Los actores de Gameboy reflexionan sobre la masculinidad

Sylvain Huc (Gourdon, Francia, 1979) descubrió la danza a través de su formación como historiador del arte. En el centro de Desarrollo Coreográfico de Touluse participó en algunas piezas del coreógrafo Marco Berrettini y desde entonces no se apartaría de un mundo que le ha llevado a liderar la compañía Divergences. Los días 28 y 29 llega a las Naves del Matadero con Gameboy, un trabajo en el que se implicó de forma especial Mateo Feijóo, director de los espacios, buscando proyectos que involucraran a actores del lugar. La vesión madrileña -que irá al Festival de Avignon en julio- cuenta con siete bailarines de la Compañía Nacional de Danza, además de los habituales de Divergences. "Contamos con ellos por dos motivos -explica Feijóo a El Cultural-. El primero de ellos es continuar con la colaboración que iniciamos con el taller de Susanne Linke al inicio de la programación. Era una ocasión más para seguir con esta relación que tiene intención de continuar. También estaba el hecho de que este proyecto no esté pensado únicamente para bailarines profesionales. La única exigencia es que haya unas condiciones de trabajo físico en los intérpretes. Para mí, era interesante proponer a Sylvain trabajar con bailarines con una gran técnica y crear un universo común pero desde perspectivas diferentes".



Gameboy quiere ser una reflexión sobre la masculinidad, una oportunidad de reflexionar sobre los sentimientos. Los hombres que realizan la muestra se encuentran a sí mismos en el escenario. Enseñan sus cuerpos receptivos al deseo, la adicción, el frenesí, la tensión, el abandono, la monstruosidad... Tratan de abrir un espacio donde hablar de ellos mismos y su condición, intentando resolver el conflicto con sus cuerpos. Para Feijóo, la puesta en escena es un trabajo de gran alarde físico: "Se articula con el espacio. La participación y el diálogo entre los actores locales y los demás componentes del grupo es fundamenal para el desarrollo de la propuesta en cada lugar". Sobre el tema de la masculinidad y su reflejo en Gameboy, el director de las Naves cree que el hombre reflexiona poco en general: "Si algo nos caracteriza es la apariencia y la construcción de lo que queremos que vean los otros, pero siempre desde fuera y sin la calma y sosiego que exige el término reflexión". Sylvain Huc recurre a una frase de la escritora francesa Virgine Despentes para iniciar su investigación: "Los hombres aman hablar de las mujeres porque eso les evita hablar de ellos mismos". En Gameboy son los hombres los que relatan su singularidad y los roles a los que están sometidos, mostrando su fortaleza o debilidad. Feijóo, que reconoce una relación fluida con el coreógrafo galo, considera que la danza es una disciplina más dentro de la variedad artística que quieren mostrar las Naves: "Quizás por su relación con otros lenguajes transita de unos espectáculos a otros bajo diferentes formas".



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