético Steven Berkoff, de quien se recuerda un Ricardo II visceral y actualizado también en el Corral de Comedias. Veremos a personajes malvados del corpus del bardo como Iago, los Macbeth, Shylock y Ricardo III, interpretados desde la perspectiva mordaz del propio Berkoff.



Menos perverso será el montaje que podrá verse en el Claustro del Museo Nacional del Teatro, una versión del Rey Lear, títulada para la ocasión Songs of Lear al estar realizada a base de canciones con estructura de oratorio. Lo firma la compañía polaca Song of the Goat Theatre y fue uno de los grandes éxitos del Fringe de Edimburgo.



Otro estreno absoluto del certamen que dirige Natalia Menéndez es Las harpías en Madrid, de Fernando J. López. Inspirada en la novela de Castillo Solórzano y dirigida por Quino Falero cuenta, por primera vez en las tablas, la historia de Teodora y sus hijas Luisa y Feliciana, obsesionadas por abrirse camino en la España barroca. Almagro acogerá también el estreno de Double Bach, una adaptación de Pablo Martín Caminero de las Suites para violoncelo N° 1 y 2 de J. S. Bach que lleva coreografía y dirección de Antonio Ruz, y Malvados de oro, de Jesús Laiz y José Bornás, que, bajo la producción de Apata Teatro y la interpretación de Daniel Albaladejo, realiza un homenaje a los malvados del Siglo de Oro.



"En estos momentos miramos a los clásicos con menos prejuicios -asegura Ménendez a El Cultural-. Nos acercamos más a ellos, sabemos que nos provocan, que nos cuestionan y que ponen a los creadores en el vértigo de proponer una mirada personal. Parece que tanto los más veteranos como los jóvenes quieren arriesgarse y el público responde a esa oferta". Según la directora, los clásicos nos hablan del miedo y de temas como el abuso de poder: "Siempre que exista un creador con una mirada sobre los clásicos existirá un espectador dispuesto a vivirla".



El pícaro luzante. Foto: Sonia Aço

Como no podía ser de otra manera, Clásicos en Alcalá (9 de junio-3 de julio) toma a Cervantes como eje vertebrador de su programación. Una amplia oferta en torno a su figura y su obra recorrerá la ciudad que le vio nacer. Desde montajes teatrales como Escrito en las estrellas, de Emilio Gutiérrez Caba, Cervantina, de los incombustibles Ron Lalá, La conquista de Jerusalén, de Juan Sanz, La ruta del Quijote, de Azorín y Eduardo Vasco, el Rinconete y Cortadillo de Alberto Conejero o El retablo de las maravillas, de Francisco Negro, hasta los numerosos títeres y talleres para niños. Incluida en su programación estará el Quijote flamenco de Vicente Soto Sordera, que lleva la versión y adaptación de Pedro Atienza y del propio Soto. Sonetos, décimas, quintillas y romances cervantinos en la voz inconfundible del cantaor jerezano.



Los platos fuertes de esta XVI edición del certamen que dirige Pablo Nogales Herrera se asientan en tres pilares. El primero es el Ricardo III de Eduardo Vasco y Yolanda Pallín. La obra de Shakespeare, protagonizada por Arturo Querejeta, será estreno absoluto en el Teatro Cervantes de la localidad madrileña. Volveremos a escuchar de un modo nuevo las insidiosas palabras del duque de Glucester, que tras relatar la manera en que se ha producido la ascensión al poder de su hermano Eduardo, desata su ponzoñosa envidia y sus ambiciosos deseos...



El segundo estreno será Las Cervantas, un texto encargo de la Biblioteca Nacional escrito por Inma Chacón y José Ramón Fernández que recoge, bajo la dirección de Fernando Soto, algunos sucesos del ilustre vecino de Alcalá a través de las peripecias vitales de sus hermanas. Y será otro Shakespeare el que complete la ronda de estrenos en este Clásicos en Alcalá con el Hamlet de la compañía británica Flute Theatre. La intérprete de la Royal Shakespeare Company, Kelly Hunter, dirige esta íntima, cruda y valiente versión que destila la más pura esencia del clásico que protagonizan Mark Quartley, Francesca Zoutewelle y Greg Hicks. No faltará en esta intensa programación el Hamlet de Kamikaze y Miguel del Arco protagonizado por Israel Elejalde, uno de los éxitos indiscutibles de la temporada.



"La dificultad de hacer los grandes textos con muchos personajes es uno de los problemas que se encuentran las compañías privadas -explica Nogales-. Es un esfuerzo en el que las administraciones no les podemos dejar solos. Echo en falta algo más de generosidad, empuje y coordinación entre los festivales. El público está deseando ver clásicos bien hechos y con buena factura. Nosotros sólo tenemos que ponerlos ahí".



El duelo entre Shakespeare y Cervantes saltará también a Extremadura. El Festival Teatro Clásico de Cáceres (9-26 de junio) da el pistoletazo de salida con el bardo de Stratford y su Comedia de los enredos, que se representará el próximo jueves en la Plaza de San Jorge dirigida por Alberto Castrillo-Ferrer y con versión de Carlota Pérez-Reverte Mañas. La obra más corta de Shakespeare está situada en un exótico y misterioso lugar del sur de Europa, donde juega con los enredos provocados por la confusión entre gemelos. Rafael Blanca, José J. Sánchez, Julián Ortega, Silvia de Pé y Antonia Paso, entre otros, integran el elenco de este original montaje. Asunción Mieres, por su parte, homenajeará a Cervantes con El misterio del caballero de La Mancha, un montaje cargado de magia que tiene como protagonistas a Mina y Lobo, que se quedarán encerrados en una biblioteca toda una noche. Además, El licenciado vidriera tendrá su versión flamenca de la mano de Cristina D. Silveira, Karlik Danza y El Desván Teatro.



La Comedia de los enredos. Foto: Jimena Díaz-Ocón





Astucia e inocencia

Uno de los montajes estrella de la cita extremeña estará, de la mano de Guirigai Tearo y Teatro do Algarve, el 16 de junio en la Plaza de las Veletas con El pícaro Ruzante, de Agustín Iglesias. Protagonizada por Mario Benítez, la obra cuenta la historia del ingenuo Ruzante, que huye de la guerra para salvar su pellejo y recuperar a su amada Juana. En su trayectoria se encontrará con soldados, vecinos y burgueses que, a fuerza de golpes y desengaños, le harán perder la inocencia. Descubrirá que la única manera que tiene para sobrevivir en un mundo hostil es la astucia. Para la directora del certamen, Silvia González Gordillo, la obra es una muestra de la colaboración entre España y Portugal: "Siempre ha sido importante para el festival la relación entre ambos países". González Gordillo considera que los clásicos tienen muy buena salud por sus mensajes intemporales: "La muerte, la soledad, la traición, el amor... Los clásicos nos narran las características de la condición humana, que no ha cambiado demasiado con el paso del tiempo. Por eso el espectador del siglo XXI se sigue viendo reflejado".



Olmedo Clásico (15-24 de julio) también dedica su programación al aniversario de la muerte de Shakespeare y Cervantes. Acogerá diez espectáculos, dos de ellos conmemorativos del autor del Quijote (Cervantes ejemplar y Cervantina) y otros dos del escritor de Stratford (Ricardo III y Macbeth, de Antonio Saura y Alquibla Teatro). La inauguración tendrá lugar el viernes, 15, en la Corrala Palacio Caballero de Olmedo con La villana de Getafe, texto de Lope de Vega en versión de Yolanda Pallín que materializan Roberto Cerdá y la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. "Desde su fundación en 2006 -explica Germán Vega, director de la cita vallisoletana junto a Benjamín Sevilla- Olmedo Clásico ha querido abarcar actividades muy diversas en torno a los clásicos. Como en otras ediciones, hemos considerado que estén representados los tres granes géneros dramáticos y diferentes dramaturgos, épocas y países. Nos interesan también los proyectos que van de lo más clásico a lo más arriesgado".



La franja temporal de los textos que este año acoge Olmedo Clásico pasa por el Renacimiento, época en la que se enmarca El triunfo de amor, obra montada por Ana Zamora y Nao D'amores a a partir de textos de Juan del Enzina que se representará el lunes, 18. "Es un espectáculo -precisa Zamora- que refleja el paso del debate amoroso de tradición medieval al que será el gran tema de la literatura renacentista: el poder del amor". Al mismo período pertenecen también Reina Juana, el monólogo de Ernesto Caballero y Gerardo Vera que pasa por Olmedo con la actuación de Concha Velasco, y Teresa, Miserere Gozoso, que Teatro Corsario subirá al escenario de la Corrala Palacio el jueves, 21, de julio. Del siglo XVIII llegará a Olmedo La hostelera, obra de Goldoni con versión de Vicente Genovés. Molière será otro de los invitados a Olmeda Clásico con El burgués gentilhombre, de Eva del Palacio y Morboria Teatro, donde el escritor francés describe la ignorancia social de un burgués enloquecido por emparentar con la aristocracia.



Participación popular

"Nuestro balance -añade Vega- es positivo. Los festivales son un semillero de aficiones. También están las compañías especializadas, con la CNTC como soporte oficial y decisivo, y otros grupos profesionales como Corsario, Nao d'amores, Micomicón, Morboria, Atalaya, Rakatá e incluso extranjeros como los japoneses KsecAct. Reseñaría también la proliferación de espectáculos populares con la participación masiva de vecinos, como es el caso de Fuenteovejuna, Zalamea, Calahorra, Olmedo y, últimamente también, Madridejos".



La ruta de festivales quedaría incompleta sin hacer parada y fonda en el Festival de Teatro Clásico de Olite (22 de julio al 6 de agosto). Su programación acogerá, entre otras, la representación de Trabajos de amor perdidos, de la Fundación Siglo de Oro, en cuya producción ha intervenido la Fundación Baluarte. Skakespeare situó la acción de esta obra en Navarra y Olite. También podrán verse los 37 cortos cinematográficos del proyecto The complete walk, de la compañía londinense The Globe, y Cervantina, el aclamado montaje de Ron Lalá. La sección Microclásicos, dedicada a las compañías profesionales navarras, será otra de sus apuestas. "Nuestra dirección -señala a El Cultural Yolanda Osés, su coordinadora- no es tanto hacia el terreno historicista o a la exclusividad del verso sino hacia la interpretación, a la reescritura y al redescubrimiento que los creadores actuales hacen de nuestro legado cultural".



En Madrid, la escena alternativa también celebra a los clásicos con Clasicoff (18 al 31 de julio). Nave 73 incluirá este año en su IV Festival Experimental de Teatro Clásico Entremusas, de Fael García, Hamlet, ¿es un nombre o un apellido?, de Ozkar Galán, Perra vida, de José Padilla, Motel-OH, de Félix Estaire, Iliria, de Denise Despeyroux, y Nueva Numancia, de David Díaz y Laura Mundo.



Un ciclo dedicado a Cervantes en el Festival de Alcántara (3 al 7 de agosto), una lectura dramatizada del Quijote encabezada por José María Pou en el Festival de Peralada, el 2 de agosto, y una original versión shakesperiana de La tempestad de Jordi Oriol y Xabier Albertí en el Grec el 7 de julio serán otros reclamos "clásicos" de este verano.



Como coda, unos versos cervantinos de Viaje del Parnaso, que bien podrían declamarse al final de cada jornada festivalera: Yo quedé, en fin, dormido como un leño,/ llena la fantasía de mil cosas, que de contallas mi palabra empeño,/ por más que sean en sí dificultosas.



@ecolote