En los primeros meses de 2021 todo apunta a que el teatro seguirá caminando sobre el alambre. Los montajes irán tomando forma bajo la constante amenaza de que los positivos trastornen el calendario de estrenos. Pero lo cierto es que, tras la gran interrupción, las tablas han ido recobrando el pulso. Las estrategias para capear el desastre se han afinado. Y el público, a pesar del miedo, ha respondido con entusiasmo. Esperemos que esta inercia positiva continúe consolidándose. Hay propuestas para que así sea: desde el desembarco de mascarones de proa internacionales (Malkovich, Delbono…) a varios reclamos de nuestra dramaturgia: Sanzol, Conejero, Botto, Buchaca…

El bar que se tragó todos los españoles. Teatro Valle Inclán. 12 de febrero

Alfredo Sanzol se estrena con un texto suyo en su etapa al frente del Centro Dramático Nacional, tan compleja. Si no fueran pocas dificultades creadas por el virus, también tuvo que hacer frente a la muerte de Gerardo Vera, saliendo al quite -con reflejos y fundamentos- para rematar la versión de Macbeth del viejo maestro. En El bar que se tragó a todos los españoles, cuenta la historia de Jorge Arizmendi, sacerdote navarro que, en 1963, da un golpe de timón a su vida: cuelga los hábitos y se va Estados Unidos a estudiar márquetin e inglés. Sanzol, a través de él, le hace un guiño a su propio padre y brinda por las reinvenciones vitales.

Una noche sin luna. Teatro Español. 17 junio

Mudos de emoción nos dejó hace una década Un trozo invisible de este mundo. El desgarro de la migración desde distintas ópticas y, de 'propina', una inmersión en los agujeros negros empleados por los milicos para, literalmente, reventar a los disidentes de su ominoso régimen militar. Juan Diego Botto lo escribió y protagonizó. Sergio Peris-Mencheta lo dirigió. Ahora vuelven juntos a la carga con Una noche sin luna, que devuelve a Lorca a la vida.

La gioia. Teatros del Canal. 27 de febrero

Hace tiempo que Pippo Delbono no aparecía por Madrid, prolongada además por la pandemia. Así que su visita con La gioia cobra carácter de acontecimiento. Pocos registas proponen hoy un teatro tan radical y auténtico. Rodeado de troupe de seres marginados, en la frontera entre la cordura y la locura, ha desarrollado una carrera única, con (pasolinianos) descensos en los infiernos de la migración, la drogodependencia y la enfermedad. De esos bajos fondos arranca la luz para espectáculos como este, una búsqueda de la raíz de la felicidad.

Just Call me God. Teatros del Canal. 17 de febrero

Otro acontecimiento de carácter internacional es el desembarco de John Malkovich en el teatro madrileño. Llega, como no podía ser menos, envuelto en la piel de un personaje misterioso y extremo: el dictador Satur Diman Cha, jefe de Estado de la República de Circassia, que, tras su derrocamiento, aparece en una iglesia entre acordes Wagner y Bach para proferir su filípica contra occidente. Ecos de Las mil y una noches en esta historia escrita ex profeso por el austriaco Michael Sturminger para los camaleónicos registros de Mr. Malkovich, que combina en su paleta expresiva rasgos de Mobutu, Gadafi, Hitler, Sadam Husein…

Un momento de 'Yo soy el que soy'.

Yo soy el que soy. Pavón Teatro Kamikaze. 13 de enero

Lo cierto es que el arranque del año no podrá ser más triste en el gremio escénico. El proyecto -kamikaze por su alto riesgo- capitaneado por Miguel del Arco, Israel Elejalde, Aitor Tejada y Jordi Buxó no ha podido aguantar el embate de la Covid. La dramaturgia contemporánea nacional sentirá particularmente el boquete que queda en la cartelera con su cierre. Cinco años intensos que, en el capítulo de estrenos, culmina con Yo soy el que soy, un espectáculo basado en la recientemente publicada biografía de Aaron Lee, violinista de origen surcoreano nacido en Madrid que sufrió un tormento en el seno familiar por ser homosexual.

Carsi. La Abadía. 4 de febrero

Homenaje de Eduardo Vasco a uno de los grandes secundarios del teatro español, Felipe Carsi, que desarrolló su carrera a caballo entre el final del siglo XIX y los comienzos del XX. Alguien que se movió a la sombra de los figurones de la época, de la que es un impagable testigo. Eduardo Vasco, junto a su compañía Noviembre, ha rastreado su pista, punto de partida para un hilarante espectáculo sobre las peculiares circunstancias en la que viven los cómicos: un oficio condenado a vivir a salto de mata a perpetuidad.

Shock 2 (La tormenta y la guerra). Teatro Valle-Inclán. 30 de abril

La primera entrega de este proyecto que va camino de erigirse en trilogía fue El condor y el puma. Andrés Lima, con su dotadísimo sentido del espectáculo y su habilidad para agitar las emociones del patio de butacas, recreó los sanguinarios efectos de las dictaduras militares del cono sur, que se auparon al poder con el sibilino auspicio de los Estados Unidos (Kissinger y los Chicagos Boys mediante). La segunda entrega se centra en el ‘fin de la historia’ que, según Fukuyama, desencadenó el hundimiento del bloque soviético. Una conclusión errónea, visto lo visto hasta estos días, cuando, precisamente, estamos dominados por el shock vírico y un recorte de derechos que veremos si regresarán intactos.

Paloma negra (Tragicomedia del desierto). Teatros del Canal. 2 de febrero

Alberto Conejero le ha cogido el gusto a dirigir sus propios textos. Tras estrenarse con La geometría del trigo, que le valió el Premio Nacional de Literatura Dramática en 2019, vuelve asumir galones de regista en Paloma negra (Tragicomedia del desierto), en la que Chéjov se entrecruza con las rancheras. “Quiero ahondar en la exploración de una materialidad poética y apostar por los puntos de quiebra y fuga de lo que consideramos 'realismo'; hacer que los cuerpos y el silencio pongan en crisis cada palabra, toda palabra”, advierte.

'Castelvines y Monteses'. Foto: Bárbara Sánchez

Castelvines y Monteses. Teatro de la Comedia. 16 de abril

Después de resumir la historia económica de los Estados Unidos a través de la familia Lehman, saga protagonista del crash de 2007, Sergio Peris-Mencheta se ha remangado con nuestro Siglo de Oro. Concretamente, con Castelvines y Monteses, pieza de Lope de Vega que remite a Romeo y Julieta de Shakespeare: dos amantes nacidos en el seno de dos familias furibundamente enfrentadas. Peris-Mencheta firma -junto a José Carlos Menéndez- la versión y se ocupa de cristalizarla en las tablas. Ocasión idónea para ampliar nuestro conocimiento de la dramaturgia del Fénix.

Rita. Teatro Fernán Gómez. 20 enero

Cómo asumir la muerte. Una lección valiosa en los tiempos de la peste. Marta Buchaca no va dando lecciones por la vida pero sí nos enfrenta a algunas iluminadoras paradojas relativas al fin de la existencia en Rita. Dos hermanos que deben afrontar la desaparición de su perrita y, visto el alzheimer galopante que sufre, la de su propia madre. Circunstancias disímiles pero unidas por vasos comunicantes. Tomar las decisiones correctas no es fácil en ese trance. Lautaro Perotti tiene a sus órdenes a dos animales escénicos: Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta.

@alberojeda77