Henry Kamen: "Leyenda negra es una frase para los que no quieren estudiar la historia de España"
El hispanista británico subraya en su nuevo ensayo el papel desempeñado por los extranjeros aliados en la defensa de la Monarquía Hispánica.
24 mayo, 2022 17:59Noticias relacionadas
Vehemente, controvertido, indomable, único. Así es Henry Kamen (Rangún, Birmania, 1936), uno de los hispanistas —aunque no se siente cómodo con ese retrato de mero especialista en un solo país— de mayor renombre, como acreditan sus numerosos e importantes estudios publicados y sus grandilocuentes opiniones. Acaba de sumar uno más a su bibliografía, y el título, Defendiendo España (Espasa), puede conducir a equívocos en una primera impresión.
No se trata de la enésima —o millonésima— obra que se dedica a loar la grandeza y las gestas de la Monarquía Hispánica. Si en La invención de España desmontaba las leyendas e ilusiones que han construido la realidad española, este didáctico libro tampoco sentará del todo bien al nacionalismo más enrocado. Kamen, residente en Barcelona y miembro de la Royal Historical Society de Londres, trata de derribar la idea de que los extranjeros solo proyectaron imágenes negativas e infundadas de los españoles, la magnificada leyenda negra. Todo lo contrario, ofrece una sucesión de ejemplos para demostrar que no hubo un "odio permanente", sino numerosos personajes que defendieron a España con las armas o las letras.
Pregunta. ¿Cuál es la necesidad de un libro como este? ¿Qué le ha empujado a escribirlo?
Respuesta. Es una invitación al lector corriente a participar en lo que llamo una aventura, en compañía sobre todo de Don Quijote. Pongo por todo el libro, en la cabecera de los capítulos, citas de la obra, como esta: "Aquí podemos, hermano Sancho Panza, meter las manos hasta los codos en esto que llaman aventuras". Es la aventura de presentar un retrato de España que sea fidedigno y basado en hechos reales, no sobre ideologías que deforman la realidad del pasado.
P. ¿Se puede defender España sin ser nacionalista?
R. Todo el libro se dedica a analizar este tema. La experiencia de España y de cualquier país no consiste solo en proyectar su naturaleza, sino en tener contacto con otros pueblos y naciones, y así colaborar en una empresa conjunta. Lo que España consiguió fue el éxito de la colaboración. Por ejemplo, se habla mucho de la expansión por los mares, pero los extranjeros están en primera línea (Colón era italiano, Magallanes era portugués). España llegó a donde llegó gracias a su voluntad de colaborar y no de rechazar. El nacionalismo a veces se entiende como un rechazo a otras naciones, no es cierto. Cito al principio el caso de la famosa conquista de Granada. Sin la ayuda de los musulmanes España no hubiera tenido las fuerzas para conquistar Granada, y también de ejércitos de Francia, soldados de Inglaterra, Suiza, Italia… Todos los países que han tenido éxito en la historia se deben a la colaboración y a su reconocimiento.
"No hay un sentimiento antiespañol en Europa en general"
P. ¿Por qué a quien es crítico con el pasado bélico-heroico español se le tacha de antipatriota; o en el caso de los hispanistas, se utilizan descalificativos todavía mayores?
R. Muchas veces los que quieren teóricamente defender la historia de España lo hacen desde un punto de vista del victimismo. Imaginan que España tuvo éxito porque luchó contra la agresión de otros países, pero no es cierto. Casi todos los éxitos, como digo, han sido gracias a la colaboración. Con la Guerra de Sucesión, por ejemplo, España tuvo más éxito económica y militarmente que en otras épocas gracias a colaboración con Francia. A veces hubo guerras, también con Inglaterra, pero representan una pequeña parte de la experiencia conjunta de los países.
El único problema en tener desacuerdos en la interpretación del pasado, entre algunos historiadores de dentro y fuera de España, es el punto de vista, nada más. Los historiadores españoles deberían reconocer que todos los imperios se basan en la capacidad de hacerse amigos de otras culturas. Sin reconocer esto, es difícil entender correctamente la historia del país.
P. Es costumbre proyectar esa imagen de España como un país cainita. ¿Entonces somos más un país victimista?
R. El victimismo es una actitud de poca gente, de unos cuantos intelectuales. Miguel de Unamuno, por ejemplo, que habló de una conspiración del mundo entero contra España. No tiene sentido expresar la experiencia histórica de esta manera. Hay aspectos negativos en la experiencia de todos los países. Pero insistir demasiado en la parte negativa y no en la positiva, que es la colaboración, es distorsionar nuestra manera de enfocar el pasado.
P. ¿Hemos sido los españoles más críticos con nuestro pasado y con nosotros mismos que los extranjeros?
R. Eso puede ser si nos guiamos por los escritos de gente como Unamuno u Ortega y Gasset con su España invertebrada. Tengo la impresión de que los intelectuales de otros países, como los franceses e ingleses, no se han dedicado tanto al pesimismo. No me explico por qué. Pero descartaría la importancia de este sentimiento de pesimismo porque se limita a unos cuantos escritores. No es una característica de toda España. Es de una sección de los intelectuales del país, la mayoría castellanos, que precisamente es la parte de España que tuvo más éxito en su historia. Entonces no entiendo bien por qué adoptar un foco tan negativo y no puedo ofrecer una explicación.
P. ¿Documentos como la Apología de Guillermo de Orange o los grabados de Theodore de Bry, esgrimidos como motor de la leyenda negra, hay que encuadrarlos entonces como propaganda de guerra? ¿Es falso hablar de un sentimiento antiespañol europeo?
R. Totalmente. De hecho, en este libro el concepto de leyenda negra no sale porque digo muy rotundamente que no existió nunca. Es un invento de un grupo de periodistas de principios del siglo XX. No hay un sentimiento antiespañol en Europa en general. Es curioso que en los textos de los que siguen los escritos de Julián Juderías no encontramos nada sobre investigación histórica. Juderías no era historiador, no sabía nada de la historia de España ni de Europa, e igual que otros que insisten con la leyenda negra.
Hostilidad siempre ha habido en tiempos de guerra. En el siglo XVI, durante la rebelión de los Países Bajos, hubo un conflicto pero no leyenda negra. Solo una generación después tenemos movimientos de amistad entre holandeses y españoles, a lo que dedico todo un capítulo. La leyenda negra no sale en mis páginas porque opino que es un mito, una ficción más bien. Hay que dedicarse a estudiar la historia para saber lo que realmente pasó.
"Los españoles establecieron su presencia en el continente americano, pero no veo evidencias de una conquista"
P. Pero casos como el de López Obrador y su petición de perdón por la conquista de América dan impulso a quienes creen no solo que la leyenda negra existió, sino que sigue viva.
R. ¿Pero qué quiere decir leyenda negra? ¿Un sentimiento de hostilidad contra España? No, todo mil libro demuestra que no es cierto. Los éxitos de España se basan en la colaboración con exploradores, aventureros, soldados y financieros extranjeros… Leyenda negra es una frase para los que no quieren estudiar la historia de España.
P. En cualquier caso, es un concepto que ha generado un amplio debate…
R. Los que quieren mantener esta ficción nunca han presentado hechos históricos que demuestren, por ejemplo, que los ingleses odiasen a los españoles. En el libro incluyo un ejército completo de holandeses protestantes luchando por España. No existió la leyenda negra, en absoluto. Casi toda la historia de los conflictos entre España y sus enemigos es de alternancia entre la hostilidad de épocas de guerra y la amistad de tiempos de paz. Nada de leyendas y otras tonterías.
P. Siguiendo con América, dice que lo que hicieron los españoles fue una "conquista ficticia" y que realmente no tuvieron el poder para someter a todas las comunidades indígenas.
R. Los españoles establecieron su presencia en el continente americano, pero no veo evidencias de una conquista. Los indios sí que conquistaron a otros indios, como pasó en Perú y México, pero los españoles nunca tuvieron ejércitos ni conquistaron nada. Se establecieron gracias a la ayuda de otras comunidades indígenas.
P. ¿Cómo habría que definir entonces este proceso histórico tan importante?
R. Un siglo después de la caída de Tenochtitlán, la comunidad española de todo el continente americano era de 70.000 personas, el tamaño de una sola ciudad europea. No hay suficiente cantidad de españoles para conquistar y ocupar América. Lo que pasó fue un proceso que duró siglos para el establecimiento del poder de los europeos, no solo de los españoles. Estamos hablando otra vez de imperio como un concepto de colaboración. Son fases de un proceso que duró décadas, y a veces siglos. Pero conquista no: el concepto de conquista no existe ni en el Imperio británico ni en el español.
P. ¿Entonces cuál sería un ejemplo de conquista?
R. Conquista quiere decir matar a la gente de otro país y establecer el poder allí. Rusia no está haciendo nada en Ucrania, sino complicando su propia existencia. De conquista nada: ha entrado en otro territorio, está matando gente, pero no está estableciendo el poder.
P. Escribe que donde más extendida está la ignorancia de la historia pasada es en lo que respecta a los asuntos religiosos. ¿Por qué es así? ¿La Iglesia en España ha tenido más poder que en otros países?
R. Siempre hay más controversia y debate sobre temas religiosos que de otros temas. La gente por todas partes culpaba a España de tener la Inquisición, nada más. Pero curiosamente los ataques más feroces contra la Inquisición desde el punto de vista de libros y escritos vinieron de los propios españoles. No forma parte de un ataque de los extranjeros, sino que representa actitudes diferentes dentro de la sociedad española. Los grandes enemigos de la Inquisición fueron los liberales del siglo XIX. Antes de eso nada, no hay libros en holandés sobre el Santo Oficio hasta el XVIII, es decir, siglo y medio después del conflicto con España. La Inquisición no afectó a la vida de otros europeos, fue una institución totalmente española y limitaba su actuación a la Península Ibérica.
P. ¿Por qué le gustaría a Henry Kamen, como historiador, ser recordado?
R. Si ojea la lista de mis escritos, he hecho estudios sobre temas tan diferentes… Algunos han dicho que soy un hispanista; puede ser, pero no me he dedicado exclusivamente a cosas de España. Este verano saldrá publicado un libro mío en español sobre la evolución social y económica de Europa. Me he dedicado durante mis años de historiador más a temas de historia social y económica. Sin embargo, también tengo un estudio profundo sobre la sociedad y la religión de Cataluña. He entrado en varios temas que para mí arrojan luz sobre la realidad del pasado, no solo de España, sino también de la historia social de Europa y América. Mi perspectiva es más bien general que limitándome solo a los confines de un único país.