Carlos, Laia y Manuel se reencuentran con Mercedes, la maestra que les enseñó a leer y escribir. La niñez queda lejos. Han pasado más de 25 años. La vida de cada uno ha tomado caminos muy distintos. Activar el retrovisor abrirá nuevos interrogantes y hará supurar viejas heridas. Nadie tiene escapatoria...
El texto de Josep Maria Miró, autor de El principio de Arquímides, Tiempo salvaje y El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar (con el que consiguió recientemente el Premio Nacional de Literatura Dramática), consigue dejarnos sin respiración porque es la historia de todos nosotros. Dirigida por Lautaro Perotti y protagonizada por Jon Arias, Paula Blanco, Lola Casamayor y Santi Marín, la obra estará, desde el 9 de marzo, en la sala Margarita Xirgu del Teatro Español.
La habitación blanca surge de la colaboración de la sala Flyhard de Barcelona (donde se estrenó en 2021) y la compañía argentina Timbre 4, con la que Miró ya había colaborado en obras como Nerium Park. “Quería que tuviera un formato pequeño, de proximidad, minimalista, que generara una interpretación casi cinematográfica”, explica a El Cultural Miró, cuya identidad escénica pasa por un teatro de texto, apostando por la palabra como epicentro de cuanto sucede en las tablas: “Al mismo tiempo me siento muy cómodo con el thriller, con el misterio. Me gusta que irrumpa un personaje que de pronto llega del pasado, un intruso que lo que hace es alterar y denunciar que hay algo oculto en ese pasado compartido por el resto de los personajes”.
Miró ha conseguido hilvanar, a través de su ya prolija producción escénica, una suerte de “pueblo” con personajes comunes en cada uno de sus títulos. Un personaje que aparece de forma anecdótica en una obra puede resurgir, de pronto, como protagonista en otra.
Así, en La habitación blanca nos encontramos un personaje de Nerium Park y otros de Olvidémonos de ser turistas: “Son juegos internos que me permiten generar casi una comunidad entre las diferentes obras. También me dejan potenciar el concepto de la diferencia, que es muy protagonista en todas ellas”. Miró ha tomado dos frases de Jean-Paul Sartre (‘La infancia decide’ y ‘Un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él’) para darle profundidad a la obra que veremos en el Español.
[Josep Maria Miró, Premio Nacional de Literatura Dramática]
Son frases, puntualiza el autor, que especulan con la construcción de nosotros mismos: "De ahí la ‘habitación blanca’, un espacio de memoria que vamos llenando de cosas hermosas pero también del daño que hemos ido haciendo a los demás”. Por eso, Miró, que ultima en estos momentos su Tríptico de la epifanía y Yo, travesti, utiliza a la profesora para indagar sobre qué queda de aquellos niños que fueron, qué sueños tenían y qué hemos dejado por el camino. En este sentido es también un homenaje a todos los maestros”.
La Señorita Mercedes (Lola Casamayor) es, por tanto, el centro sobre el que gira la acción. Cada espectador de La habitación blanca conectará de inmediato con su particular “Señorita Mercedes”.