El autor Joan Yago y la directora Beatriz Jaén llevan al escenario del Teatro María Guerrero un viaje muy particular sobre la construcción de la red ferroviaria española, un período que abarca nada menos que dos siglos y que muestra, explica Jaén a El Cultural, “una historia sobre trenes con muchos personajes femeninos, fuertes y trascendentales. Mujeres estudiosas, amantes de la verdad y mujeres corruptas, amantes de la estafa y el dinero. Todo cabe en esta puesta en escena”.
Breve historia del ferrocarril español surge de una conversación entre Xavier Albertí y Yago, fundador de la compañía La Calòrica, sobre el papel que jugó Juan Carlos I en la adjudicación del tren de Alta Velocidad a La Meca.
En la obra, protagonizada por Paloma Córdoba y Esther Isla, hay humor, añade la directora, “para poder explicar y digerir la historia de un país que ha sufrido y sufre la asfixiante corrupción de una clase política que ocupa y maneja a su antojo instituciones públicas y de unos monarcas que se aprovecharon del trono. La puesta en escena se vale de ese humor para conseguir momentos muy locos. El texto está muy bien escrito. No te deja nunca desviarte del eje, de la importancia que tiene hablar de este tema. No pierde nunca el espíritu crítico que nos zarandea y nos llama a la acción. Las dos actrices consiguen hacer viajar al espectador a lo largo de todo el relato”.
"La puesta en escena se vale del humor para conseguir momentos muy locos. El texto está muy bien escrito. No te deja nunca desviarte del eje". Beatriz Jaén
Yago considera que de alguna forma se repiten formas y comportamientos a lo largo de la historia: "Basta ver el resultado electoral en Italia. Parece que los acontecimientos se repitan, pendulen como los trenes que llegan al término de su línea y repitan el viaje hacia atrás. Esta perspectiva puede sonar a condena, a infierno sisífico, pero si nos fijamos bien abre una puerta esperanzadora: podemos aprender del pasado".
El montaje, que estará en la Sala Princesa hasta el 13 de noviembre, cuenta con la escenografía de Pablo Menor Palomo, los audiovisuales de Elvira Ruiz Zurita y el espacio sonoro de Pepe Alacid.
“Hemos trabajado con mucho amor y respeto. La obra es, entre otras cosas, un homenaje a la memoria liberal y progresista, que es tan vieja en España como la propia monarquía. Me gusta pensar que es un cuento. Ahora creo que es una clase de historia, un show de stand-up y a la vez una incómoda sesión de terapia”, explica Yago, que se encuentra en gira con proyectos de La Calòrica como Las aves, Feísima enfermedad de la reina Isabel I y la comedia sobre el negacionismo climático De qué hablamos mientras no hablamos de toda esta mierda. “También estamos preparando un nuevo proyecto inspirado en el Congreso de Viena de 1815 [en el que se redefinieron las fronteras de Europa tras la derrota de Napoleón] pero aún no tenemos fecha de estreno”.
Tampoco tiene fecha de estreno, ni teatro, Yellow moon. La balada de Leila y Lee, la obra del escocés David Greig que Beatriz Jaén quiere subir a las tablas. Mientras, sigue la inspiración de la filósofa francesa Anne Dufourmantelle: “Ella entiende el escándalo como un acontecimiento que debería ser capaz de generar un espacio de pensamiento nuevo. Un espacio que se le gane a la barbarie, o sea, a la indiferencia”.