Carlos Aladro, actual regente de La Abadía, ha formado tándem artístico junto al actor, autor y productor Javier Lara. A montajes como Mi pasado en B y Scratch (díptico iniciado por Lara) se añade ahora Mercaderes de Babel, una nueva colaboración, basada en el clásico de Shakespeare, que puede verse el 28 y 29 de junio en Clásicos en Alcalá. El proyecto consolida así la filosofía que Aladro quiere imprimir al teatro madrileño, sustentada en creadores asociados.

"'Mercaderes de Babel' plantea un juicio a la propia obra. Primero como un texto antisemita y luego simplemente como un clásico". Carlos Aladro

Mercaderes de Babel, que estará en La Abadía el 3 de octubre, se promociona como una creación colectiva y lleva el sello de José Padilla, que ha hecho la “intervención dramatúrgica contemporánea” a partir del El mercader de Venecia. Un taller junto al actor de la Royal Shakespeare Company, Greg Hicks (contexto en el que mostró su predilección por Shylock), encendió la chispa que ha acabado por unir sus talentos en torno a esta obra, que, según algunas voces, hoy resulta irrepresentable. “Al final lo que planteamos es un juicio, en el acto cuarto, a Antonio. A partir de ese proceso establecemos un paralelismo con uno contemporáneo. Incluso es un juicio a la propia obra, sobre la posibilidad o imposibilidad de montarla hoy. Primero como obra teóricamente antisemita y luego simplemente como un clásico”, explica Aladro a El Cultural. A partir de ahí, según el director, se han actualizado los personajes y se ha llevado el espectáculo hacia una conversación en la que el imaginario de Padilla reúne a un actor inglés (Hicks solo habla en la obra el inglés isabelino para conectar con el original shakesperiano) y a un grupo de actores españoles que se enfrentan al dilema de montar El mercader de Venecia. “No se conservan todos los personajes originales –precisa Lara, que prepara ya Delicuescente Eva, texto que cerrará la trilogía–. Se ha quitado la parte de los criados, que es una trama más cómica, y nos hemos centrado en el juicio y la historia de amor”.



Padilla –que ya trabajó con Aladro en la compañía Grumelot y en la obra Malcontent– no oculta su interés por la riqueza de un título incómodo en la época post-Holocausto: “Cualquier texto de Shakespeare te habla al oído. Este también pero no sin generar controversia. En una sociedad que está empezando a repensarse profundamente nos encontramos con cuestiones sensibles que hemos de tener en cuenta. Amamos a Shakespeare pero no hemos evitado ninguno de estos jardines”.

Acompañan a Hicks y Lara en el escenario Alba Enríquez, Natalia Huarte, Juan Blanco y Ramón Pujol, que mostrarán, siempre a través de la mirada del bardo inglés, un mundo globalizado que se mueve entre lo legal y lo legítimo, entre lo ético y lo moral, y el precio que tenemos que pagar por todo ello. “Invitamos al público a reflexionar con nosotros a propósito del viaje de los personajes. No hay más opción que hacer posible que se muestren tal como son, con sus contradicciones”. El espacio sonoro de Manu Solís, la escenografía, “eficaz, sencilla y elocuente”, de Paula Castellano, los audiovisuales de Marta Valverde y las fotografías de Ana Pizarro darán vida al Shylock del siglo XXI.

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