'Un matrimoni de Boston', la célebre obra de Mamet, vuelve 20 años después: "Aquello fue una fiesta"
Emma Vilarasau y Marta Marco, del elenco inicial de esta obra dirigida por Josep Maria Mestres, se junta de nuevo para estrenarla en el Festival Temporada Alta.
En 2005, Emma Vilarasau, Marta Marco y la inolvidable Anna Lizaran estrenaron Un matrimoni de Boston en el Teatre Lliure de Barcelona, bajo la dirección de Josep Maria Mestres. La obra, escrita en 1999 por David Mamet, pronto se convirtió en el gran acontecimiento del panorama teatral del momento.
“Aquello fue una fiesta. Para mí fue casi una epifanía, porque descubrí, aunque ya lo intuía desde hacía tiempo, que el teatro tenía que ser juego. Y entonces estaba todo lleno de vida”, evoca Mestres (Calaf, 1959) hoy a El Cultural.
Con el mismo espíritu lúdico, y con la triste ausencia de Lizaran –fallecida en 2013–, los tres se vuelven a juntar, 19 años después, para este nuevo comienzo que se estrena en el Festival Temporada Alta –del 4 al 6 de octubre–, y pasará por La Villarroel –a partir del día 12–, antes de salir de gira.
Vuelven las mismas actrices de entonces, a las que se unirá Emma Arquillué, pero, eso sí, algo agitadas: Vilarasau interpretará ahora a Anna, el papel que hacía entonces Lizaran, y Marco tomará el legado de Vilarasau al ponerse en la piel de Claire. Arquillué, por su parte, heredará el de la criada. “Ahora no va a estar Anna pero la llevamos en el corazón, porque realmente impregnó todo aquello de fiesta. Ella dominaba este estilo como nadie”, comenta el director.
No obstante, la actual Un matrimoni de Boston se sacude de cualquier atisbo de nostalgia. “Bebe de lo que hicimos en aquel momento, pero el espectáculo no va a ser el mismo, nosotros no lo somos, tenemos 19 años más, es imposible que lo sea, ni estética ni profundamente. El teatro siempre se hace aquí y ahora. Y las palabras como suenan hoy nos han obligado también a hacer otra cosa”, cuenta Mestres, que se negó a ver los videos de la obra de 2005. “Lo que ha habido es un trabajo de eliminar. Borrar primero y volver a construir”.
Entre las particularidades de esta obra, ambientada a finales del siglo XIX, es que "todas las piezas de Mamet son muy masculinas”, comenta Mestres sobre este texto protagonizado por mujeres, en el que ya el título, es otro juego: ‘Un matrimonio de Boston’ era la denominación sarcástica de lo que a finales del XIX se le daba en Estados Unidos a una pareja de mujeres que vivían fuera del amparo de los hombres.
“Mamet -afirma el director- crea un choque entre modernidad y plasticismo formal que hace que los personajes puedan expresarse de una manera muy libre, muy loca y desinhibida. Esto es lo que provoca la hilaridad en muchos momentos y pone el discurso de la obra a un nivel muy alto".
Por otro lado, añade, “si lo que nos cuenta no fuera ahora incluso de más actualidad que entonces, no tendría sentido volver a hacerla. Habla de amor, sexo y poder a partir de una pareja no normativa que hace de lupa de las relaciones de pareja. Ellas son más libres, porque está todo por establecer y más aún en un momento como en el que sitúa la acción. La obra es potentísima, resuena a nivel individual y social”.
Con un dispositivo escénico, esta vez de Paco Azorín, que también busca incluir a los espectadores en el salón de estas dos señoras, el espectáculo que arranca en Temporada Alta, es distinto al del 2005, pero con guiños a su legado. Y no solo con estas actrices y su director, además del espíritu de Lizaran que estará inevitablemente en escena, sino también por la presencia de la diseñadora de vestuario, Nídia Tusal, que tomará el relevo a su maestra de entonces, María Araujo, fallecida a principios de la pandemia. Todos ellos, los pasados y los presentes, firman una nueva oportunidad de volver a Mamet y a su obra.