Lo dijo Aquiles: el soplo de la vida ya no se puede recuperar cuando traspasa la barrera de los dientes. Después del trauma, es una oportuna incitación a aprovechar cada día. De Almagro a Mérida, y de Olmedo, Olite, Ribadavia y Cáceres a Madrid y Barcelona, los festivales de teatro veraniegos, tras salvarse 'in extremis', se aplican el cuento y nos invitan a asomarnos de nuevo a los escenarios para gozar de los clásicos. Aun habiendo reducido su duración y recortado las programaciones, ofrecen un variado menú dramático. Hablamos con sus directores sobre las especiales dificultades de este año.

Almagro

Del 14 de julio al 26 de julio

Almagro durará la mitad de lo habitual en esta edición. De las cuatro semanas canónicas pasa a dos. Mal menor a juicio de Ignacio García, que reconoce que en abril y principios de mayo veían muy complicado salvar esta 43ª edición. “Casi nos parecía una frivolidad pensar en el festival”, explica el responsable artístico de la cita manchega. “Pero nunca consideramos arrojar la toalla”. Al final, haciendo de la necesidad virtud, ha elaborado un menú sugestivo. Inteligente decisión parece sustituir el país invitado por una comunidad autónoma. Será la de Valencia, de donde proceden cinco espectáculos, incluida una versión de Tirant lo Blanc, el tótem caballeresco de Joanot Martorell. García reivindica el potencial renacentista levantino, territorio capital para la introducción en España de las modas literarias italianas, como el endecasílabo, metro elemental en nuestro Siglo de Oro. Otros autores valencianos que tendrán cabida en la programación son Jaume Roig (L’Espill) y Ausiàs March (Cant Espiritual).

“Este año hay una mirada amplia a autores y a géneros como la comedia, el drama, la picaresca o la mística”. Ignacio García

En el montaje de Tirant colabora la CNTC, formación siempre fundamental en Almagro. También lo será esta vez. Por un lado, su sección juvenil presentará En otro reino extraño, en la que la dramaturgia de Luis Sorolla, tejida con palabras de Lope, sirve para desplegar una reflexión sobre el amor y sus abismos. Será el espectáculo que rompa el hielo (bueno, el fuego manchego de julio el día 14). Por otro, Lluís Homar, actual director de la formación, y Ariadna Ozores, exhibirán, en mística comunión, Alma y palabra. San Juan de la Cruz. No faltarán tampoco a la cita, a pesar del desastre, dos presencias que aportarán risas a discreción. Ron Lalá reivindicará el humor sin censuras pacatas con Andanzas y entremeses de Juan Rana. Y El Brujo, cómico ya de leyenda, traerá a colación El lazarillo de Tormes.

García presume del eclecticismo y diversidad de su propuesta: “En lo artístico es impresionante la visión patrimonial de este año, con un 100 % de Siglo de Oro y una mirada amplia a autores y autoras, a géneros, a la comedia y el drama, la picaresca y la mística, al renacimiento y al barroco. Cada vez con la ayuda de más gente ampliamos la mirada y el canon de los clásicos. Este año Valencia con su legado y su lengua nos hacen crecer”. Y, de paso, hace un llamamiento al público: “Que venga, que recupere la normalidad del goce para el espíritu que es el teatro, que disfrute de la Reserva Natural del Siglo de Oro y se vayan, como dice el verso del lema de María de Zayas, ‘llevando de mil gustos de amor el alma llena’”.

Mérida

Del 22 de julio al 23 de agosto

Mérida / 'Antígona'. Foto: Emilio Gómez

Recuerda Jesús Cimarro que estaba sólo a tres días de presentar la cartelera del festival cuando sobrevino el desastre. Todo el edificio cuidadosamente armado a lo largo del año empezó a desplomarse. ¡Horror! “Los momentos más difíciles eran cuando veíamos pasar las semanas sin noticias de cuánto podría durar el confinamiento, el estado de alarma”. Pero un gestor curtido como él no perdía la esperanza. “Yo sabía que, si nos dejaban un resquicio, haríamos todo lo posible para sacarlo adelante”. Así lo ha hecho finalmente, con un formato comprimido pero esgrimiendo cinco estrenos absolutos.

“Yo sabía que, si nos dejaban un resquicio, haríamos todo lo posible para sacarlo adelante”. Jesús Cimarro

La programación reducida que hemos presentado condensa todos los estilos y géneros teatrales y está en manos de compañías de solvencia contrastada que sabemos que están trabajando ya con toda la ilusión del mundo”, añade. “Me hace ilusión que estén todos los que están y me apena que no hayan podido entrar las otras tres obras que se quedaron en el camino. Espero que tengan su oportunidad en futuras ediciones”. No lo descarta. De hecho, ya hace cábalas para abrirles hueco.

Otro motivo de particular alegría para él es el debut en el Teatro Romano de varios autores, directores y actores. Entre estos últimos, cita a Belén Rueda, que pondrá la guinda a partir del 19 de agosto con Penélope, texto escrito por Magüi Mira sobre la esposa de Ulises, a la que somete a una revisión feminista. Y también menciona a Fele Martínez, que saltará a la palestra con una versión de El anfitrión de Moliére. Estará dirigido por otro principiante en tan imponente escenario, Juan Carlos Rubio, que también firma la adaptación. Chevi Muraday, colaborador habitual de Rubio, se ocupará de coreografiar el movimiento sobre las tablas.

El festival inaugurará sus fastos con Antígona, la tragedia de Sófocles, versionada aquí por David Gaitán. En el elenco, sobresalen Clara Sanchis, Fernando Cayo, Irene Arcos... Otro título estimulante por su escasa presencia en carteleras es La cestita, de un Plauto juvenil. El montaje de Pepe Quero se sostiene sobre una versión de Pilar Almansa y se desarrolla como una suerte de sitcom romana. Agilidad y frescura muy de agradecer después del trauma y que, a buen seguro, ayudará a sobrellevar la candente meteorología emeritense. Por último, el autor local Agustín Muñoz Sanz nos adentrará en la psique de Cayo César, en una producción moldeada por Jesús Machón junto a la compañía extremeña Atacama.

Olmedo

Del 24 de julio al 2 de agosto

Olmedo / 'Nise, la tragedia de Inés de Castro'. Foto: Álvaro Sierra

Benjamín Sevilla, director del Festival de Olmedo, vivió en un carrusel emocional que casi acaba con sus nervios. “En el desarrollo de la pandemia llegaban noticias que llamaban al optimismo relativo y otras que incitaban al desánimo. Cuando aquí estábamos en el periodo más crítico, algunos teatros en China o en Japón anunciaban que podrían abrir en breve. El peor momento fue cuando se supo la suspensión de los dos más grandes festivales europeos, Aviñón y Edimburgo”, confiesa. Pero en Olmedo están acostumbrados a luchar a contracorriente en sus 15 años de vida. Y durante dos fines de semana también llenarán su Corrala de Comedias de teatro barroco y medieval, servido por algunas de las compañías señeras en estas épocas. Es el caso de Nao d’Amores, de Ana Zamora, que presentará Nise, la tragedia de Inés de Castro. Alfonso Zurro, al frente de Teatro Clásico de Sevilla, hará lo propio con Romeo y Julieta. Por aquí encontramos también a Ron Lalá y El Brujo (representando, a diferencia de Almagro, Dos tablas y una pasión). Además,Teatro Tribueñe, encabezado por la incombustible Irina Kouberskaya, alzará El vuelo de clavileño, un guiño al Cervantes más fantasioso.

Olite

Del 17 de julio al 2 de agosto

Olite / 'Madre coraje'. Foto: Atalaya

“Tenemos que salvar el festival, si no, ¿para qué hacemos teatro?”. Era la pregunta que le perseguía a Luis F. Jiménez, director de la cita de Olite, cuando el virus golpeaba duro.Todo el programa internacional, consagrado a Italia y Colombia, se le fue al garete, pero mantuvo la determinación de salir a flote. Conseguirlo le deparó una emotiva satisfacción: “Fue muy reconfortante percibir el ánimo de las compañías al comunicarles que se iba a mantener el festival”. Lo dice sin aparcar el enfado por la precariedad crónica del oficio y reivindicando la promulgación del estatuto del artista. Jiménez le da cancha a la creación navarra (de los 25 espectáculos que se verán, 14 correrán a cargo de compañías locales). Del resto del país, topamos, de nuevo, con Zurro,que escenificará La estrella de Sevilla de Lope de Vega; con Antonio Simón y su Esperando a Godot interpretado por Pepe Viyuela; con Ana Vallés, de Matarile, que mostrará DAIMON y la jodida lógica; con los ubicuos integrantes de Ron Lalá; con Ricardo Iniesta, de Atalaya, que cerrará las funciones de La Cava con su Madre Coraje... Así pues, el repertorio áureo conjugado con Brecht y Beckett, sin olvidar echar un ojo a la creación contemporánea nacional.

Cáceres

Del 9 al 20 deseptiembre

Cáceres / 'El libro del buen amor'. Foto: Bernardo Cruz

En Cáceres han optado por otra vía para capear el virus: retrasar su programación a septiembre, haciendo bueno el dicho de más vale tarde que nunca. Será una buena oportunidad de ver la aproximación de la compañía extremeña Guirigai, con cuatro décadas sobre las tablas ya, a El libro del buen amor. Picaresca psicalíptica que promete hacer pasar un buen rato al público que se acerque a degustar el montaje. Otro para el carcajeo incesante es La ternura, de Sanzol. En total, Silvia González Gordillo ha hilvanado 15 espectáculos para adultos, más conciertos demúsica antiguay teatro infan-til. “La lista ha quedado casi intacta respecto a lo que teníamos previsto antes de la pandemia”, explica. No fallan Zurro, Ron Lalá y Ana Zamora, protagonistas sin duda del circuito festivalero, que, como apunta González Gordillo, será un “ensayo empírico” de cara al otoño.

Grec

Hasta el 31 de julio

Grec / 'The Scarlet letter'. Foto: Bruno Simao

“El botón rojo siempre ha estado al alcance de la mano, y todavía lo está porque sabemos lo que puede implicarun rebrote”, señala Cesc Casadesús, máximo responsable artístico del Grec. Él ha conseguido salvar su apuesta por Hispanoamérica con la lectura por parte de sanitarios de un texto del uruguayo Sergio Blanco sobre la pandemia y la reconversión virtual de un proyecto de Veronese. Por otro lado, destacan los trabajos de Carme Portaceli, que homenajea al teatro en No passa cada dia que algú ens necessiti (de fet, no és gent habitual que algú ens necessiti); Angélica Liddell, con su incursión en la obra de Nathaniel Hawthorne (The Scarlett Letter); y la Agrupación Señor Serrano, que en The Mountain reflexiona sobre los límites de la verdad y la ficción de la mano de Orson Welles.

Ribadavia

Del 17 al 27 de julio

Ribadavia / 'Doña Rosita anotada'. Foto: Vanesa Rábade

La creación escénica contemporánea tiene su feudo en esta localidad gallega durante el verano. Roberto Pascual, su director, ha convocado para su 36ª edición a compañías como Teatro en Vilo (estrenarán Hoy puede ser mi gran noche), Voadora, que permitirá vislumbrar el embrión de su Otelo, a caballo entre los celos y las fake news. De Pablo Remón, por otra parte, se ofrecerá su última genialidad: Doña Rosita anotada, una revisión muy personal de la obra Lorca. Y Agnes Mateu y Quim Tarrida levantarán su visceral alegato con la violencia machista Rebota, rebota y en tu cara explota. Además, advierte Pascual, seguirán “abriendo horizontes en torno al teatro documento y las posibilidades de la mezcla de realidad y ficción con la presentación de Tierras del Sud, de Txalo Toloza-Fernández y Laida Azkona”. Y la pujante danza gallega (Macana, Kirenia Fernández, Nova Galega de Danza...) también tendrá un espacio protagónico.

Veranos de la Villa

Del 29 de julio al 30 de agosto

Veranos de la Villa / 'La corte del faraón'. Foto: Jero Morales

El festival del Ayuntamiento de Madrid se repliega en el Conde Duque. En su patio podrá verse El diablo cojuelo, producción de Aitana Galán. También la opereta La corte del faraón, en la versión de Guillermo Perrín, Miguel de Palacios y Vicente Lleó que pudo verse en Mérida el año pasado. Además, la Compañía Nacional de Danza interpretará piezas de Bournonville, Robbins, Amarante y Duato. Para su director, Ángel Murcia, “una noche al aire libre en el Conde Duque será una de las mejores experiencias cultural que podamos vivir este año”.

@albertoojeda77