El año que se cierra, en el que se ha conmemorado el centenario de uno de los mayores hallazgos arqueológicos de la historia, la tumba de Tutankamón, ha contabilizado numerosos y fascinantes viajes físicos al pasado. Esta lista la protagonizan yacimientos habituales, como las infinitas Pompeya y Atapuerca, pecios muy buscados y cuevas rebosantes de secretos.
Las habitaciones de Pompeya
La ciudad romana sepultada por el Vesubio en 79 d.C. sigue deparando maravillosas sorpresas. Este año los arqueólogos han descubierto en la Casa del Larario, en la zona Regio V, diversas estancias amuebladas que arrojan luz sobre la vida cotidiana de las clases humildes. En las excavaciones se han documentado varias camas, una de ellas con una cuña para que no cojease, una manta, un baúl, un armario de madera con cinco baldas llenas de ánforas, platos de vidrio o cuencos de cerámica, una mesa auxiliar redonda de tres patas e incluso una sandalia perdida. También han aparecido objetos más lujosos, como una preciosa lucerna con dos bocas y la representación de Júpiter montado sobre el águila y sobre un rayo, o un conjunto de siete tablillas dobles que quizá formaron parte del archivo del propietario de la domus.
Estatuas etruscas y romanas
En las antiguas termas de San Casciano, un yacimiento situado en la provincia de Siena, en el centro de Italia, se ha registrado un hallazgo impresionante y único: un conjunto de 24 estatuas de bronce datadas entre los siglos II a.C. y I d.C. "Un descubrimiento que va a reescribir la historia", dijeron los arqueólogos. ¿Por qué? Se trata de un conjunto de figuras votivas en gran estado de conservación, inscritas tanto en lengua etrusca como en latín, que desvelan un escenario de interacción entre ambos pueblos en una época marcada por los conflictos bélicos. El conjunto pagano, que fue descubierto intacto gracias a su cuidadosa sepultura en época cristiana, apareció entre varios miles de monedas de oro, plata y bronce arrojadas al agua como ofrendas a los dioses.
Retratos de momias
Los retratos de momias de El Fayum, una región en Egipto situada al sur del delta del Nilo, son una de las colecciones más asombrosas de arte antiguo. Desde 1907 no se descubría una de estas pinturas realizadas en madera y tela que representarían las caras de los difuntos de los ataúdes. En el yacimiento de un antiguo asentamiento griego llamado Filadelfia, una misión arqueológica egipcia ha descubierto un puñado más de estos retratos naturalistas, exclusivos del periodo grecorromano, además de un enorme edificio funerario de las épocas ptolemaica y romana, varios ataúdes antropomorfos de estilo egipcio y griego antiguos o una rara estatua de terracota de la diosa Isis-Afrodita.
La mano de Irulegi
Entres los vestigios de un poblado de la Edad del Hierro ubicado en el valle de Aranguren (Navarra) y destruido durante las guerras sertorianas, los arqueólogos han descubierto una representación en bronce de una mano datada en el primer tercio del siglo I a.C. y grabada con el documento más antiguo y más extenso escrito en lengua vascónica. La llamada "mano de Irulegi", de la que ya se ha podido descifrar una palabra —sorioneku, que significa "de buena fortuna"— ha sido calificada como "un hito en la historia del origen del euskera". Un hallazgo excepcional para iluminar los difusos primeros pasos de esta lengua.
La cara del primer europeo
Uno de los yacimientos mundiales que cada año desvela nuevas y fascinantes sorpresas sobre los orígenes del ser humano es el de Atapuerca. En la última campaña en la Sima del Elefante, los investigadores han hallado el fósil de la cara de un homínido de hace alrededor de 1,4 millones de años y que pertenece a una de las primeras poblaciones que colonizaron el continente europeo. Se trata de parte del pómulo y la mandíbula superior, que son los más antiguos de Europa hasta ahora documentados. Un descubrimiento de gran importancia para seguir descifrando el puzle de la evolución humana. En el laboratorio se está tratando de identificar la especie a la que pertenecen estos restos.
El pecio del Endurance
El barco del célebre explorador Ernest Shackleton, protagonista de una de las historias de supervivencia más asombrosas de la historia, fue localizado el pasado marzo en el fondo del mar de Weddell, al este de la península antártica, a 3.008 metros de profundidad, algo más de un siglo después de hundirse por la presión del hielo. Una expedición internacional de arqueólogos marítimos, ingenieros, aventureros y científicos ha logrado al fin dar con uno de los naufragios más buscados. Un proyecto de búsqueda subacuática, además, que ha batido varios récords mundiales.
Guerreros visigodos en La Garma
En el siglo VIII, los miembros de la comunidad visigoda enterraron en una de las profundidades de la cueva de La Garma (Ribamontán al Monte, Cantabria), en una zona de difícil acceso, los restos mortales de tres individuos importantes. Seguramente fuesen guerreros porque en el ritual simbólico se depositaron varias armas, como una espada de doble filo y un par de scramasax. Este "excepcional" conjunto funerario del periodo tardoantiguo en la Península Ibérica fue rescatado el pasado mes de junio mediante una compleja operación: los investigadores tardaron tres horas solo para llegar a los depósitos sepulcrales.
La operación más antigua
El estudio de un esqueleto hallado en una cueva de la zona oriental de la isla de Borneo (Indonesia) ha sacado a la luz la primera amputación quirúrgica de la historia documentada científicamente: el pie de un niño. Ocurrió hace unos 31.000 años y los investigadores han concluido que el joven tuvo una lesión durante su infancia y que la intervención fue exitosa: el individuo logró recuperarse, viviendo entre 6 y 9 años más, como muestran las evidencias de regeneración inusual en la tibia y el peroné. Un hallazgo que remonta en varios milenios la aparición de los procedimientos quirúrgicos avanzados.
Una cueva funeraria de 3.300 años
Tras la ceremonia funeraria en la que se colocaron vasijas como ofrenda para acompañar al difunto en el más allá, que tuvo lugar en el siglo XIII a.C., durante la época de Ramsés II, el faraón asociado con el éxodo bíblico de Egipto, la cavidad quedó sellada. No fue hasta el pasado septiembre, en el momento en que brazo de una excavadora mecánica empezó a horadar el suelo, cuando se descubrió esta impresionante cápsula del tiempo que también guardaba armas y otros objetos de bronce. El hallazgo "excepcional, único y absolutamente sorprendente" se registró durante unas obras de urbanización en Parque Nacional de Playa de Palmahim, en la costa mediterránea de Israel.
La primera prueba del calendario maya
Un glifo de venado identificado entre los fragmentos de los célebres murales del complejo de San Bartolo, en la selva de Guatemala, ha sido identificado como la evidencia más antigua del calendario maya de 260 días. El símbolo temporal, datado entre 300 y 200 a.C. y que se corresponde con el séptimo día de ese sistema tradicional para contabilizar el tiempo que todavía está en uso en algunas comunidades indígenas, sería alrededor de siglo y medio anterior a otros ejemplos localizados en monumentos de otros lugares de México y Guatemala, datados en torno al siglo I a.C.