Kike Guaza (izquierda) y Nacho Guerreros en Juguetes rotos

Un libro sobre el bullying del actor Nacho Guerreros fue el detonante de Juguetes rotos, una obra de Carolina Román (Formosa, Argentina, 1972) que llega al Teatro Español el próximo 1 de febrero con la identidad sexual como tema que teje las interpretaciones del propio Guerreros y de Kike Guaza. "Siempre voy de lo micro a lo macro -explica Román a El Cultural-. En esta historia hablo del diferente. No solo es distinto nuestro protagonista por sentirse mujer en un cuerpo de hombre. También nosotros (en cualquier época) podemos sentirnos así de solos e incomprendidos. Pueden idenfiticarse con la obra todos los que se hayan sentido así de aislados".



Mario trabaja en una oficina. Una llamada le cambiará la vida para siempre... A partir de ese momento viajaremos a su infancia, habitaremos su casa y recorreremos su pueblo. Situada en los años 60 y 70, la historia pretende ser un contrapunto del presente. Para la directora fue un período de cambio social que redefinió lo que los cánones sociales dictaban como normal: "Hay toda una generación perdida en esas décadas. El colectivo LGTB fue perseguido, muchos apresados injustamente solo por ser como eran. En esos años, los espectáculos de varietés eran una válvula de escape, porque muchos podían trabajar allí sin que se les apresase".



¿Dónde quedaron esas personas que no pudieron asumir su verdadera identidad? ¿Qué pasó con los que no tenían cabida en el mundo del espectáculo?, se pregunta Román, que divide la vida de su protagonista en dos etapas: la de su pueblo, para mostrar aquella España en blanco y negro, y la de su viaje a Barcelona, a la gran ciudad: "Fue la manera que encontraron de reivindicarse, pero fuera de los espectáculos corrían auténtico peligro de muerte. Las redadas policiales eran brutales".



La obra se presenta como una construcción que se asienta en dos pilares interpretativos. De un lado, el trabajo de Guerreros, que apenas si abandona el escenario durante toda la función, y de otro, el de Kike Guaza, que compone varios personajes que explican y desarrollan el entorno del protagonista. Entre ambos tejen breves episodios que, pese a ser una ficción, se nutren de relatos y experiencias de personas reales.



Román, que prepara en estos momentos La herencia o tres hermanas se ahogan con Marta Aledo y María Isassi, y un proyecto de tango-teatro con Mónica Pelay, ha contado para Juguetes rotos con la música de Nelson Dante y la "sencilla" y "cinematográfica" escenografía de Alessio Meloni, montada sobre las jaulas de un palomar.



@ecolote